Capítulo 25

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Dos semanas después...

—Hola, buenos días mi chula—Iván me abrazo por la cintura y beso mi mejilla.

—Buenos días Iván—sonrei.

—Ya dime mi amor, de todas maneras lo vas a hacer.

—Iván cállate que te van a escuchar, nadie tiene que saber lo que te dije, solo tu lo sabes... Y tus hermanos claro.

—No hay nadie, que te preocupa si desde que supe que ibas a estar solita me jale para pasar tiempo juntos—bien cursi el Iván.

—Todo meco el Iván—me burle.

—Pues si quieres me voy y te quedas sola—señalo la puerta.

—No me preocupa quedarme sola—arrugue la nariz.

Iván ya se iba cuando escuchamos ruido en la puerta principal, el se regreso en chinga e intento salir por la puerta de la cocina pero está tenía llave.

—Las llaves están en ese cajón pero suerte buscándola porque ahí hay un chingo de llaves. No tiene nada de malo que te encuentren aqui—hable tranquila.

—Les cancele la salida porque les dije que iría a ver a una morra que andaba enamorando—abri los ojos como plato y le ayude a buscar la llave.

Escuchamos que varios pasos se aproximaban a la cocina y la bulla que traían los plebes. Por fin una llave pudo quitar el seguro de la puerta. Iván ya estaba casi afuera de la cocina cuando una voz hizo que ambos quedáramos paralizados.

—Iván, Cristal ¿Algo que nos quieran aclarar?—dijo mi papá con voz fuerte.—No me digas que es Cristal con la que andas de volado.

—Apá... Iván... El solo...—no sabía que decir y Archivaldo no decía nada.

—Padrino, que bueno que ya están aquí, me cancelaron la salida y vine a esperarlos acá pero no tardaron nada—dijo tranquilo.

Alfredo y Ovidio se dijeron algo en el oído y se empezaron a reír disimuladamente.

—¿Y por qué querías salir por esa puerta carnal?—pregunto Ovidio aguantando la risa. El y Alfredo chocaron las manos.

—Pues porque me estaba ayudando a buscar la llave, la encontramos y el no se que iba a hacer afuera pues.

—Iván te veo en el despacho y hablaré más tarde contigo—mi apá me señaló.

Iván y mi papá salieron de la cocina y todos se quedaron echandome carrilla con Iván.

Pov Iván.

—Vamos a hablar de lo que he notado de un tiempo para acá.— hablo don Mayo

—Digame de que se trata— tome asiento al igual que el.

—Lo de hoy no fue una casualidad y tú bien lo sabes, te quiero lejos de mi hija Iván, entre ustedes no puede haber más que una amistad. Quiero algo mejor para mi princesa y está claro que tú no lo eres.

—Perdón que se lo diga don Mayo pero si usted quisiera lo mejor para su hija usted jamás hubiera entrado en esto porque se hubiera preocupado por sus hijos así que no me venga a decir que quiere algo mejor para Cristel porque todos sabemos que nuestras vidas están arruinadas desde que nacimos y estamos condenados a esto y es preferible a que ella quedé con alguien de nosotros a que quede con cualquier pendejo que al final terminara sacándole dinero y engañandola.

—Y me dirás qué tú no la engañarás? Por favor Iván, te conozco perfectamente y se no eres bueno para mi princesa, preferiría que ella estuviera con alguno de tus hermanos a qué cayera en tus manos— el comenzó a reír.

—Pues diga lo que quiera pero su hija también me quiere y eso no lo puede impedir y si para estar juntos es necesario robarmela pues lo haré.— solté una risa.

—No es de hombres robarse a las hijas de los demás y tú no te vas a robar a nadie.

—Le recuerdo que usted se robó a la mamá de Cris y no sé preocupe que le voy a dar un buen futuro a su hija y sus futuros nietos.

Me levanté del sofá y salí de el despacho. Cris estaba a unos metros y en cuanto me vio se acercó conmigo.

—¿Que te dijo? ¿Se dió cuenta?— dijo curiosa.

La tomé del brazo y la lleve afuera de la casa.

—Tu papá está en contra de que estemos juntos y no quiere que tengamos una relación.

—Y quien dijo que tú y yo vamos a tener una relación?

Rodé los ojos al escucharla decir eso, apesar de que ya me dijo que me quiere sigue siendo la misma de siempre.

—¿Es neta? Me enfrente a tu papá para que me dijeras esto?— me enojaba que ella dijera eso.

—Iván yo en ningún momento te dije que estaríamos juntos, solo te dije que me gustabas y ya— hizo una mueca.

—Siempre me tratas como quieres y parezco tu juguete, me maltratas y tratas bien yo no sé que chingados quieres, a veces no te entiendo, eres bipolar o que? Un día me besas y al otro me mandas a la verga aah pero aquí está tu pendejo no?

...

Después de la pelea que tuve con Iván el se fue y yo hablé con mi apá y me dijo lo que seguramente le repitió a Iván, que no podíamos estar juntos y bla bla bla...

—Entonces que va a pasar con mi carnal? Se va a hacer o no se va a hacer. Ustedes siempre tienen peleas maritales y ya uno no sabe— dijo Ovidio.

Voltee a verlo sería y el no volvió a decir nada. Mis hermanos nos avisaron que se haría una fiesta

[...]

Termine de arreglarme para despues bajar a la "pequeña reunion". escuche a lo lejos la voz de una mujer que obviamente no se me hacia conocida y me entro la duda... me acerque a ovidio para averiguar este pedo pero al parecer lo tome por sorpresa ya que tiro su cuba encima de alfredo al escuchar mi voz.  

—Perdon, no te quise espantar— rei al ver la cara de alfredo.

—No hay pedo mija, ¿Ya te sabes la nueva?— pregunto mientras veia a todos lados y buscaba a alguien— Supongo que no asi que te la voy a cont...

ovidio no termino de hablar ya que Ivan se encontraba detras de el mientras agarraba a una naca de la cintura y digo naca porque en verdad lo era, se notaba.

—Les presento a mi mujer por si no la conocian— hablo ivan con una estupida sonrisa.

Alguien más entro y nos interrumpió justo cuando yo iba a hablar.

—Vean nomas a que chulada vuelvo a ver despues de tiempo, el amor de mi vida y de quien siempre estuve enamorado— me abrazo por la cintura y sonrei.

—¡Dámaso! es una sorpresa tenerte de nuevo por aqui.

ivan tenia una cara que pa que les digo ¡sufre perro!

—Ivan— Damaso le dio la mano e ivan la acepto.

—Damaso, que sorpresa— ivan no quitaba la mirada seria que tenia, se le borro la sonrisa cuando escucho lo que damaso dijo de mi.

—Sorpresa la mía al encontrarme tremendo mujerón! Estás si son mujeres no como unas que se carga un plebe— vio de reojo a Iván.— Pero quien somos para juzgar. Mi reina, que le parece si le invito algo de tomar y nos sentamos a platicar un rato.

—Es un placer para mí el poder hacerle compañía a alguien como tu— sonreí coqueta.

Si Iván puede estar con una puta de centavo pues yo le pondré el ejemplo de que se tiene que estar con algo igual o mejor, no con algo peor.

Amor Inesperado-Iván Archivaldo-Where stories live. Discover now