Confesiones [Iguro Obanai]

ღDibujoღ

—Disculpe, Shinazugawa-sensei —la clase se quedó en silencio, dirigiendo su mirada al menor que se asomaba por la puerta.

—¿Necesitas algo, Senjuro?

—¿Entonces no tienes ninguna confesión para hoy? —Akari miro a la pequeña Rengoku buscando en su teléfono alguna manera para confesarse— Según tus apuntes, hoy debería ser un dibujo.

—¡Lo sé pero...! —Azumi bajo la mirada— Hice el dibujo pero no me convenció del todo así que lo deje en casa. ¿Y si no le gusta?

—Azumi, tus dibujos son lindos —dijo mientras acariciaba la cabeza de la fémina— Debes tener más confianza en ti misma. ¿Porque no aprovechas que el maestro Tengen no vino y vuelves a intentar con el dibujo?

—Lo intentaré —murmuró con una pequeña sonrisa— Ahora que lo pienso, ¿No deberías estar en tu clase, Akari?

La azabache rió nerviosa, se había escapado de la clase de Sanemi debido a que detestaba su materia. Pronto, la campana sonó, indicando la hora del almuerzo y alarmado a la pequeña Rengoku.

—No puedo hacerlo —se lamento mientras arrugaba su tercer intento de dibujo sin terminar.

—¿Y si te confiesas con un beso? —la sonrisa pícara de Akari hizo sonrojar a la menor, quien negó rápidamente haciendo reír a la azabache.

—¿Tienes un momento, Azumi-san? —la menor se sorprendió al escuchar la voz de Obanai llamándola.

—Y el príncipe azul entra en escena, buena suerte, Azumi —susurró Akari.

—¿Iguro-senpai? —la fémina miro confundida al mayor quien le ofrecía lo que era su almuerzo.

—Senjuro fue a mi clase diciendo que lo olvidaste en casa —Azumi se sonrojo ante ello. ¿Porque su hermano le daría su almuerzo a Obanai?— Por cierto, dibujas muy bien, Azumi-san, no deberías sentirte avergonzada.

La menor se sorprendió ante eso, no tuvo oportunidad para preguntar puesto que Obanai había sido llamado por otro de sus compañeros.

—Nos vemos luego —se despidió con una leve caricia en la cabeza de la fémina, quien se quedó parada en el mismo lugar.

—¿Como...?

—¿Necesitas algo, Senjuro?

—¿Podría salir Iguro-senpai? Es importante —el menor dio una tímida sonrisa, y con un suspiro de Sanemi, le dio permiso de salir al azabache.

—Lamento sacarle de su clase así, Iguro-senpai — el menor se disculpó una vez estuvieran en el pasillo.

—No hay problema, Senjuro. ¿Que ocurre? —el heterocromático miro al menor sacar una carpeta de su maleta y buscar algo en ella.

—Aqui —saco una hoja, ofreciendola hacia él— Es la confesión que mi hermana haría hoy.

Obanai tomo la hoja, sonrojandose ante el dibujo que era de él junto con Kaburamaru.

—Mi hermana disfruta de dibujar pero es muy insegura al respecto, así que lo dejo en casa —Senjuro sonrió tímidamente ante el recuerdo de su hermana— Conociéndola, no se le ocurrió ninguna otra confesión así que decidí entregárselo a usted.

—Ya veo... —Obanai volvió a sonreír, esta vez hacia Senjuro, aunque no pudo notarlo debido al cubre bocas— Gracias, Senjuro.

—No hay de que, me gusta ver a mi hermana feliz —nuevamente lo vio buscar en su maleta, esta vez sacando una caja de bentō.— Mi hermana lo olvido en casa, ¿Podría entregarlo por mi?

Obanai sonrió ante el recuerdo, con cuidado guardo la hoja en una caja que contenía las anteriores confesiones de Azumi.