Capítulo 46

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Narra Darien

No podía quedarme quieto mientras mis padres estaban en la puerta de mi habitación y me observaban caminar de un lado a otro.

-Darien, si continúas tirando de tu cabello de esa manera, te quedarás calvo- mi papá dijo entre risas.

Fue entonces cuando mi caminata se detuvo, lo observé y le respondí en forma de broma -Papá, este hábito lo heredé de ti, y mírate, tu cabello está bien.

-Eso te pasa por molestarlo. Déjalo tranquilo Endymion- mi madre le dio un ligero codazo a mi papá, sonrió y caminó hacia mí.

Una vez que se colocó en frente, me ajustó la corbata y acarició mi mejilla, -Estoy tan emocionada por ti hijo- noté la humedad en sus ojos y me hizo sentir ansioso de nuevo.

Ansioso porque sabía que sus lágrimas eran lágrimas de alegría, pero también contenían una pequeña cantidad de pánico que nunca desaparecería, el pánico de que mi vida anterior de alguna manera u otra me alcanzara de nuevo. Para ser sinceros, todavía sentía vergüenza y tristeza por las emociones y lágrimas de mi familia, y todo por una mala desición que nadie más que yo había hecho en el pasado.

-Gracias mamá- le susurré antes de tirar de ella en un abrazo.

-Creo que el coche está listo hijo- habló mi padre cuando mamá y yo rompimos nuestro abrazo.

Había elegido hacer de esta cita la segunda en la que tomaríamos la limusina y comeríamos en el mismo restaurante que nuestra primera cita. Para mí significaba volver a las circunstancias más felices de mi vida con Serena.

-Deséenme suerte- les dije a los dos mientras enderezaba mi chaqueta y revisaba mis bolsillos una vez más.

-No la necesitarás, pero buena suerte hijo- dijo mi madre mientras me daba una palmada en el hombro.

Veinte minutos después, la limusina se detuvo frente al apartamento de Serena y tuve que respirar profundamente antes de salir del auto.

El conductor abrió la puerta y salí vacilante al aire fresco de la noche. El invierno estaba sobre nosotros y el aire se había vuelto más frío cuando el sol se hundió en el cielo nocturno.

Mientras me dirigía a la puerta de Serena, mi corazón latía como si se fuera a salir de mi pecho, no recuerdo un momento en el que haya estado tan feliz y tan nervioso en toda mi vida.

Así como una vez había pedido un ángel y me había sido concedido, ahora pedía que las cosas que había planeado salieran más que bien.
Me había dado cuenta de que Serena era esencial para mi vida; no podría vivir sin ella ni tampoco quería.
Entonces, esta noche daría el paso necesario para asegurarme de no tener que preocuparme por estar lejos de ella nunca más.

Me paré en la puerta de Serena, enderecé mi chaqueta quizá por veinteaba ocasión y respiré hondo antes de tocar suavemente la madera.

Amy abrió la puerta con una gran sonrisa y me guiñó un ojo -Acertaste con el vestido. Está casi lista, pasa.

-Si, está bien- dije con un suspiro y entré al apartamento.

Mis ojos cambiaron involuntariamente de dirección y en lugar de observar a Amy volteé hacia la habitación de Serena. Ese era un lugar en el que todavía tenía que aventurarme y había soñado muchas veces con ese momento, en especial últimamente.

-Hola Darien- Me di cuenta de que en medio de mis pensamientos, la criatura más hermosa del mundo me hablaba con su suave voz.

Caminé hacia ella lentamente -Hola hermosa Serena- dije justo cuando deslicé mis brazos alrededor de su cintura y la atraje suavemente hacia mí.

Necesito un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora