85| La última noche del verano._(parte02)

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-No puedo hacerte daño. No voy a hacerte daño- Pensó, mientras miraba sus ojos e intentaba respirar en calma. Mientras el corazón se le retorcía por dentro. Mike se tomó un segundo o más.

-Si- Por fin saco la voz- Es una mujer excepcional- Aseguro buscando la mirada de Christopher a su costado. -No sería digno si no la deseara cómo cualquier otro plebeyo. Todo hombre de Eastland caería de rodillas por la joya más valiosa de Cydonia-

Chérie atajo con esfuerzo esa sonrisa. Intento mostrarse indiferente. El corazón se estremeció por dentro. De pronto ese destello en su mirar le trajo a Mike ese inesperado recuerdo. La expresión indefensa de esa jovencita que alguna vez le suplico misericordia, tras el rechazo y la humillación de su rey. Aquella noche de fiesta tras la Coronación de ambos.
Algo frágil escondido adoraba en el momento menos oportuno.

-...Y probablemente perdería la cabeza- Agrego Sworth con esa sombría entonación.

-Lo más seguro es tal vez no llegue a ver el amanecer- Contesto Mike con ironía, desenfado y con la espalda de piedra.

Sworth sonrió, sin esconder ese placer insano, del control sobre la situación.
-No te voy a asesinar si es lo que temes mi querido amigo.- Negó. El rey, estaba intentando justo lo contrario. Bajo la daga. -Puedes acercarte, imagino que debe haber algún espacio de esa perfecta piel que quieras degustar-

Mike escucho sus palabras pero no presto atención. Porque con el último comentario de Christopher había reaccionando. Era la última noche. Tal vez no habría amanecer. Ni un miserable momento para la despedida. Era evidente ese secreto entre el y la dulce Cereza ya no lo podrían esconder más.

-Mi Señor, creo que está más que claro tu punto... Por favor- Chérie objeto con la garganta apretada y sus últimas palabras se convirtieron en el inicio de un sollozo.

-Mi pequeña adoración, solo deja de pensar...- Sugirió con paciencia - Imagino que Cavendish te puede complacer. Siempre fue uno de los favoritos en el burdel de Aeval. Incluso, inspiro uno de sus más célebres cuentos-

Chérie abrió mucho los ojos frente a la confirmación de lo que ella ya sospechaba. Esa historia. Si. Tenía que ser él.

-Creeme mi amor, nunca te entregaría a cualquiera.- Le explicó Sworth.

La joya observo al bastardo detenida. Sin lograr vislumbrar la decisión correcta. Sin embargo algo en los ojos de su invitado le advirtió que él ya lo había resuelto.

El rubio extendió su largo brazo, intentando alcanzarla. Fue un movimiento interesante. Cualquiera hubiera anticipado un intento más brutal. Pero fue calculado. Sutil, simple y directo. Con la yema de su dedo del corazón derecho. Con ese dedo que debió llevar un macizo rubí engarzado en oro de la casa Bellerose. Acaricio casi imperceptible el borde de su pezón, ese que justo estaba sobre su corazón.
De inmediato todo su cuerpo reaccionó en un estremecimiento incrédulo. -Señor Cavendish...- Intento sacar la voz. Su mirar titilo inseguro.
Mientras quería gritar. Su señor estaba ahí. Frente a su Amo. Sin imaginar su pretender. ¿Qué debía entender?. Su corazón se desboco por unos segundos.

-Su alteza.- Suspiró Mike- Como ya lo exprese... - Se inclinó hasta terminar de rodillas a sobre las pieles esperando que ella entendiera sus intenciones. Sin intentar levantar su mirada. Entonces vio el vestido arrugado entre sus pies. Dulce tomo su tobillo y lo levanto lo necesario para quitar la prenda de en medio.

Chérie miro hacía el cielo. Suplicando en su interior la legítima piedad de Christopher. Una especie de hielo se apoderó de su espalda recorriendo toda su columna vertebral. Luego sintió el aliento de Mike sobre su estómago, su rostro estaba a centímetros de su piel. Los labios del rubio se movieron muy suave por el centro del estómago subiendo en dirección a su pecho.

Owner & Lord (En Corrección)Where stories live. Discover now