VEINTIUNO: RITO DE CORAJE Y COBARDÍA

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Las semanas pasaron con Rin dentro de un palacio custodiado celosamente por todo el personal. Ya ni siquiera buscaban la aprobación del Señor de las tierras, tanto los soldados como el personal interno de palacio se veían impulsados por la genuina intención de cuidar de la Reina, que había cautivado a todos con el coraje, poder y valentía que mostraba cuando la habían visto combatir, y la amabilidad mezclada con alegría con la que la veían revolotear el resto del tiempo por todos lados.

Ella había cambiado, pero su carácter cautivador se mantuvo intacto, capturando más de un corazón con su bondad.

Ya entrada la noche, varias semanas después, Rin sentía la suavidad de las sabanas rodeando su cuerpo desnudo, mientras la propia piel de su compañero le servía de abrigo en la noche fría. Había adoptado la costumbre de dormir desnuda luego de que la ropa nunca durara demasiado en su cuerpo cuando Sesshomaru tomaba su lugar junto a ella en la cama, y aunque el hecho de poder tener a sus hijas en cualquier momento había dejado rezagado a un segundo plano el gozar de sus cuerpos, Rin seguía disfrutando del simple contacto protector de él junto a ella.

La mano del demonio rodeaba su gran estomago redondeado, mientras podía percibir su serena respiración en el cuello.

Podía sentir como el sueño tiraba de ella a caer en sus garras, sus parpados pesados y la mente divagando en un punto bajo de su consciencia. Pero no fue capaz de caer.

Una opresión fuerte, dolorosa de un modo extraño le llegó desde el bajo vientre hasta la punta de los dedos de sus manos, remeció su cuerpo por completo haciendo que el demonio a su espalda se tensara.

-Rin -El se levantó, buscando sus ojos pero ella no pudo corresponderle. Se centro en soportar la tensión latente en su pelvis, respirando lento.

Para cuando se dio cuenta, Sesshomaru ya estaba completamente vestido a su lado, revisar el estado de su cuerpo.

-No es necesario, Mi Señor. -Por fin pudo hablar, calmando los temblores que le recorrían por el esfuerzo, recordándole que le había pasado antes. -No es la primera vez que siento algo así.

El demonio no la escucho, muy por el contrario. Destapó su cuerpo inspeccionando su vientre, tomando una gran extensión de él con la palma de su mano.

Justo en el momento en que el hizo contacto con su piel nuevamente la presión invadió su pelvis, extendiéndose por su cuerpo. Cerró los ojos esperando a que pasara, pero esa vez duró más de lo que ella acostumbraba. Gimió, sin ser consciente de que su esposo estaba envolviéndole el cuerpo en alguna prenda.

El alivio que sintió cuando la presión abandono su cuerpo fue tal, que las fuerzas dejaron de responderle y cayó de nuevo al futón, preguntándose en que momento se había levantado.

Abrió los ojos para verse rodeada de tela blanca inmaculada, solo adornada por las rojas flores de cerezo en patrones que se situaban en el cuello, hombros y final de las mangas. Se encontraba completamente vestida con la parte superior de la vestimenta que el usaba usualmente, mientras las manos del demonio aseguraban la tela, que incluso embarazada le quedaba un poco grande, con uno de sus propios obis.

Lo vio moverse por la habitación sin comprender realmente que estaba haciendo, mientras ella decidió levantarse por completo e ir a buscar agua a la cocina. Él estaba exagerando.

-No camines, Rin. -Se acercó a ella con un termo en las manos, dándole un líquido cálido y dulzón que ella bebió con confianza.

-Solo son dolores, sin más.

-Ingenua -Sus ojos profundos la miraron con simpatía. Pudo sentir una leve variación en el pulso del demonio mientras estudiaba la situación.

Él, Rey Bestia, quien nunca temió ni doblego su mano ante absolutamente ningún oponente, estaba nervioso.

Someone to protect - Sesshomaru y Rin  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora