Un plan descabellado... y un corazón roto

178 14 5
                                    


Mil disculpas por la ausencia, pero uno tiene deberes que hacer 7-7 .  Okay ya no digo más, comencemos.


Una semana después...


El fuerte holor a sangre en el ambiente hacía que sus llantos fueran más intensos, sus pequeñas manos revoloteron en el aire en el momento que el joven la retiró de su regazo para entregarsela a una desconocida (para ella) quien al instante la acunó calidamente. Lo último que vió antes de desaparecer en una espeza neblina fué el rostro triste del hombre que la había dejado, los llantos de una bebé recien nacida sonaron sin sezar y poco a poco se perdió en el silecio junto con las últimas palabras de aquel sujeto... las cuales resonaron por todos lados...

《Yo te juro... que no habrá lugar en la Tierra donde no pueda hallarte... Volverás a mí... mi pequeña angel gris... Sörsha》

Y de pronto... despertó.

Sus cansados ojos recorrieron su enterno sin incorporarse del escritorio donde se habia quedado dormida la noche anterior, y la anterior, y la anterior. De hecho, no había visitado su habitación hace días por quedarse a atender pacientes en su nueva oficina de consultas, pacientes que nunca habían venido. Desde que Sanmy instaló su oficina psicologica de consultas llamada "Oficina de Psicología", nadie, absolutamente nadie, se atrevía a visitarlo, alguno que otro pasaba por allí de chismoso pero ninguno tenía las pelotas de entrar.

Por eso las amanecidas, la corderito creía que sus propuestas de como llevaría las consutas no eran buenas, por eso trataba de mejorarlas todas las noches cambiandolas a diario, pero no funcionaba. La única que había puesto un pie en la oficina aparte de Sanmy, y Charlie por supuesto, era Niffty, pero la pequeña sólo iba a limpiar el lugar lo más rapido posible para que la corderito no le preguntase nada "personal". Ya era usual, nadie quería ir a charlar sobre sus problemas emocionales con una desconocida.

- Ugh... Buenos días querido escritorio... - dijo la demonio dandole un beso a la madera algo babeada por ella misma - ¿Cómo amaneciste hoy, eh? ¡¿Amaneciste bien? O amaneciste maaal...!

- Escritorio (voz triste infantil, puesta por Sanmy): Oh mi querida y bellisima ama, eh amanecido peor que un piojo cuando se despierta en la cabeza de un calbo, An pasado días desde que no he dormido en paz y tranquilidad por tu pesado cuerpo aplastando mi cara...

- Sanmy:  ¡Oye, siquiera te hago compañía, escritorio maleducado! 

- Escritorio:  ¡Solo digo la verdad! Si tan solo tubieras un paciente, te irías a dormir a una tibia y suave cama... y no sobre mi cara ¡MALDITA OCIOSA!

- Sanmy: ¡¿Cómo me llamaste?! (ofendida)

- Escritorio: ¡MALDITA PERRA OCIOSA, COME MIERDA!

(Sanmy se lebanta y se para encima sobre sus rodillas como si estubiera acorralando al escritorio)

- Sanmy: ¡Escuchame bien pedazo de... TABLA, me eh madrugado toda la maldita noche para tener algo de pacientes y porfin irme a dormir con al conciencia limpia, ¿Crées que me gusta dormir aquí?, ¡PUES CLARO QUE NO!... Y para tú información la única perra en esta ratonera eres---!

- Ehem... - se escuchó en el marco de la puerta, Sanmy levantó la mirada al instante. Con los ojos abiertos como platos soltó la regla que tenía empuñado en su mano amenasante, y se bajó a una velocidad increible actuando como si nada hubiera pasado, pero su cara demostraba lo contrario.

- ¡B-Buenos días Vaggie! - sonrió de oreja a oreja la cordero tratando de acomodarse el cabello y algunos mechones que se le habían pegado a la boca, con algo de verguenza.

¡¡¡¿ QUIÉN $#%#$ ERES TÚ ?!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora