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Obanai se preparó para salir del Instituto, se había quedado hasta tarde por terminar unas labores que le habían mandado los maestros, ahora se arrepentía de ser delegado de la clase

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Obanai se preparó para salir del Instituto, se había quedado hasta tarde por terminar unas labores que le habían mandado los maestros, ahora se arrepentía de ser delegado de la clase.

Estaba agotado, solo quería llegar a casa para ver a Kaburamaru y poder descansar.

Y lo hubiera hecho si no aparecía aquella chica.

—Iguro-senpai —escuchó el leve susurró a sus espaldas, volteó encontrando a la hermana menor del maestro Rengoku.

—Azumi-san, es muy tarde como para que estes en la escuela. Te acompañaré a casa ¿Te parece? —se ofreció amablemente, no había hablado demasiado con la menor pero le agradaba de cierta manera.

—¡Me gustas! —se quedó callado ante la repentina declaración, sintió como sus mejillas se teñian carmesí. Ahora agradecía llevar su cubre bocas.

—Azumi-san —Iba a responder pero la chica salió corriendo hacia la salida.— ¿¡Azumi-san!?

Se quedó parado en el mismo lugar viendo como la chica se alejaba de él.

Nota: Historia inspirada de la serie de 30 días BNHA de esta bella personita

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Nota: Historia inspirada de la serie de 30 días BNHA de esta bella personita.

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Confesiones [Iguro Obanai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora