Capitulo 31

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Después del beso, Iván y yo nos quedamos viendo una película pero el se durmió cuando empezó y se levantó cuando ya casi acababa. Llegó la hora de que tomara su medicamento así que fui por agua y la pastilla.

—Toma tu medicamento mientras yo voy al baño— le entregué el agua y la pastilla.

Fui rápido a hacer mis necesidades y volví a supervisar que Iván se tomará el medicamento.

—¿Te lo tomaste?— pregunte entre cerrando los ojos

—si— asintió con la cabeza.

—¿Lo escondiste?— insistí.

—No— sonrió.

—¿Me estás mintiendo?

—Si— el abrió los ojos a más no poder cuando se delató— digo, claro que me lo tomé, jamás lo escondería.

-¿Ah sí? Cuál es el sabor de la pastilla? Es amarga?

—Definitivamente, es demaciado amarga— hizo cara de asco.

—¡Ajá! Me estás mintiendo porque esa pastilla no es amarga, atrapada cariñaaaa, ahora saca esa pastilla y tómala si no quieres que te obligue a hacerlo.

Iván de mala gana saco la pastilla de debajo de la almohada y la metió a su boca para después tomar agua.

—Si es amarga— hizo cara de disgusto.

—En realidad no sabía si lo era pero creí que me mentias.

—Eres mala— frunció el seño.

—Uy si, tratar de averiguar si mienten, que malota soy.

—No solo hablo de eso, tu eres mala conmigo, siempre lo eres— puso la cara triste.

—Que te valga verga, puñeton, así soy con todos.

-No es cierto, no eres así con Alfredo, ni con Dámaso ni con el italiano, ah y sin olvidar a Ovidio.

—Iván— rodé los ojos.

—Ya no diré nada más, no quiero que me golpees por hacerte enojar.

—Eres un idiota— rei y lo golpee con una almohada.

—¿Lo ves? Aquí viene la violencia nuevamente— bromeó

—Tienes que admitir que no soy tan mala contigo... Podría ser peor.

—Confieso que no lo eres, eres linda cuando quieres— nego con la cabeza y sonrió.

Iván se veía tan tierno con la mirada agachada mientras jugaba con sus dedos, me acerque un poco a él y besé su mejilla, el rápidamente levanto la mirada y su rostro se torno rojo.

—¿Es enserio?— me burle y el se puso más rojo.

—Creo que tengo temperatura, por eso me puse así— dijo nervioso.

—Si, si lo que digas, Guzmán.

—Porque no te acuestas un rato y dormimos?— sugirió mientras planeaba la cama.

—Bien, pero mantente alejado de mi.

El sonrió y yo me acosté en la cama dándole la espalda, no paso ni un minuto y sentí como Iván se acercaba a mi, enrollo sus brazos en mi cintura y escondió su rostro en mi cuello.

—Iván que te dije— el no contesto nada y depósito un beso en mi mejilla.

No volví a decir nada, su perfume olía tan bien, me sentía demasiado cómoda estando a su lado. De un momento a otro el me dió la vuelta haciendo que quedáramos de frente, en su rostro había una sonrisa.

—Shhh, no digas nada, estoy enfermo y tienes que consentirme— rei ante su comentario.

—Eres un aprovechado, pero por esta vez aceptaré.

Bese su frente y rodee su cuello con mis manos para abrazarlo mejor, el acomodó su cabeza en mi pecho y por alguna razón me sentía demasiado nerviosa.

—Alguien está nerviosa. Tu corazón late muy rápido— soltó una risita.

—No estoy nerviosa, son las taquicardias por las líneas que me metí cuando fui al baño, ahora shh cállate y duerme si no quieres que salga de la habitación.

El no volvió a decir ni una sola palabra. En cuestión de segundos, ambos ya estábamos dormidos.

3 días después...

Mi relación con Iván iba demasiado bien, ojo a esto relación de amistad no llevábamos tan bien y confieso que había uno que otro beso y puede que al fin haya algo más que amistad, digo...

Estaba peleando con Iván por el mismo motivo de siempre, el medicamento.

—Iván por favor, toma el jarabe— hable cansada.

—No, ya te dije que no lo voy a tomar— se cruzó de brazos.

—Bien, no te lo tomes— me di por vencida.

Me iba a parar del sofá justo cuando Iván me tomo de la cintura y me sentí en su regazo.

—No te enojes, sabes que no me gusta el jarabe, sabe horrible— dijo sin quitar sus manos de mi cintura.

—Solo es un poco, además ya es el último día.

—No Cris, ya te dije que no quiero— hizo un puchero.

—Mi amor, por favor tómalo.

Abrí los ojos a más no poder cuando me di cuenta de lo que dije, Iván con una gran sonrisa en el rostro, me quito el jarabe y lo tomo.

—Iván vamos a aclarar esto— dije nerviosa.

—Bien, lo aclaremos... Mi amor— el tenía una sonrisa traviesa.

—No quise decirlo, fue un accidente y se me salio, no quiero que esto se mal interprete ¿Si?

—Esta bien pero se que te mueres por mi— sonrió y beso mis labios.

—No empieces...— advertí.

—Por que? Sabes que te encanta besarme.— sonrió.

—Iván— lo mire a los ojos intimidante.

—Ya pues, ya entendí— frunció el ceño.

—Deja que me levante— dije intentando pararme pero el me apretó más.

—No, estás encabronada y no quiero que lo estés.— busco mi mirada pero yo evite el contacto visual.

—Si, me molesta que no me hayas pedido permiso para besarme— me cruce de brazos y voltee a otro lado.

—¿Disculpa? No sabía que tenía que preguntar "¿Oye te puedo besar?" Se supone que por algo se llama "robar besos"— dijo indignado.

—Pues a mi sí me tienes que preguntar, idiota— dije molesta.

—Oh perdona pero ¿Te puedo besar? Es que quiero hacerlo ahora pero si lo hago sin tu consentimiento te enojaras— voltee a ver con una sonrisa y el también sonrió.

—No, no puedes pero es muy cortez de tu parte preguntarme.

El puso los ojos en blanco, después puso su mano en mis mejillas para después jalar mi rostro hacia el y juntar nuestros labios. No me molestaba en lo absoluto que lo hiciera, solo me gustaba hacer berrinche.

Me encanta el sabor de sus labios, sus besos son delicados pero a la vez no, me encanta sentir su tacto, cuando pasa sus manos por mi cintura y cada gesto que el hace. El rompió el beso y tapo mi boca.

—No quiero insultos, ni reclamos y no quiero que te enojes o de lo contrario tendré que volver a besarte— advirtió.

—Iván, eres un idiota y estoy muy molesta por lo que acabas de hacer.

El sonrió ante mi comentario, sabía perfectamente que quería que me volviera a besar y así lo hizo, volvió a unir nuestros labios.

Amor Inesperado-Iván Archivaldo-Where stories live. Discover now