🥀Capítulo 18🥀

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Fue como si un alambre hubiese entrado por el oído de SeungHun e impactara en su tímpano, ya que lo único que fue capaz de escuchar por unos segundos fue un pitido.

La realidad parecía moverse en cámara lenta, viendo en primera persona cómo varios niños hacían muecas de asombro, otros de asco y otros juzgándolo con la mirada.

Más atrás, vio a Matthew reír y negar con la cabeza, como si creyera que todo lo que le había dicho era un cuento para parecer genial.

No...

Su reputación, su respeto, todo estaba cayendo frente a sus ojos lentamente.

Y se negaba a que fuera así.

Soltó bruscamente su mano de la de JinYoung de un jalón, procediendo a empujar a JinYoung contra una de las mesas de la cancha.

La mesa contenía las bebidas, por lo que al caer JinYoung contra esta, la mesa se vino abajo con todo y mantel, manchando de líquidos gaseosos de las bebidas al pobre alfa.

—¿Quién te has creído que eres para inventar tal cosa? ¿Acaso no lo entiendes? ¡Eres un estúpido rarito con el que nadie se atrevería a siquiera dirigirle media oración! — Tomó un cristal roto de uno de los tazones de bebidas.

Al impactar contra el suelo, los tres tazones de cristal que portaban las bebidas se habían roto, por suerte había sido a una buena distancia de JinYoung para no hacerle daño, pero al alfa no le duró mucho el alivio cuando vio a SeungHun acercarse a él con un pedazo considerablemente grande de cristal en manos.

Retrocedió con sus pies desde el suelo, muy asustado, hasta que su espalda chocó contra una pared, dejándolo sin escapatoria.

—¡Aprende tu lugar!

SeungHun pasó el cristal por el rostro de JinYoung, pero este, gracias a sus reflejos - nunca había estado más feliz de asistir a esgrima desde pequeño como hoy -, logró eludir el ataque, haciendo que el cristal solo rozara desde la comisura de su labio superior hasta la esquina derecha de su labio inferior.

Esto enfureció más a SeungHun y recibió una patada, haciendo que se encogiera en su sitio mientras veía al omega agacharse a su altura.

Sin una segunda pensada de lo que estaba haciendo, SeungHun clavó el cristal en el estómago del mayor, debajo de su costilla izquierda.

El grito de dolor de JinYoung resonó en la cancha, seguido de los chorros de sangre que comenzaron a salir en salpicadas.

Luego los demás niños empezaron a gritar con pánico y miedo, correteando por todas partes para salir de ahí, menos uno.

SeungHun.

Con una mirada calculadora - difícil de creer que un niño de su edad tendría una así -, se levantó del suelo, buscando con la mirada al grupo de lobos adolescentes.

Estos alzaron su pulgar con sonrisas cómplices y salieron a pasos tranquilos de aquel lugar, dejándolo solo con JinYoung.

Miró al alfa que se retorcía del dolor en el suelo, el color rojo estaba manchando su traje - por encima de las manchas de las bebidas - hecho a la medida y parte del suelo, sollozando entre bajos murmuros que no lograba descifrar.

Siguió mirándolo un corto período de tiempo hasta que sintió unas manos jalonearlo hacia atrás, apenas notando que los maestros llegaban a socorrer a JinYoung y a mantenerlo quieto a él.

Al igual que hace unos minutos atrás, un pitido era lo único que sus oídos lograban procesar, no entendía por qué le sucedía esto.

Además de ello, sus extremidades se sentían pesadas, así que tuvo que ser casi arrastrado fuera de la cancha por los maestros que le gritaban y reprochaban su comportamiento.

JinYoung, por otro lado, sentía aquel pedazo de cristal incrustado en su cuerpo, haciéndole derramar largas lágrimas de dolor, un dolor que no tenía que ver con nada que alguna vez hubiese experimentado en su corta vida.

Su mirada se tornaba borrosa de momentos, siendo apenas consciente de que los maestros le tomaban en brazos para alzarlo y llevarlo a algún lugar.

No supo a dónde, pues era mucho más cómodo ceder ante la pesadez de sus párpados y dejarse ir.

JungWoo cortaba un par de fresas para el almuerzo, hace unas pocas horas atrás DongYoung le había enviado un mensaje diciendo que no tenía planes de que JinYoung fuera a su casa hoy, por lo que podría ir a buscarlo al colegio, cosa que emocionó a JungWoo.

Compartir con su cachorro era de sus cosas favoritas, así que se dedicó a preparar con esmero una tarta de fresas picadas con vainilla y algo de glaseado, estaba seguro de que ese delicioso postre le gustaría.

También había hablado con YukHei y este le había dicho que podría hacerse el tiempo de ir a almorzar ese día con ellos, así que tenían en mente que JungWoo fuera a buscar al cachorro y darle la sorpresa de ver a YukHei para el almuerzo cuando volvieran a la mansión.

Su celular comenzó a vibrar y un típico sonido de llamada entrante le regresó los pies a la tierra, yendo a lavarse rápidamente las manos para secarse con una servilleta.

Frunció el ceño al leer el nombre de la directora como autora de la llamada, y su lobo comenzó a rasguñar dentro de él.

Algo no estaba bien.

Atendió inmediatamente, llevándose el celular a la oreja.

—¿Señora directora? ¿Qué sucede?

—Señor Bae, lamentamos informarle que... JinYoung está siendo llevado al hospital por una herida grave.

—¿Q-Qué? — Sentía las piernas temblar, por lo que tuvo que sujetarse de la isla.

—Tiene un cristal enterrado en la zona abdominal, estoy justamente en la ambulancia en este momento. Le enviaré la dirección del hospital para venga cuanto antes.

Sintió un picor dentro de él, como si algo se rompiece.

Y la primera lágrima bajó por sus ojos.

Bullying (BaeHun) CIXOnde histórias criam vida. Descubra agora