Capítulo 1

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Mis tíos habían peleado nuevamente, sus gritos furiosos e insultos volvieron a asustar a mi hermanita, tuve que llevarla al sótano para tratar de parar a mis tíos que parecían querer lanzarse al otro. No tengo ni idea como ambos pudieron adoptar a mi hermana o a mi, nuestra familia es tan disfuncional que llega casi a la catástrofe, pero supongo que pudieron adoptarnos por que eran los únicos familiares cercanos después de la muerte de nuestros padres.

Al tratar de pararlos pareció una pelea de perros, los toque y eso desató todo, se lanzaron el uno al otro agarrándose de los cabellos y empezaron a golpearse o rasguñarse, la mordida que iba para mí tío termino en mi debido a que estaba en medio de los dos, mi tía me mordió la mejilla y mi tío me rasguño el cuello. Afortunadamente, no fue terrible la marca pero ahora tenía que ir a la escuela con la marca roja y morada de dientes en mejilla, gracias a que casi nunca se ve mi cuello debido a mi largo pelo, nadie se dará cuenta de los rasguños rojos, a menos que alguien lo vea fijamente.

Pero solo tengo una amiga verdadera, Dinah Jane, que es la persona más despistada y olvidadiza del mundo, después de mi, obviamente. A pesar de no ser popular, tampoco soy una nerd, o un fantasma, infortunadamente, soy conocida por varios y desconocida para otros, los bully’s no se meten conmigo disque por que “soy tremendamente adorable y no lo quieren destruir, o no aún”, o eso me dijo Austin, el capitán patán de los patanes, aunque no entendí bien el “no aún”. Eso había pasado hace dos años de preparatoria, ahora estábamos en último y esperaba que fuera igual.

Aparte, no sé de dónde viene el soy tremendamente adorable, Dinah dice que lo soy por que soy tremendamente amable con todos después aún después de que me hayan tirado cosas o copiado en algún lado, o por que siempre saludo a los demás y les digo cosas bonitas, pero eso no lo veo adorable para mí simplemente es ser cortés y educada.

—¡Chancho, por Dios, olvide la cartulina!, ¡¿Qué rayos voy a hacer?!...—La alta chica rubia se acercó a mi agitandome mientras me cuestionaba.

—Cheeche, no pidieron una cartulina, estamos iniciando la primera semana de clases, lo único que pidieron fueron nuestros horarios forrados para no perderlos—Interrumpí tomándola del brazo para calmarla.

—¿En-enserio?—Preguntó parando de agitarme, a lo que agradecí por un segundo—¡Oh por Dios, Chancho!, ¡¿Quién mierdas te mordió?!—Exclamó llamando la atención de algunos que voltearon a verme espantados y alterados.

Esos eran los tipos que de preocupaban por mi, ¡Ni siquiera los conocía bien!.

—Estaba jugando con mi hermanita y las cosas se descontrolaron, ¡Puaw!—Fingí una explosión con mis manos y un pequeño ruidito haciendo más referencia—Ella me mordió pensando aún en el juego pero se pasó un poco de fuerza y pues… Eh… Así quedó—Reí nerviosamente escuchando como los otros soltaban suspiros aliviados.

Pasaron a un lado de mi revolviendo mi pelo y gracias a eso Dinah pudo ver los rasguños de mi cuello.

Oh recórcholis.

—¡Camila Cabello, tengo que ir al baño, acompáñame!—Agarró mi brazo una vez que los chicos pasaron y me jalo sin importarle como nos veían.

La verdad no me importaba, que miren lo que quieran. Sonreí ante ese pensamiento.

—¿Cheeche?...

Dinah me ignoró siguiendo jalandome hacia los baños esquivando a unas cuantas personas, antes de que me diera cuenta estábamos en el baño.

—¡Camila Cabello, explícame con la verdad quien te hizo eso!—Cerró con seguro la puerta y me miró cruzándose de brazos.

—Nadie—Mentí fijándome en los alrededores—Miraaa, que bonito lavabooo—Señalé los lavabos queriendo cambiar de tema.

—Camila—Regañó dando un leve golpe a la puerta.

—¡Bien, de acuerdo!, mis tíos se volvieron a pelear y tuve que meterme por que iban a agarrase a golpes pero todo se descontroló—Reí ligeramente nerviosa—Y parecían perros, se lanzaron al otro y quedé en medio de ambos—Reí recordando con gracia—Ya sabes, lo normal, unos rasguños por ahí, una mordida por acá—Movía mis manos explicando con gracia.

