SOUL /// GEORGE WEASLEY

Capítulo 3 // Macarrones

— Otro sucio — se quejó Lily mientras arrugaba la nariz

— No sé, se veía muy guapo, pero con lo que pasó la última vez — sacudió la cabeza y su amiga rió

— Ese anciano estaba enamorado de ti ¿recuerdas cuando te acarició el cabello?

Un "eeeew" llamó la atención de todos los que estaban en el pequeño restaurante

— Bueno, pero cuéntame de algo más — la rubia mordió una freza — ¿Irás a la boda?

— Tengo qué — rodó los ojos con pesar — es mi hermano y mi madre ya me ha enviado el vestido y las joyas

— ¿Y a quién llevarás?

— No lo sé, todavía falta un mes, no creo llevar a nadie

— Seguro te darán el diálogo — amabas rieron y su amiga habló con voz grave — "¿Y tú novio? ¿No te vas a casar? ¡Queremos bebés!"

— Bebés — rió a carcajadas — no, bebés todavía no

— Yo espero comprometerme pronto — guiñó un ojo — Dave es muy romántico, siempre es tan cuidadoso, ya sabes, con todo

— Me lo imagino — la pelirroja bebió de su copa — sabes, tengo que preparar las siguientes clases de los chicos

— Pero Aleene, la estamos pasando muy bien

— Ya, ya, recuerda que tú debes seguir con esa licenciatura

— Mi padre se ha acoplado a la idea de que la terminaré en diez años — ambas rieron — bueno, ya son los últimos dos

— Eso lo repites desde hace un año

— Claro que no — hizo un puchero — la terminaré si dejan de presionarme

— Bla bla, estás loca Lily — dejó un beso sobre su mejilla y se fue a su departamento

Saco la caja que había recibido días antes, la abrió con cuidado, después de sacar el papel color blanco se encontró con un vestido esmeralda, la tela era suave y brillante, se lo probó de mala gana, tenía un escote en la espalda, era muy elegante y hermoso, por un momento se sintió mal por no querer ir.

De la caja sacó unos tacones plateados, se los probó y sacó un collar de pequeñas perlas, junto con una bonita pulsera en la que se leía "Relish" volvió a guardar todo rápidamente, no es que no la hiciera feliz ver a su hermano casarse, sino que sabía que todos siempre esperaban eso de ella, y aunque no lo decían, sabía bien que todos estaban decepcionados de ella por más de una razón.

Después de haber preparado las próximas clases para el par de rubios, decidió tomar un descanso, caminó por las calles de Londres, hasta que tropezó tontamente con su propio pie, se levantó rápidamente y se sacudió la ropa.

— ¿Estás bien? — una voz masculina la detuvo en seco

— Sí, solo fue una pequeña caída

Aleene sonrió lo más natural que pudo y a paso rápido trató de llegar a la cafetería donde trabajaba, sabía que aquel hombre la estaba siguiendo y se sentía muy incómoda, a unos metros de llegar la detuvo del hombro

— Vengo como perro detrás tuyo — se quejó, la pelirroja empuño sus llaves entre los nudillos

— Nadie te lo pidió, ahora vete

— ¡Ahh, rebelde! — acercó una de sus manos al rostro de la joven, pero ella quitó su mano con fuerza — como me gustan

— Vete a la mierda — le dió un puñetazo con la mano libre