Capítulo 2 // De él

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— ¡Georgie! — no paraban de tocar fuertemente la puerta - ¡Ya ven a desayunar cabeza de trol!

— Cállate, zanahoria podrida

El pelirrojo se levantó sin ganas, se vistió rápidamente con un pantalón holgado y se encontró con su hermano sirviendo para los dos

— ¿Por qué tan contento? — le cuestionó mientras ambos se sentaban a comer

— Hoy salgo con Marie — le guiñó un ojo — sabes, tú también deberías salir con alguien

— Espera, espera ¿Vas a dejarme todo el trabajo?

— Huh — se rascó la barbilla — es lo justo

— Pero Fred, sabes que Ron no es bueno contando, esta vez me la tendrás que pagar con horas de descanso

— Vamos Georgie, puedo presentarte a alguien para esas horas...

— Deberías hacer tu parte — rodó los ojos y su gemelo rió

— Ya, come — le aventó un trozo de pan — por cierto traeré a Marie al final del día si no quieres escuchar nada que...

— Eres asqueroso — lo interrumpió haciendo una mueca — solo no traigan a otro Weasley

Su gemelo soltó una carcajada, y siguieron comiendo entre bromas y preguntas serias sobre la tienda, George se encargó de lavar los trastes con un hechizo, después ambos se ducharon y vistieron para realizar las tareas de su día.

— Tan siquiera cómprale flores, no todo es coger — le dijo en son de despedida

— Eso es lo que hago — volvió a guiñarle un ojo y desapareció en el callejón

George volvió a arreglar la mercancía, escribía sobre un par de hojas lo que hacía falta, y realizaba las cuentas que su hermano menor probablemente resolvería erróneamente, fue detrás del mostrador y una campanilla llamó su atención.

— Anne — sonrió de oreja a oreja, y la morena hizo lo mismo

— Georgie — fue detrás del mostrador para dar un cálido abrazo

— ¿No estabas en París?

— Estaba — rió — vine por trabajo, digamos que tengo un par de tareas por aquí

— Te invitaría a tomar algo, pero — se rascó la nuca nervioso — ya sabes, mi clon me dejó con todo

— No te preocupes, Georgie, si quieres podemos salir después

George arqueó una ceja y sonrió con picardía

— Cuídate — le susurró al oído, haciendo que aquella se sonrojara, antes de que saliera giró lentamente y le sonrió juguetona

George soltó un gran suspiro, negó con la cabeza y siguió con todo el arduo trabajo que a veces daba la tienda, regañó un par de veces a Ron por hacer mal las cuentas, después del atardecer cerró la tienda, ya no tenía energía, su hermano menor había salido con Hermione y sabía que Fred entendería.

Se puso unos pantalones, una playera roja y una chaqueta negra para cubrirse del frío, después comió algo que encontró en la cocina, pensó por un momento en salir con Anne, pero sabía que estaba cansado y que probablemente no le pondría atención, cosa que le parecía nada cortes. Solo comenzó a caminar, de repente pensó en una aparición, llegó a las calles del Londres muggle, caminó con la seguridad que le caracterizaba y le sonrió a un par de chicas que había visto, se metió a otro callejón para hacer una aparición, pero un llanto de bebé lo desconcentro y llegó a otra calle, sin rumbo alguno siguió con su camino.

— Disculpa — una adolescente lo jalo ligeramente de la chaqueta — mi amiga de ahí — señaló a una rubia — piensa que eres muy lindo

— ¿Ahh, sí? — le sonrió coqueto al grupo de chicas — me parece que soy demasiado mayor

— No creo que le importe mucho — rió al ver que su amiga trataba de esconder sus mejillas rojas

— No, no — negó con el dedo para todo el grupo — no deben salir con personas tan mayores, anden a sus casas

El grupo de chicas salió caminando rápido y susurrando cosas mientras se despidan de George con la mano de forma nerviosa, el pelirrojo se acercó a una anciana que le recomendó una cafetería cerca de ahí, después de perderse por una hora, dió con la dicha cafetería, al entrar se encontró con otra pelirroja, parecía cansada, pero aún así le sonrió amablemente

— Buenas noches

— Buenas noches — le dedicó una sonrisa — ¿qué vas a llevar?

— Un capuchino

— Claro, en un momento

George se sentó cerca de la barra, veía los delicados movimientos que hacía la joven con la taza, apostaba que su cabello era del mismo tono que el de él, su piel blanca parecía sumamente suave, apostaba que sus labios rosados se sentirían muy bien en los suyos, sonrió tontamente y sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos.

— Muchas gracias — habló coqueto cuando le dejo su café, vio que las mejillas de aquella se volvieron rosadas

George veía a la pelirroja concentrarse en las actividades que tenía, parecía pensar en muchas cosas, de vez en cuando mordía su labio inferior y le parecía sumamente atractiva, acabo su café sin darse cuenta, tomó una servilleta donde le escribió que esperaba verla, pensó en dejar un número telefónico, pero nunca supo cómo funcionaba todo eso, trató de recordar lo que su padre había dicho del que estaba en la Madriguera, se concentró erróneamente y apareció en la sala de su casa.

— Pero qué carajo — mascullo al ver los sillones y todo a oscuras

Se sintió frustrado por no despedirse de la chica, solo le dejo una nota en una tonta servilleta, soltó un largo quejido, esa aparición era la prueba de que estaba más que cansado, así que subió arrastrando los pies a su antigua habitación, se sacó toda la ropa y se recostó sin antes dejar salir un bufido.

SOUL /// GEORGE WEASLEY Onde histórias criam vida. Descubra agora