—Mila, eso no es normal, esa no es una simple mordida y esos en tu cuello no son simples rasguños—Suspiró viendo cómo acomodaba mi mochila incómoda—Sabes que siempre te puedes ir a vivir conmigo junto a tu hermana.

—¡No puedo!, seríamos demasiada carga para ti y tu familia, tienes miles de hermanos en tu casa—Replique tallándome la cara con frustración.

—¿Y que más da dos más?, mira Mila, tus tíos no son capaces de cuidar a tu hermana y a ti, prácticamente tú eres la que hace todo en casa, tus tíos apenas y trabajan—Levantó los brazos frustrada—Se la viven peleando y eso no es un lugar para vivir, tú eres más materna para tu hermana que tu tía…

—Lo sé, lo sé—Suspire cansada abriendo mi mochila—¿Me ayudas a ponerme la gasa?, no quiero más problemas por eso, además llegaremos tarde a español.

Escuché el suspiro de Dinah al cambiar el tema, sentí como se acercaba detrás de mi y me rodeó con sus brazos. Solté la respiración temblorosa y recargue mi cabeza en su hombro disfrutando de aquel momento de tranquilidad, no pasaron ni unos segundos cuando una puerta de los baños se abrió y de ella salió una mujer alta, pelo negro y piel blanca, su rostro cubierto de su cabello, vestida completamente de negro.

Ni siquiera me importó si ella hubiera llegado a escuchar, solo mi mirada se quedó pegada a ella mientras se lavaba las manos ignorándonos por completo, Dinah soltó una maldición soltándome para ponerse enfrente de mi tapándola de mi vista.

—Ni lo pienses, Camila—Murmuró cruzándose de brazos.

Sin querer dirigí mi vista al espejo donde pude verla de nuevo y ella seguía ignorándonos totalmente. Dinah me quitó la mochila sacando la gasa y una cinta para ponerla, quite mi mirada de Dinah y seguí viendo a aquella pelinegra que se secaba las manos.

—¡Auch, Dinah!—Me queje al sentir como estampaba la gasa en mi mejilla, trate de alejarme al sentir como seguía presionando y ponían la cinta.

Había cerrado fuertemente los ojos por el dolor y fruncí los labios en protesta pero solo me gane un golpe en la cabeza por sus dedos.

—Listo, ya te puse la cinta—Abrí los ojos molesta—Deja de hacer pucheros, tú me dijiste que te ayudará.

—¡Que me ayudaras, no que me golpearas con ello, salvaje!—Exclamé picándole más costillas.

Dinah solo reía a carcajadas cuando la avente y me di cuenta que aquella chica pelinegra ya no estaba ahí, suspiré frustrada y voltee hacia la rubia que seguía riéndose, molesta le saque la lengua.

Era infantil pero no me importaba.

Molesta, bufé y salí del baño frunciendo en ceño escuchando como Dinah me seguía aún riéndose de mis gestos.

—¡No te pienso ayudar con la tarea!—Advertí entrando al salón de clases viendo cómo la maestra aún no llegaba.

El salón estaba casi vacío, solo unas cuantas personas que ni me importo fijarme en ellas.

—¡Oh vamos, Chancho!, Solo te puse la gasa como me pediste—Exclamó secándose las lágrimas de la risa.

—Te pedí si me ayudabas a ponerme la gasa, no a golpearme con esta justamente ahí y ser una salvaje jirafa—Agite los brazos volteando a verla.

Y ahí fue cuando casi caigo al suelo, un pie fue puesto cuando caminaba hacia atrás pero esa misma persona me atrapo, inmediatamente me puse tensa al oler la loción de quien venía.

Austin Mahome.

—Oh Camilita, caíste a mis brazos—Sentí su sonrisa al hablar pero al tratar de irme él me sujetó más fuerte.

—¡Oye suéltala!—Escuche a Dinah decir pero yo estaba empeñada en qué me soltara.

Eso jamás había sucedido.

—Oh claro, pero después, ¿recuerdas aquella desde del aún no?—Preguntó agarrándome fuertemente de la cintura.

Molesta le di un codazo en el abdomen pero eso ni le afecto, gruñí sin importarme de que hablaba.

—Te he dicho que la soltaras, Mahome, no me hagas darte un golpe en la cara—Amenazó Dinah tomándome del brazo.

