Capítulo 36 -Charlas

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Betty y Armando convocan al cuartel y a los empleados más cercanos para hacer el anuncio oficial a los amigos que, en cierto modo, ya lo sabían.

El lunes los dos llegan a Ecomoda abrazados y llaman al cuartel, más los miembros masculinos honorarios, Freddy y Wilson, para participar de la pequeña confraternización en la Sala de Juntas a la hora del almuerzo. Nicolás, por supuesto, también fue invitado, pero no apareció porque estaba haciendo algún trabajo en los bancos relacionados con Terramoda. Entonces, Mariana dejó a la chica del café en la recepción y subió las escaleras. Betty pidió pasta y jugos, ya que era la hora del almuerzo:

-¡Amigos! Participaste de todo, lo sabes por todo lo que pasamos estos meses. -Comenzó Betty- Entonces, me gustaría, después de mis padres, doña Catalina, seren los primeros en saber:

-¡Nos vamos a casar! continuó Armando

-¡Ah! ¡Yo ya sabía! - declaró Bertha

-¿Como asi? -Preguntaron Betty y Armando

-¿Pero quién no lo sabía?! Aún más escuché por los pasillos, cómo se quedaron juntos en Venezuela, en una habitación todo el tiempo, juntitos, mostrando un anillo en los dedos - señalando los dedos- Ellos se miraron y él tomó su mano, sonriendo, cómplices.

-¡Dijiste que el servicio de inteligencia de Ecomoda es mucho mejor que el de la CIA, FBI o Servicio secreto britânico. Tenemos nuestro proprio 007, Bertha de Gonzaléz!

-A la orden, Mister Mendoza! -dijó Bertha, bromeando. Todos quedaranse rindo y Armando, por supuesto, robó un beso de Betty, porque su risa siempre le hizo suspirar y quería besarla y ahora podía. Pero, Betty que no dejaba de sonrojarse y regañarlo

-¡Armando!

-¡Estamos comprometidos, Betty! ¡Nos vamos a casar!

Haciendo suspirar a todos.

-Si...

-Aún más comentan todos, entre suspiros. - dijo Sandra -¡Menos claro, doña Marcela y la pelteñida! -Bertha dijo

-Por cierto, ¿sabías que Peliteñida vuelve a insinuarse al tuyo amigo, Betty?

-¡Yo sé! Pero, él aún está muy molesto con ella! - se rió Betty - Hablando de eso, ¿dónde está él?

-Fui a la Oficina de Registro para obtener un certificado y luego al banco. -Dijo Sofia- Algo relacionado con la deuda con Terramoda, ya sabes ...

-¡Espero que podamos deshacernos de esto pronto!" -Armando dio un suspiro

-¡Oh, pero no hablemos ahora de Ecomoda! - pedió Sandra

-¡Ah no! ¡Queremos que nos cuentes todo sobre este compromiso! -preguntó Bertha, curiosa- ¡Lo que nos interesa es el romance! ¡Cuente con los detalles!

-¿Te importa? -preguntó Betty

-¡Para nada, mi amor! ¡Cuéntalo todo! -dijó Armando, sonriéndole. Despues se unió aFreddy y Wilson que estaban devorando la comida, así como Bertha. Bertha es la única que pudo comer, hacer y escuchar chismes al mismo tiempo.

Mientras, llegó Nicolás a la secretaría de Administración:

-¡Oye!

-¡Hola, Patty!

- Las brujas del cuartel se están reuniendo con Armando y Betty en la Sala de Juntas y le pidieron que tan pronto como llegara, debería ir allí.

-¡Gracias, Patty!

-¡Hola!

-¡Nicolas! ¡Me alegro de haber llegado! -Betty sonrióle, tomándole de la mano

-¡Fui a ver a respecto al embargo de Terramoda ...

Entonces hablaremos de esto despues! ¡Ahora es el momento de reunirmos!¡ Y celebramos!

-¿Tienes comida para mí? -preguntó Nicolás

-¡Si! ¡Toma un plato!

-¿Y que estas celebrando?

-¡Betty se va a casar! -Bertha corriendo

-¿Ah, sí? ¿Y con quién? -preguntó Nicolás, para provocar Armando

-¿Con quién más que no YO, muelon? ¡Por supuesto que soy su novio, prometido y futuro esposo!

-¡Ah! ¿Resuelto? ¡Espero que te cases esta vez! - continuó Nicolás

-¡Ah, sí! Porque la otra vez se comprometió y al final terminó sin casarse ...- comentó Sofía.

Armando se veía enojado, pronto Sofía comenzó atiemblar de miedo de los gritos, pero él le sonrió

-¡Sí, pero esta vez me caso! -Besé a Betty y seguí abrazándome- Bueno, es de mi parte, ¡nadie me obliga a hacer nada!

-Bueno, felicitaciones, entonces Betty y tú, cabezón, juicio!¡Juicio! ¡Yo ya sabía! -Dijó Nicolás y rió, abrazandóles

Después de comer, Aura María les pidió que vinieran a limpiar la sala de reuniones.

Mientras tanto, Marcela llegaba de una visita a los puntos de venta en Bogotá...

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