Capítulo 32

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Decidió tomar el viaje más largo, el camino en el que podría escuchar música conforme iba a su hogar. Para Taehyung era maravilloso conducir hasta el campo incluso si eso le tomaba días. Era la mejor sensación que podría experimentar, no pudo hacerlo de niño, pero no le molestaba hacerlo ahora. 

Lamentablemente cada canción que escuchaba le recordaba algún momento de su vida, la música se escucha triste con tan solo pensar en aquella historia jamás contada. Porque sí, ha contado muchas historias con diferentes versiones pero solo él sabe cuál es la original. Conforme las canciones cambiaban su estado de ánimo también lo hacía. Por ratos lloraba, por ratos reía, por ratos acompañaba la canción y cantaba sobre la letra de esta.

La estación era perfecta, y se sentía bien estar solo. Porque ahora recordará este lindo momento acompañándose a sí mismo, y no acompañando a alguien que probablemente no esté con él cuando lo recuerde.

***

─Bienvenida, mamá.

Adrien sonrió dulcemente y llevó a su madre hasta la sala principal. Su madre seguía con una sonrisa escasa por la dulce bienvenida. El tiempo en el hospital valió la pena, la señora Bayly se prometió a sí misma pasar más tiempo con su hijo, y haría de todo por recuperar el tiempo que se lo dedicó a otra gente. También quería reparar muchas cosas con sus demás hijos.
Lo primero que hizo fue pedirle disculpas a su hijo mayor, nunca debieron de alejarse, nunca debió negarlo. Aprovechó el tiempo en el hospital para arreglar aquellos problemas. Le pidió disculpas a su hija Regina, por arrebatarle su felicidad. Nunca debió obligarla a salir con ninguno de los hombres que según ella le convenían. Gracias a esas disculpas ahora Regina se atrevió a pedirle el divorcio a su pareja, Sehun. Porque sabía que había pasado muy poco tiempo desde que se habían casado, pero no podía esperar más para alejarse del hombre que no amaba.
Tuvo un dilema al momento de pedirle disculpas a Rouse porque ella sentía que sí debía de pedirle disculpas a su hija, pero también sentía que la salvó de algo que probablemente se lo agradecería en algún momento.
Le dijo que lamentaba mucho haberla atormentado todo ese tiempo, de haberle dado más atención a Regina por ser simplemente la mayor. También pidió perdón por involucrarse en su vida amorosa, no debía de hacer eso. La señora Bayly se prometió a sí misma dejar que sus hijos sean felices con las personas que ellos quieran serlo, incluso si a ella no le agradan esas personas.
Le pidió disculpas a Lorena y a Adrien, por no darles la atención, el interés que tanto necesitaban.

─Mamá, compré pastelitos pero recién me enteré que aún no puedes comer azúcar... Así que lo dejaremos para otro día.

Pasaron el resto de la tarde así, conversando sobre lo último que había pasado en la vida de Adrien y en pensamientos personales.

Adrien jamás olvidará el momento cuando su madre entre lágrimas le decía que la perdonara. Por fallarle como madre y como amiga. Adrien aceptó las disculpas, pero en él quedó la duda sobre qué tenía aquel tipo que no tuviese su padre.

***

─¿Debería de llevar mucha ropa?

─No. Solo será una semana mi amor.

Jimin alistaba su maleta mientras que Rouse solo estaba echada en su cama viendo el techo.

─Duerme aquí hoy ─dijo de repente.

─No traje ropa para mañana.

─Hagamos lo de ese día, hoy, mañana y siempre ─sonrió dulcemente.

─Eso suena agotador.

─Pero es fascinante ¿No?

Rouse rio y se puso de pie para besarlo, Jimin rodeó su cintura y continuó aquel beso. Entre sonrisas que se formaban inconscientemente conforme continuaban juntos.

─Se siente muy bien amarte Jimin.

Algo se detuvo en él, su sonrisa desapareció pero no por enojo o tristeza, no podía creer lo que ella había dicho.

─¿Se siente bien? ─preguntó sin dejar de mirarla.

─Sé que es la primera vez que lo digo, y realmente siento esto, realmente te amo mucho.

No bastó nada más para que sus labios se unieran de nuevo en un beso, sus manos volvieron al lugar que ya conocían. Sus caricias eran delicadas y lentas, aquellos frágiles dedos se sentían eternos.

─Quiero amarte para siempre.

Rouse ya había escuchado esas palabras antes, pero a él le creía, en verdad le creía todo.

Con él se sentía diferente, tanto que quiso llorar pero no se atrevió a hacerlo. Acarició el rostro de la persona que tenía en frente, y lo miró con dulzura. Con él todo ha sido diferente, con él no hay dramas, solo hay sonrisas y buenos momentos. Y se sentía extraña tal vez porque nunca antes había sentido esto.

─Yo también quiero amarte para siempre.

***

Taehyung llegó luego de muchas horas de viaje, pasó por el pequeño mercado y aprovechó para comprar cosas fundamentales que necesitaría para su pequeña estadía en casa de su abuela.

A penas entró sintió la nostalgia que llenaba la pequeña casa; se puso a llorar.

Lamentaba haber abandonado la casa donde nacieron momentos hermosos que jamás olvidará. Lamentaba haberse ido apenas sucedió la tragedia, él era aún un niño, no había quién lo cuidara aquí, pero de todas formas se sentía culpable.

Se sentía mal por no haber venido durante tantos años solo por no querer recordar el dolor que dejó su abuela cuando se fue.

─En verdad lo siento tanto abuelita.

Se quedó llorando ahí, apenas en la entrada, con la casa llena de telarañas y llena de polvo. Porque tristemente, todo le recordaba a personas que ya no estaban en su vida.

***

En la noche, Taehyung decidió ir a visitar a la abuela de Rouse, a ella también la quiso como una madre.

De niño se preguntaba mucho por qué las abuelas vuelven a tomar el rol de madre con los nietos, era extraño y difícil de entender.

No era tan tarde y al parecer muchas cosas han cambiado. Ya no hay niños jugando a altas horas de la noche como sucedía antes, o señoras chismeando sobre temas ajenos. La calle estaba silenciosa, y se sentía extraño.

Tocó la puerta tres veces por instinto, abrió la puerta una señora que reconocía, pero no era la abuela.

─Taehyung...

─Hola ─no recordaba el nombre de la señora así que solo sonrió pero ella no respondió igual─. Vine a ver a la abuela...

La señora seguía callada, observándolo.

─¿Desde cuándo estás aquí? ─habló luego de un largo rato.

Taehyung sonrió nervioso.

─¿Por qué me mira de esa forma? Llegué hace un rato y quise saludar a la abuela.

─Si hubieras llegado cinco minutos antes hubieras podido despedirte.

─¿Qué?

─Ella acaba de fallecer.

Después de un AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora