Jimin deseaba ser alfa, tener a su omega para cuidarlo y amarlo.
Jeon y Kim querían a Jimin como su propio omega y su mejor forma de atraer la atención era molestando y burlándose de él.
Por poder de la Luna estos se unen de una manera para nada c...
El dúo de amigos habían decidido abandonar la escuela y acoplarse a las tareas y trabajos en la manada, realmente se sentían felices, aun sin saber que lo peor estaba por venir.
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Los tan negros como la oscuridad misma,se abrieron paso entre los árboles, observando y memorizando hasta el más pequeño de los detalles.
La caza iniciaría pronto y el líder se encontraba impaciente y sediento de una copa de venganza, deseaba beberla hasta que lo único que recordara fuera su victoria, los rostros aterrorizados de sus ex-compañeros y padres adoptivos, era su turno de volver la aldea en un infierno.
Sus planes eran muy precipitados en gran parte, puesto que más que solo culpables, inocentes pagarían los errores de los demás; sin embargo, eso no le quitaba las ganas, se había vuelto de piedra al ser criado por su padre durante unos años.
No se daba cuenta que cometería un error que lo atormentaría por el resto de su vida.
Por otra parte, la aldea estaba en guardia, los avistamientos habían bajado en gran medida, más no acababan y eso no le permitía dormir a Jimin, tenía que ser acostado entre los 2 pares de brazos para poder cerrar los ojos y dormir plácidamente, lo cual comenzaba a ser rutina.
Si de por si las cosas eran difíciles, su padre actuaba algo extraño, casi no le hablaba y cuando trataba de pasar tiempo con su hermanita, el Omega gruñía... pero, en las noches podía escucharlo llorar.
Su agonía por la culpa y tristeza lo carcomían, se sentía fallecer cada que su cachorro le sonreía, sin importar cuanto lo rechazó. Cuando llego nunca se espero enamorarse de esa pequeña criatura de mejillas regordetas, su Olán principal era espiarlos por unos años y dar el visto bueno para la invasion, más el amor que desarrollo por Jimin lo llevo a tratar de aplazar lo más que pudiera el ataque, especialmente si su hijo era el objetivo de su alfa destinado.
Su esposo lo había obligado a abandonarlo todo, dejar a su verdadero cachorro, entregarse a una alfa desquiciada y a perder toda su libertad... se sentía nadie, el único que logró levantarlo era aquel que ahora confiaba, más pronto derramaría lágrimas en su nombre, llorando por una traición.
No mentía cuando decía que deseaba escapar.
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