La noche llegó a la ajetreada e iluminada ciudad de Seúl. Las calles estaban llenas de vida y para cualquiera sería una grata estar en aquel bello lugar. Jimin se encontraba tirado sobre su cama junto a sus peluches, que ahora sabía que pertenecía a una colección llamada BT21. Miró su techo apreciando las estrellitas (que iluminaban en la oscuridad) pegadas en esta, recordó cuando había decorado su cuarto y sin dudarlo las pegó ahí siendo estas su compañía en la noche, con su luz.
Su teléfono empezó a sonar indicando una llamada entrante. Se estiró hasta la pequeña mesita al lado de la cama y miró quien era. Sus mejillas se ruborizaron al identificar quien era; se sentó bien, cruzó sus piernas y pegó su espalda en el respaldar. Suspiró levemente preparándose, para no ponerse nervioso; prendió la lamparita y descolgó la llamada.
— ¿H-Hola? — bueno. . . al menos no se había quedado medía hora callado hasta que el alfa se le ocurría hablar, gran avance.
— Jimin. ¿Qué tal, cómo estás? — la animada voz del alfa le hizo sonreír. Agarró el peluche de corazón y lo atrajo hasta su pecho.
— Eh. . . Bien hyung, ¿y usted? — en todo el tiempo que habían llevado hablando Jimin jamás lo había llamado 'hyung' o si lo hacia era muy rara vez. Tampoco es que el alfa se quejara, le gustaba que el omega inconscientemente tomaba mucha confianza con él.
— Bien, igual. ¿Y qué hacías? Ya está tarde, seguro te desperté. . . — su voz sonó apenada. Jimin frunció el ceño y miró la hora dándose cuenta que eran casi las 3 de la mañana. ¿Acaso se había quedado despierto, y divagando en sus pensamientos, todo ese tiempo?
— Estaba haciendo algunos trabajos. —mintió— ¿Y usted? ¿Cómo se le ocurre llamar a un omega a tan altas horas de la noche? —su padre omega le había enseñado que un alfa jamás debe buscarte en la madrugada, ya que está muy mal visto; es preferible que este te busque de día.
El azabache rascó su nuca nervioso. ¿Acaso estaba mal llamarlo a esa hora? Jamás lo había creído, ya que las anteriores veces también había hablado hasta tarde, con la única diferencia que su charla empezaba temprano. Se golpeó la frente sin hacer mucho ruido. — Yo. . . Lo siento, no creí que te molestaría; acabo de salir del trabajo y quise hablar contigo, pero si no te gusta mañana en la tarde puedo llamarte. . .
Tampoco era la intención del omega que el alfa se preocupara, no quería decirlo de mala forma. Relamió sus labios y negó. — No, no es que me molesta, solo. . . decía. — cerró los ojos y pegó su cara al peluche ahogando un grito, era un idiota.
El alfa al otro lado de la línea escuchó el ruido y sonrió, apostaba de que estaba rojo, y la ternura se apoderó de él al pensar que sus lindos mofletes tomaban ese lindo color. — Dijo. . . ¿Dijo que quería hablar conmigo? — preguntó despacio, casi inaudible para el mayor.
— Sí, me gusta hablar con la persona que me sube los ánimos luego de un estresante día. — sus pálidas mejillas también tomaron color a decir eso. Llegó hasta su cama luego de cambiarse y sin taparse se echó, prendiendo la lampara que reposaba en su velador. Podía escuchar como el omega decía incoherencias siendo amortiguadas por algo, le encantaba cuando este actuaba de forma nerviosa. A su lobo se le subía el ego al ver que con sus palabras ponía nervioso a su omega. Le encantaba.
Después de que Jimin se calmara siguieron hablando cosas triviales, como fue su día, que comieron, que hicieron, entre varias cosas. La vida del omega se escuchaba mucho más divertida que la del alfa; escuchar como sus compañeros jugaban bromas a otros compañeros o como se organizaban y se llevaban tan bien era mejor que escuchar como aplastabas tu trasero en una oficina escuchando pedidos o a unos viejos que llegaban a colmar su paciencia. La conversación que tuvo con Hoseok vino a la cabeza del azabache. ¿Sería buen momento preguntarle al menor? Hace unas semanas atrás tuvieron una salida donde fueron a diferentes lugares; fue divertido ya que el rubio parecía un niño emocionado al ver lugares que no conocía y para sus ojos eran increíbles.
ESTÁS LEYENDO
DESTINO ; 윤민 [YM]
General FictionSer un chico normal es difícil. Ser príncipe también. Min Yoongi, alfa y hijo único de los actuales reyes Min, no sabe mucho sobre el amor y tal vez no lo sepa, ya que dentro de su familia lo único que importa son las uniones y los beneficios qu...