Capítulo 16

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Después de unos minutos besándonos, se separa lentamente de mi y me mira a los ojos complacido.

- Estoy listo para contarles a mis padres sobre ti, ¡Y sobre nuestro hijo! - exclama mientras se levanta.

- ¿Qué? - pregunto desconcertada. - ¿Ahora mismo? -

¿Estoy lista para conocer a la Reina y al Rey?

¿Y decirles que llevo el bebé del Príncipe? ¡De su hijo!

Aiden me convence no sé como, y nos volvemos, no sin antes cerrar el precioso parque.

 Al subir al coche, todo son miedos, no puedo dejar de pensar en Victoria, ella es una princesa griega, ella tiene un estatus, yo no tengo absolutamente nada, bueno, solo un pequeño bebé. 

Al llegar a palacio, y antes de abrir las puertas del gran salón, Aiden me agarra de la mano para darme un apoyo que en estos momentos era fundamental y necesario.

Cuando los dos entramos al Gran Salón, nos damos cuenta que la Reina y el Rey no están solos.

¡Victoria está aquí! ¡Con sus padres!

Todos en la habitación se giran y notan que Aiden me está agarrando mi mano.

- ¿Esto? - dice una Victoria loca de furia. - ¿Esto es lo que elegiste sobre mí, Aiden? - se levanta de su sillón y se acerca a nosotros con enfado.

- No buscamos causar ningún problema... Yo... - intentaba calmar a la agitada gente, aunque quizá hubiera sido mejor quedarme callada.

- Vienes aquí, ¿Sosteniendo la mano de mi prometido y no esperas problemas? - 

- Si alguien termina el compromiso, ya no es tu prometido. - digo seria.

- ¡Tienes una boca enorme para ser una rompe hogares! ¡Es una basura, joder! ¿No lo ves, Aiden? - dice chillando.

- Vete, Victoria, ¡Ahora mismo! - grita Aiden, apuntando con el dedo índice la salida.

Victoria sale de la sala, mientras lo hace me da una mirada amenazadora, ella y sus padres salen con furia en sus cuerpos.

- Victoria puede ser dramática, pero tiene razón. Esta chica no es de la realeza. Pero para comenzar todo esto, ¿Quién es ella? - dice la Reina Margaret.

- Bueno, mamá. Por eso la traje aquí. Quiero que conozcas a Leah. - dice mientras hace que nos acerquemos un poco más a los monarcas.

- Es un placer conocerla, Alteza Real. - extiendo la mano hacia la Reina, pero ella solo se digna a mirar mi mano con asco. 

- ¿Alteza Real? ¿Estamos en una película de Disney? - pregunta ella con reticencia.

- ¿No puedes ni siquiera pretender ser amable por una vez, mamá? Está embarazada de mi hijo. - suelta las palabras como si no tuvieran la importancia que merecen.

La habitación está llena de un silencio estremecedor.

- ¿Qué? ¿Estás segura? ¿Te has hecho pruebas? - pregunta ella con los ojos como platos, parece que se esperaba todo menos eso.

- Sí, hemos ido al médico, está embarazada. - dice Aiden convencido.

- No dudo lo contrario, pero no sabes si eres el padre. El dinero, ¿Cuánto dinero buscas? ¿Esa es tu estafa? -

- ¡Mamá, basta! -

 - No, no estoy detrás del dinero, no me hace falta, puedo vivir de sobras con lo que genero, soy diseñadora. Su hijo y yo nos preocupamos el uno por el otro, hay amor. - digo con sentimiento.

- Ahórrate tu pequeño discurso preparado, ya lo he oído antes. - parece que Margaret no quiere escuchar absolutamente nada.

- Todo lo que queremos es lo mejor para nuestro bebé, eso es todo. - digo sinceramente.

- Todo esto es ridículo. No te vas a casar con esta chica. Si realmente insistes en mantenerla por aquí, encontraremos un lugar en esta ciudad para esconderla. Pero no te casarás con ella. -

- ¿Esconderla? ¿De verdad crees que puedes hacer lo que quieras a quien quieras? Pero después de lo que le hiciste a Harry, no debería esperar otra cosa. - 

¿Harry? ¿No es ese su hermano?

- Leah, vámonos de aquí, no vale la pena seguir con esta conversación. -

Nos subimos al coche y volvemos a mi apartamento, pero esta vez menos ilusionados y totalmente en silencio.

Al entrar en el apartamento puedo ver que Aiden todavía sigue furioso.

- No puedo creer la forma en la que te habló, ¿Por qué es así? ¡Me da mucha rabia! Siempre ha hecho cosas así. - Aiden se sienta en el sofá, tapándose la cara con las dos manos.

- No te preocupes, Aiden. Sabías que el primer encuentro iba a ser difícil. Solo cálmate. Estoy bien, nuestro bebé está bien. - digo acariciándole la nuca con delicadeza.

- Lo siento. Debería estar calmándote después de la forma en que te trataron. - 

- Soy lo suficientemente fuerte para llevarlo, no te preocupes. - espero que mis palabras puedan calmarlo.

- Mientras te tenga conmigo, también podré llevarlo. -

- No te preocupes, no voy a ir a ninguna parte. - digo con una sonrisa.

Con delicadeza tomo la mano de Aiden y la pongo encima de mi vientre.

- Ninguno de los dos va a ir a ninguna parte. - mis ojos miran profundamente los suyos.

Ambos nos miramos profundamente a los ojos.

Olvido quién hizo el primer movimiento, pero Aiden empieza a besar mi cuello, mientras yo empiezo a corresponder, de repente, hay un zumbido en la puerta.

Frustrado, Aiden se levanta para abrir la puerta.

Al abrirla ve una caja en el suelo, la levanta y la trae hacia donde estoy yo.

Agarro la caja extrañada y la abro con cuidado.

Al abrirla un chillido sale desesperadamente por mi boca, haciendo que la caja caiga al suelo.

- ¿Qué? - pregunta él alarmado.

- Alguien le cortó la cabeza a una muñeca y me la envió en esta caja. - digo temblando.

- Hay una nota aquí también. - dice mientras se agacha y recoge una pequeña nota del suelo, quizá al caer la caja de mis piernas ha salido.

Mantente alejada del Príncipe o habrá consecuencias.

Instintivamente, coloco mi mano sobre mi vientre.

¿Mi bebé? ¿Mi bebé está en peligro? 

El bebé de la RealezaWhere stories live. Discover now