МЕЖДУ АЛЬФА-ВОЛКАМИ И НИРВАНОЙ

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(Mezhdu al'fa-volkami i nirvanoy)

ENTRE LOBOS ALFAS Y EL NIRVANA

Los colmillos de los lobos alfas no se enseñan por instinto

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Los colmillos de los lobos alfas no se enseñan por instinto.

La amenaza táctica en sus palabras está lejos de percibirse tras el atisbo desmoronado de ira y tensión, acumulándose en su mirada pétrea y oscura; el ácido salvaje parece licuarse en sus córneas bajo la presión de sus músculos rígidos, alrededor de mi cuello.

Pavel toma una respiración profunda que gravita como fuego sobre la piel sensible, se siente espeso el aire que se acumula en mis pulmones, como un líquido caliente, deslizándose desde sus labios tensos hacia los míos.

Sus dedos presionan el pulso bajo la línea de mi mandíbula y una sonrisa ácida tira de las comisuras inflexibles de sus labios, recorriendo el torrente como si estuviese aprendiendo a ser consciente de la provocación que sus labios citan sobre los míos.

Mi cuerpo se exalta por reflejo en cuanto se inclina sobre la línea invisible que trazó antes, su aliento empujando la piel, adormeciendo el sentido primitivo de respirar, conteniéndolo tanto como su nariz, presionando contra mi cuello e inhalando de esta intimidad, me lo permita.

Los lobos alfas son flexibles, sugestivos y dominan las debilidades imprácticas para fortalecer sus sentidos de auto conservación.

Un jadeo de súplica se desliza entre mis labios en cuanto la piel se eriza al sentir su lengua tibia y húmeda probando de mis reflejos, zarcillos de nervios enroscándose deliciosamente en mi centro me obligan a agitarme entre su posesión, enredar las piernas al descubrir esa exposición de la libido que Pavel incita con su aliento exhalado en una sonrisa, aun bajo mi mentón.

—Hmm... no tienes idea de lo duro que me pone oírte ronronear de esa forma, sestra.

Su voz ronca varias octavas por debajo de lo permitido y siento la piel derritiéndose en la posesión de sus manos; una respiración profunda me obliga a ser consciente de su mirada salvaje y el deseo líquido vertiéndose en ellos. La presión de sus dedos bajo mi mandíbula sostiene firmemente mi atención, mientras escalofríos se deslizan como líquido en cada tramo de piel que sus dedos, sugestivamente, trazan.

La humedad de su lengua pincha sobre mis clavículas y Pavel engulle el gemido bajo la presión de sus yemas, delineando el contorno de mis senos, trazando la línea de su perfil con una adoración que roza lo perverso. La voz de la razón hostiga mi juicio en reacción a su vaga provocación, apenas ha mitigado la ira con un juego de roles en que incita la impaciencia.

La anticipación ronronea en mi voz, disuelta, líquida, sintiendo que la carne se vuelve gelatina entre sus dedos, descendiendo en mi vientre o contorneando apenas en un mimo la curva crispada e inquieta que resbala en la piel. En cuanto sus dedos perciben la tensión acumulada que se enrosca en mis músculos flexionados, sus dientes marcan la carne de mi cuello y deja fluir las yemas de sus dedos por debajo de la cintura del pantalón; mi piel se expande en una respiración aireada y siento el oxígeno lacerar los pulmones con la anticipación.

TOCKA [+18]Where stories live. Discover now