Prólogo: Llegando al pasado

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Cuatro años. Ese fue el tiempo que pasó desde que la maldita segunda guerra acabó.

Miles de familias fueron destruidas, padres que perdieron a sus hijos, e hijos que perdieron a sus padres.

Harry Potter había huido del mundo mágico apenas las cámaras se posaron en los juicios de mortifagos capturados, y cuando lo logró, cambió su "sobrenombre" al Real.

Harry Potter había dejado de existir para dar paso a Hadriel James Potter Prince, heredero de las nobles casas Potter y Prince, así mismo muchos lo estuvieron buscando, pero no hubo ninguna señal de su paradero.

La guerra le había dejado secuelas, la muerte había rozado su mejillas y el grito de terror de muchas personas, espantaba sus sueños, por eso agradeció que tuviera magia y poder hacer unas cuantas pociones.

Sabia que el mundo mágico lo buscaba, los altos mandos lo creían un peligro por la cantidad de magia que él poseía, pero aunque dieran con él, no podían hacerle nada, pues tenía a varios gobiernos cuidando sus espaldas y solo un determinado número de personas conocían su ubicación. 

- Harry - llamaron

Hubiera ignorado el llamado, hubiera hecho oídos sordos de no ser por el amor que sentía por aquella joven.

- Nea, ¿Qué te he dicho de entrar así a mí despacho? - cuestiono, alzando la vista de la montaña de papeles que tenía

- Me disculpo, pero nuestro hermano ya llegó, trae el libro - aseguro ella

Los ojos verdes semejantes a la maldición asesina la observaron, si eso era cierto, podrían ayudar a su familia a detener a Voldemort sin necesidad de armar una guerra antes de tiempo.

- Vamos - susurro

Mago y bruja caminaron hacía la gran biblioteca que el castillo Peverell tenía. Al entrar pudo ver a sus amigos y familia, su prometida estaba sentada en el suelo con una pila de libros a su lado y un niño de cuatro años y medio a su lado quien jugaba entretenido, en una de las ocho mesas largas, repletas de libros estaban a su alrededor estaba una figura más pequeña que él, su hermano estaba ahí, detallando los libros que tenía en las manos, cerca de la chimenea estaba los hermanos Malfoy quienes jugaban con una pequeña niña de cinco años, en las escaleras de madera, buscando algún libro, estaba su hermano de otra madre quien dejaba salir libros que ocuparían, y en un sillón individual estaba su hermano mayor.

- Nea dices que has encontrado el libro, ¿Es cierto? - cuestiono el joven mago

- Sí, fue difícil, pero lo encontré en las profundidades de la mansión Riddle - comentó el mayor - Fue difícil, más que nada porque la mansión está en ruinas

- comprendo - asintió Harry

Cuando abrieron el libro, vieron muchas runas, mismas que la futura señora Potter y el heredero Malfoy tradujeron hasta que tuvieron las instrucciones exactas.

- ¿Cuanto nos va a llevar? - cuestiono Harry mirando las dieciséis runas que debían de hacer

- Si trabajamos desde ahorita, nos tardaremos cuarenta y ocho horas - aseguró la joven rubia - Llamaré al resto

- Hazlo Luna, que la orden estelar esté aquí lo antes posible - pidió Harry - Neville acompáñala

Neville Longbottom, actual jefe de su casa asintió, junto a su amiga salieron a buscar al resto y para la hora de la cena, la gran mesa estaba llena.

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora