Calor

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Sabía que este momento llegaría, estaba tan nerviosa desde que Iracema mencionó a Irina, que mis entrañas se revolvían con tan solo imaginar cuando al fin la volviera a ver, y ahora está ella ahí, delante mío, se ve genial con los tatuajes cubriendo su piel, sus ojos azules intensos y esa ropa tan femenina me enloquece. 

Irina pasa su mano a Orkias y a Solei quienes la reciben con la misma felicidad como se recibe a una ex alumna brillante, porque eso es ella. 

Tras la chica están Franco y Maitena orgullosos por volver a presentar a la niña perfecta, aunque de niña parece no tener más nada. 

El rostro de Irina cambió a una fría y cruda, versus a la ternura de la secundaria, no es que me moleste en absoluto, lo único que re afirmo al verla más madura es que me mueve el piso, como siempre.

—Anastasia Ario —Saluda Fernando uno de mis ex compañeros, quién llegó con la chica de España —. Tanto tiempo, tan hermosa como siempre. 

—Gracias Fernando, tu sigues igual.

El moreno sólo sonrió y se desordenó el cabello, en lo que hace eso, Mateus, el otro ex compañero que también está con Irina en España se acerca a saludarme tomado mi mano. 

Me hace una seña para decirme que está feliz de verme. 

—También estoy feliz —digo acompañando mis palabras con el lenguaje de señas. 

Mateus perdió la audición cuando peleamos contra Carina, aún no me recupero de la culpa que sentí, pero él no dejó de hacerme saber que no me culpaba por ello. Perdonó que haya ido con Carina, y se encargó de volver a hacerme sentir parte del grupo los años siguientes. 

—Vamos a pasar a nuestra habitación, aparentemente llegamos tarde, y nos colocaron en una sala con tu hermano. —Fernando habla un poco frustrado, y puedo notar porqué, no es que mi hermano le desagrade, es que lo separa de Irina. 

La información es suficiente, ellos salen, y cuando digo ellos, hablo de los tres, genial... una desventaja... o no, ya veremos cómo es nuestro primer contacto. 

Los adultos siguen hablando con la chica, quién les explica apasionadamente algunas cosas, sus manos bailan por los aires y su larga cabellera le cuelga por los hombros. ¡Cuánto ha cambiado! esa actitud llena de confianza me encanta. 

Trueno los huesos de los dedos, cuando me dispongo a caminar hasta la chica y meterme en medio de la conversación, pero el destino es un cruel jugador, que ama tentarnos en todo momento, ofreciéndonos todos los platos a la vez. 

Thalía, la hermosa Gianti pasa con un montón de libros en sus brazos ¿Qué hace la chica trabajando? se supone que debe estar de reposo. 

—¡Oye! —llamo a la chica quien se detiene de golpe y hecha unos cuántos libros al suelo —. ¿Me puedes explicar qué haces llevando estas cosas? ¿No deberías estar reposando? 

Mi reprenda hace que los presentes volteen hacia nosotras, y la Gianti se pone roja al darse cuenta. 

—La idea era que nadie me viera cuando lo hacía, pero ahora medio pueblo lo sabe —Se queja e intenta alzar los libros, pero la aparto y los levanto yo. 

—Bebé, no estoy acostumbrada a hacer las cosas mal, y si tu debes reposar, debes reposar. 

Thalia siempre se ve tan apetecible, pero cuando se sonroja es otro nivel, le quito los otros libros que tiene en la mano y ella se reincorpora sacudiendo su ropa. 

—¿Qué haces aquí Thalia? —Solei llegó hasta nosotros y el regaño se hace en un susurro casi inaudible —. ¿Para eso querías una habitación sola? para hacer lo que se te cante... acabas de perder el privilegio...

Los secretos de La Colmena  [Libro 2]Where stories live. Discover now