ГИПНОТИЧЕСКИЙ ДОМЕН

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(gipnoticheskiydomen)

DOMINIO HIPNÓTICO

DOMINIO HIPNÓTICO

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Avgust

El ambiente palpita de perversiones y escuece el tabaco sobre la retina vidriosa, ansiosa de los ojos retadores de los transeúntes; vagan buscando ciertas libertades que no puede percibir en el banal mundo en el que intentan sobrevivir.

Las luces tenues bifurcan a través de los cimientos tintados de rojo, el escondite es un antro de vicios malogrados y personificaciones de la noche de aspecto peligroso, intentando escapar de los suburbios.

El sabor amargo del whisky se deshace entre los ácidos estomacales y entre mis labios inclinados sobre el váter. La agonía me sabe a una burda interpretación del despecho y no puedo dejar de encontrarlo divertido, pese a mis esfuerzos, no concilio vislumbrar aquello que tan desesperadamente busco.

Puedo percibir el ambiente ciñéndose en la oscuridad de mis ojos, a la intranquilidad que profundiza en mi pecho al sentir el desplazamiento de las circunstancias, volviéndome del mismo material autodestructivo de años atrás.

Nuevamente, estás dejándote caer, Av, la misma mierda de inseguridad farfullando debilidades que no te conoces.

El tabaco entre mis labios evapora el sabor que asquea en mi lengua mientras atravieso los pasillos hacia el salón principal; la moqueta parece inestable esta noche, rezongando tras mis pisadas, tambaleándose morbosamente.

El tapiz verde está reiniciando la partida y me dejo caer sobre una de las sillas apostando una jugada de blackjack que se torna tentadora; uno de los participantes viste de rojo sangre, sus interminables piernas se me antojan demasiado suaves y esbeltas.

Ella alza las cejas, retadora y sonrío revisando dolorosamente mis cartas; advierto un matiz curioso en mi visión distorsionada. El servicio deposita un nuevo vaso de whisky frente a mí y la deliciosa fragancia imposibilita mi capacidad para resistirlo. Una mano sobre mi hombro, desestima, sin embargo, mi simpatía con el alcohol subordinando mi sistema nervioso.

—Has bebido demasiado, ¿no lo crees? —Vadik sugiere con su voz autoritaria. El clamor de su intención se percibe de una forma excitante, voluble a la pobre percepción del entorno que poseo en estos momentos—. ¿Por qué no regresamos? Tengo hambre.

—Una jugada más —rezongo, inclinándome para susurrar sobre la piel expuesta y palpitan de su cuello—, y dejaré que me muerdas de camino a casa.

La expresión severa en su rostro, contrae su autoridad anterior, nervioso e inseguro.

La banca reclama puntos, doblo la apuesta y aguardo al veredicto del escocés blindado de cabello incipiente creciendo en su rostro.

—Ni siquiera contaste la mano y doblaste la apuesta, idiota —replica Vadik, arrastrándome lejos de las esbeltas piernas que se cruzan por debajo del tapiz. El mareo repentino fuerza al volumen intimidante de músculos que sostiene mi cuerpo, a pretender que soy peso pluma—. ¿Av?

TOCKA [+18]Where stories live. Discover now