Capitulo 29

12 2 1
                                    

Tal vez sería arriesgado traer a Padre a la mansión, pero ya lo había pensado lo suficiente, no solo por el hecho de lograr conseguir la información si no además por Sebastián, aunque no me sorprendió su respuesta, ya que no se encuentra obligado a obedecer, no me esperaba que se negara a mi solicitud.

-Sebastián por favor, sé que es arriesgado, pero estoy atada de manos, necesito saber que exactamente pasa dentro de las paredes del palacio y tú necesitas recuperarte por completo.

- Mi Señorita... - tenía intención de hablar más pero lo interrumpí.

- Si, si las necesitas, estoy preocupada, preocupada por ti, preocupada por los shinigamis, preocupada por los chicos y por la familia real a la cuál se supone debo proteger, y ahora todo el país está en riesgo debido a mi - tal vez no gritaba, pero por la reacción en su rostro sabía que estaba hablando algo fuerte por lo que suspiré para tranquilizarme- Sebastian, ese día en el baile tan solo con su presencia daba a entender lo poderoso que es, tal vez haya sido por eso que nos quería ahí para hacernos saber que atacará cuando quiera sin dudar que conseguirá lo que busca, tener a los tuyos cerca podría ser de ayuda y más el tener la información completa.

- Angelica, sé que está situación es más compleja que la anterior, pero Padre también es un riesgo para usted por lo que no voy arriesgarla.

Pense en el silbato por un momento, pero Padre dejo muy en claro que es un último recurso por lo que pueda suceder exactamente al utilizarlo, baje la mirada por un momento pensando en una solución que no tardó mucho en llegar.

-Bien -tome una tiza- si tú no llamas lo haré yo -recordaba perfectamente el símbolo después de haber estudiado tanto aquella enciclopedia- aunque de este modo me veré obligada a hacer un contrato formal - mientras hacia los trazos él simplemente se acercó para pararse sobre la zona impidiendo que completará el circulo de invocación, lo mire directamente.

-Lo llamaré, pero evite encontrarse con él a solas.

Fue todo lo que dijo antes de retirarse, pero al abrir la puerta los chicos se encontraban ahí tratando de escuchar al parecer, aún así no les dijo, borre lo más rápido que pude la tiza del piso antes de que entraran con clara preocupación en su mirar, me reincorporé para ir a sentarme al escritorio.

-Señorita, ¿Esta bien?- Meyrin fue la valiente en preguntar.

-El señor Sebastian se veía molesto, dice Keats- Snake.

-No se preocupen, todo está bien, solo tuvimos un choque de opiniones.

-¿Le gustaría que le preparemos algo?- hablo Víctor refiriéndose a él y a Bard quien asintió firmemente.

-Gracias chicos, tal vez un té de fresa por favor.

-Yes, My Lady- dijeron ambos antes de irse.

-¿Que tanto escucharon?- pregunté sin más.

-Realmente no mucho, solo que está realmente preocupada por algo- Fredd respondió y el resto asintió.

-Bien, es posible que tengamos un invitado por algunos días, así que preparen una habitación.

-Por supuesto señorita - contesto Luliana antes de retirarse junto con Meyrin.

-Mire a Finnian quien al parecer esperaba a que también le diera algo que hacer al igual que Fredd- Asegúrense de que él jardín de enfrente este impecable.

-Si señorita- respondió un Finnian energético para retirarse con su compañero.

-¿Que le gustaría que hiciéramos nosotros?, Dice Oscar.

-Revisen que los suministros sean suficientes -hicieron una reverencia y se retiraron.

Revise las notas una vez más, no paso mucho antes de que Bard me trajera el té y se retirará para continuar con sus respectivos deberes, lo bebi con calma mientras revisaba las notas en caso de no haberme percatado de algo para después pasar a los papeles de la compañía, pero algo me inquietaba lo suficiente para no poner la atención necesaria en mi trabajo, ya habían pasado algunas horas y Sebastian aún no volvía después de haberse ido sé que se había molestado por mi decisión aún así no pensé que tanto, al parecer lo necesario para no querer verme, trate de continuar con mis deberes aún así no pude seguir sin la presencia de Sebastian cerca,  era eso mi intranquilidad, Sebastian no estaba en la mansión.

Me levanté casi de inmediato de mi asiento para salir del despacho y de la mansión buscando un rastro de su presencia logrando encontrarlo en el jardín trasero, me dedique a seguirlo, ¿Porque se habrá ido tan lejos de la mansión para llamar a Padre?, no tengo alguna idea, pero debe  ser por alguna razón, continué caminando hasta los límites, su presencia y rastro eran fuertes aunque no lograba verlo, algo me decía que estaba cerca, lo llame varias veces e incluso trate de comunicarme mentalmente con él, aún así no obtuve respuesta de su parte, las lágrimas empezaban a traicionarme, la ansiedad y preocupación que siento es tanta que termine incada en el piso, podía sentir como mi sangre demoníaca se salía de control, la vista se me nublaba ligeramente, mis uñas crecieron en punta y manchas negras empezaban a aparecer junto a una densa neblina negra la cuál no sabía si era producto de mi imaginación o de mi cuerpo, Sebastian no está para ayudarme, debía tranquilizarme por mi propia cuenta si quería encontrar al demonio, con la poca razón que aún mantenía logré controlar mi desastrosa respiración entre cortada para que recuperará su ritmo natural, podía sentir como todo empezaba a volver a su origen para cuándo volví a mi normalidad por alguna razón estaba agotada mentalmente pero físicamente me sentía como si hubiera sido liberada de algo, mire a mi alrededor para que mi vista volviera a adaptarse, pronto logré distinguir a Sebastian a unos cuantos metros aún así no hubo necesidad de que me moviera de dónde me encontraba ya que fue él quien se acercó de inmediato y me abrazo preocupado, mis lágrimas volvieron a caer antes de poder reaccionar para corresponde aferrándome a él dándome cuenta del todo el miedo que había tenido hace unos momentos, no solo por lo que me pasó, si no por el hecho de que Sebastian no estaba, el miedo de poder volver a perderlo.

SOLO ES UN DEMONIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora