━PRÓLOGO

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Las espesas llamas de matices rojos y amarillos bailaban junto con el viento en un vaivén. Destellos brillantes parecían salir de las llamas bailarinas hasta lo más alto del cielo, dónde desaparecían perdiéndose en la oscuridad del cielo azul estrellado.

Alrededor de la fogata, un grupo de licántropos y humanos observaban inertes el fuego emanante de las ramitas y troncos variantes de tamaño. Escuchaban atentamente como un Jefe del Consejo contaba una de las leyendas de la tribu. Billy Black sabía todas y cada una de las antiguas historias de los Quileutes y no dudaba en compartir con los jóvenes descendientes los relatos de sus antepasados. Fuertes guerreros de espíritu lobuno, dispuestos a luchar por sus hermanos y enfrentar cualquier adversidad que les pusieran con valentía.

Hoy era la primera vez que Seth y Leah Clearwater escuchaban las leyendas como miembros oficiales de la manada de hombres lobos que Sam Uley lideraba. Quil Ateara también era primerizo en esos aspectos y en eso se sumaba Bella Swan, que había sido invitada por el Consejo para escuchar las historias.

El tema de hoy se centraba en la historia de la Tercera Esposa, una mujer que con valentía se había sacrificado para salvar la vida de su esposo, aún cuando la de su hijo se había perdido en manos de un ser frío, carente de alma y con sed incontrolable de sangre -o así eran descritos-.

Seth Clearwater estaba perdido en la voz del mayor Black mientras en su mente veía todo lo que él relataba, como si el chico hubiera vivido ese momento en carne propia y hubiera visto en primera plana todo lo que ocurrió.

-Entonces, apareció un gran aquelarre y nuestros propios tatarabuelos se prepararon para luchar contra ellos. Sin embargo, el líder habló con Ephraim Black como si fuera un hombre y le prometió no hacer daño a los quileute. Sus extraños ojos amarillos eran la prueba de que ellos no eran iguales a los otros
bebedores de sangre. Superaban en número a los lobos, así que no había necesidad de que los fríos ofrecieran un tratado cuando podían haber ganado la lucha. Ephraim aceptó. Permanecieron fieles al pacto, aunque su presencia sirvió de atracción para que vinieran otros. El aumento del aquelarre forzó a que la manada fuera la mayor que la tribu había visto jamás -continuó el Viejo Quil-, excepto, claro, en los tiempos de Taha Aki -luego, suspiró-. Y
así los hijos de la tribu otra vez cargan con la responsabilidad y comparten el sacrificio que sus padres soportaron antes que ellos.

La mirada de los licántropos se entristeció, cambiando su mirada hacia el fuego desordenado y después a la tierra. Solo Quil y Seth eran la notable excepción. Parecían mucho más animados con la idea de ser hombres lobo. Para uno de ellos, era un privilegio ser uno de los guerreros que defiende a su tribu de las fuerzas malignas que irrumpen para buscar desatar el caos. Para el otro, era un alivio no tener que volver a estar lejos de sus amigos.

Deadly Beauty ━━seth clearwaterWhere stories live. Discover now