Un Regalo Para Lucía

CAPITULO 91

La situación de Olga no pintaba nada bien ya que lo más probable era que acabase sus días postrada en una cama dependiendo de terceras personas para todo y para más inri tendría que ingresar en prisión por todos sus delitos.

Un día que tuvo una mejoría se le paso por la cabeza decirle a una de las enfermeras que estaban cuidándola que necesitaba hablar con el Dr. Román y aunque la enfermera estaba un poco reticente a complacerla por eso se apiado de ella y fue en busca de su compañero; cuando Olga la vio salir sonrió un poco aunque también pensaba que él se negaría a visitarla pero nada perdía por intentarlo.

La enfermera llego a la consulta de Álex y al verlo solo le preguntó:

               -¿Álex podemos hablar?

                -claro que sí Tere ¿dime en que puedo ayudarte?

                -en verdad para mí la ayuda no sería pero si para una de mis pacientes de cuidados intensivos.

Álex se imaginaba que esa paciente no era otra que Olga pero se había jurado a si mismo que no pisaría cuidados intensivos baja ningún concepto porque si se paraba delante de ella no podría contenerse así que se tenía que inventar una buena excusa para no ir por eso miro a Tere y le dijo:

                -amiga me gustaría complacerte a ti y a tu paciente pero tengo muchas cosas que hacer además están por llegar mis próximos pacientes, lo siento mucho.

                -vaya lo siento que no puedas acudir a ver a mi paciente y una pregunta ¿Cómo esta ella?

                -siendo sinceros esa mujer tiene muy pocas probabilidades que se recupere del totalmente porque todo parece indicar que se quedará postrada en una cama y pude oir que en cuanto se recupere irá a la cárcel.

Álex conocía muy bien a Olga y en cuanto se enterase de su situación no se iba a tomar nada bien porque ella era una mujer muy vanidosa pero ella misma se lo busco así que como le dijo alguien alguna vez "nuestras acciones tienen consecuencias".

Los días pasaban y Olga seguía insistiendo que tenía que hablar con el Dr. Román pero este cada vez le decían ponía una y mil excusas pero no por eso iba a dejar de insistir porque estaba segura que en algún momento él se presentaría delante de ella pero lo que no sabía Olga que si había alguien dispuesta a verla sin haber sido llamada.

Paula estaba en su casa jugando con sus muñecas cuando se le vino a la cabeza la conversación que tuvo con su padre sobre el accidente de Olga por eso recogiendo sus cosas bajo en busca de Lucía y le dijo:

             -¿Mamá puedes llevarme a un sitio?.

             -claro dime donde quieres ir y con gusto te llevaré.

             -quiero ir al hospital de papa.

              -¿y eso cielo?

              -necesito ver que esa señora de verdad esta en el hospital y que pagará por lo que nos hizo a mi hermano y a mí.

Lucía se sorprendió ante la petición de Paula por eso cogiéndola de la mano le preguntó:

               -¿estas segura que quieres dar ese paso?

               -si mama pero no quiero que pienses que la voy a preferir a ella antes que a ti porque eso no va a pasar.

                -a mi solo me interesa que tu seas feliz y que estés bien todo lo demás podemos olvidarnos.

                -gracias por ser mi madre y por ser tan buena conmigo desde la primera que me viste.

Madre e hija se abrazaron con lágrimas en los ojos, se compusieron y dejando al niño a cargo de la abuela ambas salieron con destino al hospital ya que Lucía quería que la niña saliese pronto de ese trago. En el fondo Lucía admiraba la fortaleza de la niña que sabiendo que esa mujer se había portado tan mal con ella quería verla aunque fuese una última vez. Cuando llegaron al hospital preguntaron por la paciente Olga y le dijeron que se tenían que dirigir a última planta que era la de cuidados intensivos. Llegaron a la planta que le habían dicho y solo vieron a una enfermera por eso fueron a preguntarle si se podía visitar a la paciente Olga; esta las miraba con recelo por eso le pregunto  a la mujer: