𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫

La Cámara De Los Secretos: El rubio teñido

Los presentes pidieron permiso para comenzar a comer, la comida apareció, pero aun así, la atención de varios se centro en el bebé, pues aun estaba claro que Jackson LeFay estaba a la defensiva.

- ¿Por qué Jack esta a la defensiva? - interrogo Luna, llamando la atención de muchos

- Tienes razón, ¿Por qué estás a la defensiva? - interrogo Phineas

Jackson y Damián se miraron, estaba claro que no sabían como decir lo que rondaba por su mente, por tal motivo fue  la propia Muriel quien había terminado hablando.

- Percy tiene el vientre inflamado e irritación provocada porque no se le ha atendido correctamente, así mismo presenta un breve brote de alergia por algo que se le haya dado - expresó la mayor

Los mayores de sintieron molestos, furiosos, la mirada de todos estaba en los Weasley. Arthur quien había prestado atención a todo, se volvió a observar a su esposa.

- Molly, ¿Qué hiciste? - cuestionó serio Arthur

La dura voz del pelirrojo solo terminaba de dar a notar que en su defecto, él no sabía lo que realmente hacía su esposa cuando estaba sola.

- ¿Qué otra cosa le hiciste a mis hijos? - interrogó molesto el pelirrojo

Todos vieron como la propia pelirroja observaba a otro lado, había hecho algo más de eso estaban seguros.

- Lord LeFay - llamó Muriel, causando un breve mirada de confusión del pelirrojo - ¿Puede revisar  William y a Charles?

Jack asintió. Colocándose de pies, se acercó hacia los pequeños niños que hasta ahora estaban sumamente callados, lo que preocupó a muchos, cuando se acercó más, Molly Weasley no reacciono bien y sacó su varita, apuntando lo.

- ¡Aléjate de mis hijos, remedo de mortifago! - exclamo furiosa

Jackson se quedó sorprendido, si bien sabía sobre lo que estaba pasando, no había considerado que al despertar su magia, las personas lo señalaran como un partidario de Voldemort, estaba desconcertado, sentía su magia revoloteando, pero no fue la suya la que de elevo, sino la de alguien más.

- ¡Tú, perra! - exclamó Athenea, sus ojos verdes centelleaban de furia - Cuida tu boca cuando te dirigías a mi padre, estúpida

La magia de Athenea revoloteaba, Hadriel se quería reír ¡Claro que sí! Pero observo a Arthur Weasley.  El pelirrojo siempre había sido un enigma para él, la forma en que parecía querer buscar a Percy, pero a la vez ignorarlo, no comprendía, pero estaba claro que el pelirrojo estaba dispuesto a hechizar a alguien si se acercaban a sus hijos.

- Señor Weasley, permita que el doctor LeFay atienda a sus hijos - hablo Hadriel, su voz sonaba tranquila, estaba claro que solo quería ayudar

Arthur Weasley parpadeó varias veces y asintió, el joven frente de él le emanaba una buena confianza, pero ahora, en aquellos instantes Molly le estaba dando desconfianza.

Jackson revisaba a los menores bajo la atenta mirada del padre de estos, estaba claro que no se sentía muy feliz, pero había cosas que incluso Arthur Weasley; no podía prevenir cuando se trataba de trabajar y dejar a sus hijos solos en casa.

- Tío Jack, ¿Qué tienen? - cuestiono Draco con suma curiosidad

- Están un poco desnutridos, la cantidad de comida proporcionada no es equivalente a lo que deberían de consumir - expreso Jackson, tomando en sus brazos a Charlie - Si no le molesta, me quedaré con ellos lo que queda de las lecturas, ya que han demostrado no ser realmente aptos para cuidar de unos niños