Charla II

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—¡Agh! ¡Ah! ¡Hijo de puta! ¡Ah!

Sentía como esa parte metálica me atravesaba consecutivas veces. Estaba tirado en el piso, tratando de arrastrarme y escapar de él, pero al ver que me alejaba un poco, atravesaba mis costillas para jalarme hacia sí, haciendo que el dolor aumentará de sobremanera.

Los glichtes en mi cuerpo eran varios... Un puto infierno.

Dejé de arrastrarme, no servía de nada, al menos para mí. Después de un momento, Reaper paró de lastimarme.

—P... Por favor... Déjame en paz... —dije...

Maldita sea...

Que malditamente débil era.

—I guess... Que quizás no lo eras tanto, hehe.

Ya, callate.

—Debo de sanarte. —clavó su guadaña en mi omóplato y giró mi cuerpo, haciendo que mire hacia arriba. —Debes de morir. —alzó su guadaña, haciendo que mi omóplato se dislocara, mierda, después bajó su arma con fuerza, perforando mi entrecejo.

Hubo silencio.

Reaper se alejó, junto con su guadaña, por fin esa puta arma se alejaba de mi.

—Ah.... A... Ah... —mi voz no se hizo esperar, apenas podía articular palabra alguna gracias al profundo corte que me dió. Todo mi cuerpo temblaba.

—Mierda. Muere de una maldita vez. —se volvió a acercar, invocó mi alma y la sostuvo en su mano. Era apenas una cuarta parte de un alma común, eso favorecía las cosas, si es que se podía hacer algo bueno con ella.

Reaper la sostuvo con firmeza, el simple tacto directo a mi alma hacia que gritara de dolor, no podía ni retorcerme. La parca tiró su guadaña para sostenerla por casi su hoja metálica, después la alzó y dejó caer hacia el resto de alma que tenía en sus manos.

Mi alma.

Por el fuerte impacto, su mano se había quebrado un poco, había usado a su favor los agujeros de sus putas manos para que la guadaña pase por ahí y dañará lo más que podía mi "alma", pero aún así había quebrado un poco los bordes del agujero de su mano.

—Aún nada. —soltó el alma y está se glichteo para ponerse en su lugar. Miró alrededor, tratando de buscar respuestas y opciones.

Estaba inmóvil. El dolor que recorría mi cuerpo no se detenía, ya no me salía voz ni lágrimas.

No sabía si mi código me recuperaría de ese estado. Sentía miedo, no, terror. Sentía puto terror.

—Eh...

—Lo tengo.

Reaper volteó su cuerpo y tomó de forma correcta su guadaña, la alzó y golpeó a la nada, abriendo un portal flotando a unos pocos centímetros del suelo, dirigía hacia su jardín.

Caminó hacia mi y me tomó de la bufanda, tirando de mí hacia el portal. Para hacer que pase por este, tomó de mi brazo y el cuello de la bufanda para tirarme a través del portal.

Esperó desde el otro lado. Aún no moría.

Entró a su universo, se agachó y me tomó de los pómulos, alzando un poco mi cráneo, ya estaba recuperándome de lo anterior. Pero...

¡¿Qué más tenía que hacer para librarme de mi sufrimiento?!

Soltó mi rostro y alzó su guadaña para terminar clavándome con esta, aún no moría.

Resignado hizo desvanecer su arma y miró alrededor, al parecer pensando de nuevo.

—Quizá estuviste tanto tiempo así que tu código se expandió. —puso su mano izquierda sosteniendo su propia barbilla. —Ya no eres una anomalía de tu universo... Eres una anomalía de todo el multiverso. Ink no tardará en darse cuenta... —soltó su babrilla y dejó su mano caer. —O bueno, de seguro ya lo hizo y solo está dejando que sigas tu rumbo. Maldición. Nunca se fija en lo demás. —invocó su guadaña y volteó a mirarme...

Huí lo más lejos que pude.

Corría a través de los pequeños matorrales hacia un bosque más frondoso. Miraba una que otra vez hacia atrás. Veía un cuervo volando hacia mi, supuse que era su mascota o incluso él mismo.

Me daba mucho miedo.

Cuando ya estaba por llegar al bosque, miré por el rabillo de mi cuenca a ese cuervo descender con las garras abiertas, apunto de atraparme.

Corrí más rápido, gracias a Asgore que llegué al último momento, con las copas de los árboles marchitos cubriéndome me sentía más tranquilo.

Empecé a correr en zig zag, tratando de perderlo, de un momento a otro cambié de dirección de forma brusca.

Llegué a salir del bosque después de un tiempo corriendo, estaba bajando una colina, pude divisar un jardín al final de esta, quería llegar ahí y volver a perder a Reaper, el cuervo volvió a encontrarme.

Gracias a una pequeña raíz tropecé, caí rodando durante todo el trayecto de la colina.

—Pfff...

Shh.

El agua se alzó, empapando las flores que estaban a su alrededor. Alcé mi cráneo, tosí, miré a mi alrededor y...

Wow...

Nunca había visto un lugar tan hermoso como ese.

Volteé a ver a la colina, ahí estaba Reaper, caminando de izquierda a derecha sin dejar de mirarme.

Era como un felino enjaulado viendo a su presa...

Pensando en cómo capturarla.

Me puse de pie y empecé a caminar, entrando más a ese hermoso jardín. Escuché pasos detrás mío por lo que heché a correr, Reaper otra vez estaba siguiéndome.

—But... ¿No querías mirar alrededor?

¡Por supuesto que quería! Quería sentarme y ver por horas cada árbol, flor, incluso la más mínima hierba que había en ese jardín, quería echarme para escuchar con calma el sonido del arroyo y el cantar de los pájaros.

Pero en ese entonces debía de huir.

Estaba muy agitado, no escuchaba ya pasos pero sabía que Reaper podía flotar, por ello el detenerse no estaba entre mis opciones. Seguí corriendo, podía escuchar una voz algo lejana, me ponía paranoico.

Miré hacia atrás para ver si me seguía, no estaba. Volví mi mirada hacia adelante y choqué con enredaderas gigantes que formaban un muro.

—¡Jaja! ¡Te atrapé, Sans! —canturreó una voz femenina y dulce.

Volteé a ver a la dueña de la voz, está sostenía un pequeño ramo de flores en una de sus manos mientras que con la otra acariciaba los pétalos de estas, su vista estaba fija en ese pequeño ramo.

—¿T... Toriel? —sentí que mi pupila se dilató.

—Nunca podrías ganarme a las traes en mi jardín. —alzó la mirada, estaba tan tranquila y pacífica, estaba llena de asombro y confusión... —¿Sans...?

Con un movimiento rápido, una hoja de metal cortó la mitad de las enredaderas, haciéndolas caer hacia Toriel y yo. Ella soltó el pequeño ramo de flores y alzó sus manos, haciendo que otras enredaderas sostuvieran las que caían.

Todo eso mientras que yo fui tirado al interior de un portal, apenas me pude alzar y ver a la parca cerrando el portal.

Volví a mi pantalla de guardado.

Volví a ese silencio sepulcral...

—¿Eso es todo?

¿Puedes venir mañana?

—Sure!

Esta bien... Voy a estar esperándote.

Deranged Mind [Error]Where stories live. Discover now