—Oh vamos como si fueras a hacer eso, eres una muje…

Fue interrumpido por un golpe en la barbilla que hizo que le soltara inmediatamente.

—¡Eso Chancho!—Exclamó Dinah orgullosa.

Por que ese golpe se lo di yo en mi momento de desesperación, salí corriendo de sus brazos para ponerme detrás de Dinah, simplemente por su altura. En ese momento me di cuenta que los que estaban en el salón simplemente eran los seguidores de Austin.

—¡Oh maldición, nena!, golpeas bien—Se agarró la mandíbula antes de mirarme… O a Dinah—Pero aún sigues siendo esa niñita tierna pero has crecido tanto—Murmuro mordiéndose el labio acercándose a Dinah, la cuál extendió los brazos para cubrirme pero inmediatamente alguien me tomo por atrás.

—¡Suéltame!—Chille tratando de soltarme viendo cómo Austin agarraba a Dinah.

—Tú amiga la marque como mía cuando decidí no hacerle bullying, sabía que detrás de aquella ternura e inocencia había un león, y mírala—Me señala cuando el hombre detrás de mi extendió mis brazos hacia los lados—Su cuerpo ya maduro…

Dinah le lanzó un golpe en el rostro a Austin el cual no logro esquivar al igual que tampoco pudo esquivar el golpe en sus testículos. Jale mis brazos hacia adelante y mi cabeza hacia atrás dándole un cabezazo al tipo que no previó ese movimiento y lo desconcertó soltándome. Dinah me jalo hacia ella pero los demás amigos de Austin nos taparon la salida.

—¡No nos hagas gritar Mahome, sabes que Mila es protegida por muchos!—Advirtió protegiéndome detrás de ella.

Ella siempre había sido mi protección desde pequeñas, aún cuando mis padres estaban vivos había sufrido algunos percances y ella había estado ahí como mi protectora, y ella misma de llamo así.

—Hazlo querida, muchos ya están en sus clases, ¿crees que no sabía eso?, obviamente preví que ustedes vendrían, así que les mentí a todos diciendo que había clase libre, que la maestra se había enfermado, claro… Excepto a ustedes—Sonrió burlonamente aún agarrándose su parte baja.

Fruncí el ceño molesta, ¡Obviamente no podría hacer nada!, eran 6 tipos más Mahome contra Dinah y yo. Antes de que siquiera Austin pudiera tocarnos, la puerta se abrió estruendosamente y entraron unos chicos y unas chicas.

Esos eran un grupo de lo populares, siempre vestidos de cuero o negro, y ahí estaba ella cruzada de brazos mirando fijamente a Mahome.

No me sabía el nombre de ninguno, jamás había convivido con ellos y siempre estaban en clases diferentes a las mías, pero al parecer Dinah si los conocía por que soltó un suspiro.

—Mahome, será mejor que las dejes—Habló uno de los chicos, me fijé en él y vestía de un chaqueta negra y con una ligera barba no tan crecida, tenía unos ojos impresionantemente azules.

—¿Por qué hacerlo, Tomlinson?—Preguntó risueño antes de darme una mirada de reojo.

Dinah me puso nuevamente detrás de ella cuando quise dar un paso hacía él para golpearlo por la mirada que me dio. Escuché un ligero gruñido pero no lo tome en cuenta por que en menos de un segundo Mahome estaba en el suelo con una mujer negra encima, o eso alcance a ver antes de que Dinah me tapara los ojos.

—¡Dinah, quiero ver cómo lo golpea!—Reclamé y de fondo escuché a varios reírse.

—Mila, lo verás con moretones más tarde.

Odiaba estar ciega, se sentía tan real de nuevo, pero la rubia no lo entendió y me movió aún con las manos en los ojos pero la dejé ser, si eso le ayudaba a sentirse bien la dejaría hacerlo.

—Dinaaah, me duele la cabeza, ¿podrías quitar tus manos de mis ojos?, por favor—Pedí sintiendo el leve palpite en mi cabeza.

—Bien—Refunfuñó quitándome la mano de los ojos antes de tomarme la mano y seguir caminando.

—Dinaaaah, puedo caminar solita—Replique viendo de reojo hacia atrás.

—Claro que puedes caminar, pero no te dejare hasta que llegues a la enfermería, ¡Golpeaste dos veces a dos personas con la cabeza!, sabes muy bien que puede pasar si te la golpeas demasiado fuerte.

Solté un suspiro antes de rodar los ojos, deje que me guiará sin decirle nada al notar su preocupación.


***

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