TOCKA [+18]

СМЕРТЕЛЬНАЯ УВЕРЕННОСТЬ

(smertelnayauverennost)

CONFIANZA MORTAL

―Mikkel no está aquí ―advierte su madre con una antología de varias emociones en su rostro―, ¿no te lo dijo?

―La verdad no le avisé que venía, solo me arriesgué ―respondo en una casta sonrisa. Ella tiene el derecho a evitar mi compañía, mis hermanos casi mataron a uno de sus hijos por un ataque de celos injustificado―, pero gracias por decírmelo.

Estoy a punto de girarme cuando veo salir a Yuri de la cochera, su coche gris aparece en marcha atrás, revisando por el espejo retrovisor con cautela. Sus ojos se encuentran con los míos en una sonrisa jovial.

Este corazón tiene un afán hipnótico por su sonrisa y sabe demostrarlo sin aplazo.

―Hey, hola Nika, ¿vienes a ver a Mikkel? ―pregunta y asiento, incapaz de superar mis nervios―. Está en casa de mi abuela, estoy a punto de irme, si quieres puedo llevarte de paso.

Paso saliva. El peligro destila de sus palabras, pero él no es consciente de ese riesgo que está tomando conmigo cerca. Retrocedo, indecisa.

―No lo sé... creo que debería esperar a mamá o... ―Me detengo, miro de reojo a la madre de Yuri aguardando mi respuesta. No debería decir nada más―. Mejor no.

―Yuri ―habla su madre―, por favor trae de vuelta a Mikkel para la cena.

Un asentimiento serio de despedida y regresa al interior de su casa. Cuando vuelvo a tomar atención del coche, Yuri ha salido y su mano tira la de la mía lentamente para seguirlo; su sonrisa desarma el pánico en mi interior.

No. No deberías.

No debería.

―Solo será un segundo ―insiste él―, no me tomará mucho. Y no es una molestia como lo estás pensando...

―No es por eso ―rebato de inmediato. La calidez de su mano continúa tirando suavemente de mí hacia el interior del coche. Abre la puerta y sus ojos me observan con una curiosidad paralizante.

―¿Cuál es el problema? ―dice, apoyando su brazo sobre el coche sin acabar de cerrar la puerta.

Me gusta escuchar su voz a través de su boca, a través de los restos de una sonrisa que no debería desaparecer nunca.

―Yuri ―advierto levemente―, a Markov no le gustará que me lleves tú.

Sus ojos se oscurecen con un resentimiento antes no visto. Relame sus labios y respira hondo volviendo a formar una sonrisa mientras mira a los lados, buscando.

Se inclina sobre el interior de la puerta y con su mano en mi mentón me acerca a sus labios para besarme dulce y lentamente, una incitación clara del interés de mi compañía para él.