Capitulo Veinte

209 41 11
                                    

En la mañana me he despertado antes que Xiao Zhan, dejándole tan dormido como he visto que estaba en mi cama. Ahora me encuentro caminando por mi antigua universidad, encontrándome con mi no tan vieja amiga Ziyi, abrazándola de regreso en cuanto me envuelve entre sus brazos, sintiendo esa calidez que en parte ya estaba extrañando, más después de tantas cosas que han pasado en el poco tiempo transcurrido desde que me marché.

— ¿Definitivamente estás regresando? —los dos nos sentamos en un banco —la verdad es que te echo de menos. Eres mi amigo y tu ausencia es lo que más se nota Yibo. ¿Qué tal con ese chico al que cuidas y el otro que también le cuida?

— El otro que también le cuida, Xiao Zhan, es ahora mi novio pero me preocupa que quiera alejarse después de tanto que ha insistido por estar a mi lado —miro mis manos por un instante, nervioso —he vuelto a sufrir lo que hacia unos meses parecía haberse parado y está deseando llevarme a que un doctor me vea. El problema es que yo se lo que tengo y no quiero que lo sepa porque se lo que supondría.

— Deberías ser sincero con él —miro ahora a mi amiga —no te pasará nada malo por volver a ver a un especialista. Que tu madre acabase de esa forma no significa que a ti te vaya a suceder lo mismo y te lo dije aquella vez. Puede ser que no padezcas lo mismo por mucho que su enfermedad fuese hereditaria. Confía un poco en que no todo tiene que ocurrir de igual modo.

— ¿Y si resultase que si lo he heredado? —los miedos por ello vuelven a mi —no quiero acabar recibiendo largos tratamientos como mi madre para después terminar perdiendo la lucha y la vida.

— Yibo sinceramente y de corazón te digo que lamento mucho lo que le ocurrió a tu madre —su mano descansa sobre la mía —pero tu no tienes porque correr con su suerte. También y honestamente te diré que lo que a ti puede ser que te pase es por la mala alimentación y que te medicas para eliminar el apetito muchas veces y eso no es algo bueno. Desde que perdiste a tu madre maltratas así a tu organismo y eso puede ser la única causa para que estés así. Vuelve con tu novio y hazte las pruebas que hagan falta o acude a la doctora que en su día te atendió. No tengas miedo porque yo iré contigo, ¿de acuerdo?

Ziyi siempre es tan sincera, tan dulce que no puedo evitar sonreír a pesar de ser conocedor de todos los problemas que me persiguen en todo momento, así como la enfermedad que en unas horas podría saber si realmente la padezco al igual que le ocurrió a mi madre o simplemente es por, como bien dijo mi amiga, no alimentarme de forma correcta y hacer lo cuanto sea para eliminar el apetito de mi organismo y así no alimentarme, lo cual podría ser la causa de cuanto padezco.


Las consultas en los hospitales no han sido algo que me haya gustado hacer nunca. Los vivos recuerdos de cuando venia con mi madre, sosteniendo su mano siempre tan fría, viéndole a veces dormir, otras conteniendo el dolor que sentía antes y durante los tratamientos.. todo eso ha quedado tan grabado en mi memoria que es lo que me hace sentir miedo en todo momento, más ahora que estoy sentado en esta incomoda silla, en la sala de espera mientras que Ziyi no se donde se encuentra, habiéndome dicho que saldría un momento.

Ese momento ha sido hace como media hora casi y aún continuo solo, nervioso, con miedo, tenso y sin saber que ocurrirá incluyendo las ganas de marcharme y dejar todo este asunto para nunca.

— ¿Wang Yibo?

Mi nombre es dicho de tal forma que siento que seria el momento indicado para irme. Eso es lo que deseo, pero mi cuerpo parece trabajar de una forma diferente, no obedeciendo a ese deseo de ninguna forma, siendo que me muevo siguiendo a este enfermero que me ha llamado, dando tantos pasos que pronto no solo me encuentro en una consulta que tan bien conozco, sino con una mano sosteniéndome, deteniéndome y esos ojos que tanto muestran en lo que a sentimientos se refiere mirándome fijamente.

— Zhan..

— ¿Pensabas ocultármelo para siempre? —señala todo cuanto nos rodea —soy tu novio y vale que hace no mucho que inició nuestra relación, pero podrías confiar en mi que podrías tener una enfermedad tan seria. ¿Tanto miedo te da?

— ¿Qué si tanto miedo me da? —noto la humedad en mis ojos —por supuesto que si. Mi madre enfermo de forma tan repentina que incluso mi padre le abandonó. Mi madre luchó los meses que pudo en contra de cuanto padecía y yo no quiero limitar tu vida, el amor que puedas sentir por mi. No soy un egoísta pero si tengo miedo de que me abandones como hizo mi padre en su día.

— Wang Yibo yo no soy tu padre y tu no eres tu madre —sostiene mi rostro entre sus manos —y no limitas mi vida en absoluto. Vamos a entrar en esta consulta juntos y lo que sea que te sucede lo afrontaremos juntos, de eso trata no solo el amor, que mantengamos una relación. De eso trata la confianza y el respeto y yo lo tengo en plenitud hacia ti.

Xiao Zhan es capaz de hacerme sentir tantas cosas al mismo tiempo que la que siento ahora, siendo sinceros, no seria capaz de definirlo tan siquiera con palabras, con gestos o una simple acción, aceptando su mano unida en este momento a la mía, sus labios uniéndose con sinceridad y amor a los míos, siendo que ya en este instante entramos en la consulta, sentándonos cada uno en una silla frente a la doctora que también conozco.

— Volvemos a encontrarnos Yibo —miro a la doctora Peng —aunque ya no eres tan joven, tampoco inocente. ¿Qué te trae aquí?

— Doctora Peng.. —miro por un momento a mi novio —usted es conocedora de cuanto pasó mi madre y me gustaría.. realmente no me gustaría pero se que debo. Quisiera hacer una prueba genética para saber si cuanto padeció mi madre puedo padecerlo yo también y si diese positivo, me gustaría conocer si como me he sentido este tiempo es por ello o por otra razón.

La doctora, mi novio, yo mismo, los tres permanecemos en silencio, viendo en todo momento como la doctora no aparta su atención de mi, manteniendo sus manos enlazadas sobre una carpeta en la que desde donde me encuentro sentado alcanzo a ver el nombre de mi madre, así como también el mio.

— Yibo sabia que este día llegaría y debes saber que lo primero que me has solicitado lo hicimos cuando eras un niño —hace una pequeña pausa —lo hicimos por petición de tu madre y si lo deseas se puede repetir, pero es definitivo y podría hacerte una prueba más para saber porque te sientes así.

— ¿Entonces eso quiere decir que padezco la misma enfermedad que mi madre o no?

Limits to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora