Capítulo 9 -Cena en el Lenoir

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A las siete de la noche, los empleados de la Ecomoda ya casi todos se habían ido, sólo Betty, Armando y Nicolás se encontraban, además, por supuesto, de Wilson y otro vigilante:

—¡Hola, mi amor! -Armando

Entra en la sala de la Presidencia

-Trabajando todavía? ¡¡Guau!! (Sorprendido) ¿Qué es eso, Betty? ¡Está bellísima! –

El va hacia ella para levantarla y hacer que dé una vuelta de 360º (como en la danza)

-Que bueno que te guste!

-¡Es una de las creaciones de Ecomoda!!

-Cayó perfecto en nuestra Presidente! -beso - ¡No me vas a decir que vas a querer desfilar ahora!

-¿Me imaginas? -Risa característica -Betty imita a los modelos, caminando, deteniéndose y haciendo muecas

- ¡Muy bien, muy bien! -Armando aplaude desfile de su novia

-¿Es este entusiasmo para mí o por qué sigues siendo débil con las modelos? -Ella rió

-Sí, sigo débil por la modelo Beatriz Pinzón, ¿la coneces¿

-Sí, pero tiene un estilo más intelectual e inteligente.

-¡Y picarona de todo! -beso

-Pero, hablando em serio, Armando: Es uma creación de la colección pasada, Inesita dijo que podría recogerlo para nuestra cena, ¡pero mañana lo mando a la lavandería y se lo devuelvo, seguro!

-¡Imagínate! Cayó perfecto en ti! ¡Es tuyo!

-¡No, Don Armando, en serio, te lo devuelvo!

-No! ¡Es mi regalito de casi un mes de noviazgo. ¡Por favor, acepte! Quedó perfecto em mí novia!

-¡En este caso, gracias, novio mío! -beso

-¿Así? Además, me volvió loco! Creo que voy a cancelar esta cena... (mordiendo los labios, mientras sostiene su cara, agarrado a ella)

-No, -¡no podemos hacerle esto a sus padres!

-¡Estoy bromeando, pero admito que voluntad no me falta! -Beso largo, después Betty se aleja pensando en las palabras de Marcela y Daniel

- ¿Qué te pasa?

--¡No es nada! Es que así no voy a estar compuesta para la cena...

Betty comienza a arreglarse de nuevo, acomodando la ropa y retocando el lápiz labial que Armando borrara

-¡Como mi Betty se volvió tan vanidosa! -Armando pensó y suspiró

-¡Mis padres van directo a Lenoir!

--¡Por favor! Cuando lleguemos allá, haz los pedidos, no quiero pasar por otra vergüenza.

- Mí amor, te imaginas...

-¡Por favor!

-Sí, -¡sé lo que te gusta! Pero voy a pedir un vino esta vez. ¿De acuerdo?

-¡Está bien¡

- ¿Vamos en mi auto?

-Sí, voy a pedir que Wilson ponga el mío en el estacionamiento interno. -propuso Betty

- ¿Vamos?

En el restaurante Lenoir....

Armando sostiene con firmeza el brazo de Beatriz em el Lenoir.

- ¡Don Armando, me está apretando un poco!

-¡Lo siento, Beatriz! ¡Yo quiero que sepan que estamos juntos y que nadie se acerque y nos moleste!

Betty se preguntaba si él estaba celos o si tenía miedo de que una de sus "amiguitas" apareciera, pero no comentó nada. El mesero

indicó la mesa, donde ya se encontraban los Mendoza.

Después de hacer los pedidos, Don Roberto era sólo elogios a las ideas y gestión innovadora de Betty, que estaba promoviendo una rápida recuperación de la empresa, Betty sin embargo, estaba confusa y no sabía máshasta qué punto eso era bueno. Armando estaba orgulloso y le miraba a su Betty con brillo en sus oyos.

-¡Bien, papá! Mamá! Es una noche muy agradable y no podemos quedarnos todo el tiempo hablando de la empresa. (Él sujeta en la mano de Betty y la besa)

-¡Quiero decirles que somos novios, Betty y yo!

Don Roberto no conocía la parte sucia de la historia, ni que habían tenido un romance, aún así percibía las miradas apasionadas intercambiadas entre los dos, pero pensó que era algo platónico. Margarida, que de todo sabía, incluso del plan tramado por Mario, de la pasión de Armando por ella y la renuncia de Marcela, se sorprendió con aquella declaración. A pesar de saber del noviazgo a través de las revistas de alta sociedad y no ser un secreto para nadie en Ecomoda, no imaginaba que su hijo, de hecho, tendría el valor de presentar a Betty como su novia oficialmente.

Un silencio se hizo cargo de los cuatro, que no se rompió ni siquiera con la sonrisa de la joven pareja, hasta que Roberto propuso un brindis:

-¡Bueno, ya me había dado cuenta que había algo en el aire, desde que se separó de Marcela. Y ella parece que aceptó, así que... felicitaciones a los novios!

- ¡Roberto!

-¡Son mayores de edad, Margarida! ¡Ya saben lo que quieren y parece que se aman!

Betty se puso roja de los pies a la cabeza. Era evidente que a doña Margarita no le gustaba ni un poco de ella y hasta el respeto que le tenía estaba desapareciendo.

De repente, ya no era la encantadora y competente presidenta de Eco Moda sino la fea y torpe asistente que había robado el lugar de Marcela. ¿Una estafadora para Doña Margarita? Quién sabe lo que pasa en la cabeza de doña Margarita, que la media de arriba abajo buscando algún defecto.

Armando, entonces, le agarró la cara y le dio un beso tierno en los labios.

Margarita se mantenía inmóvil, hasta que, contrariada, se manifesto:

-¡Bien, felicitaciones, queridos! ¡Es muy tarde y mañana vamos a viajar!

-¡Volveremos para la próxima reunión! -dijó Don Roberto

-¡Sí, papá, sí!

Todos se despiden con apretones de manos y abrazos. Pero Margarida sigue mirando a Betty de los pies a la cabeza inconformándose con la declaración. De vuelta al coche, Armando, con sonrisa en los labios comentó:

-¡Ves, te dije que te iba a asumir!

-Sí... -Arreglando las gafas

- ¿Qué te pasa?

- ¡No es nada!

Armando la toma en brazos, le agarra la cara y le da un beso intenso.

-¡Te amo! ¡Hace tiempo que quería encontrar una forma de comunicar eso a mís padres!

-No sé si a tu madre le gustó que me convirtiera en tu novia...

-¡Ora! pero mi madre sabe que te amo desde que desapareciste... nunca te escondí.

- ¿Y ella qué?

-Bueno, estaba comprometido con Marcela, lógicamente no dio crédito, pero ahora... ¡Mira, tranquilita, Betty! -Beso -Para ellos no tengo que pedir permiso, como para Don Hermes, sólo comunicar mi decisión: Eres mi novia!

- ¿A dónde vamos, doctor? -Bueno, Betty ... tenemos algunos asuntos que discutir ... ¡y no se trata de la empresa!

Armando tomó la cabeza de Betty, él le di un tierno beso en la boca y ella la recostó sobre su hombro, mientras conducio a su departamento.

TAN ENAMORADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora