ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ ᵗʳᵉᶜᵉ

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Habían llegado a Birminghan en la mañana, la familia King se encontraba alojada en una gran y lujosa casa. Si bien aún faltaban unos días para la boda, Yvonne había decidido llegar antes y Mark no pudo negarse ante su esposa.

La familia King disfrutaba su tranquila estancia en Birminghan, era claro que estaban tranquilos y los Peaky Blinders no sabían que estaban allí.

Los niños parecían amar el gran patio y los caballos que habían sueltos en el. Pasaban casi todo el día afuera cabalgando y jugando con su padre.

Yvonne los miraba desde su lugar, fumando un cigarrillo en silencio y riendo de a rato por las tonterías que hacía Mark para hacer reír a sus hijos. Si bien William y Rosalie eran adoptados ellos eran amados fuertemente.

Yvonne había estado embarazada, claro que si. Pero antes de poder huir de Birminghan hace algunos años, Kimber se había enterado de su embarazo y la había mandado matar por lo cuál unos hombres la golpearon hasta dejarla casi muerta y matando a su pequeño bebé en el camino.

Al llegar a Chicago Mark la ayudó, le dio un hogar y comida aún sin conocerla puesto que el hombre había quedado flechazo ni bien verla ¿Como no ayudarla? Claramente fue lo mejor que hizo en la vida ya que ambos estaban casados y con dos preciosos niños.

— ¡Mamá mira! — escucho gritar a Rous la cuál tan solo tenía siete años, mientras William tenía dieciséis.

Ella estaba montando un pony, mientras Mark la ayudaba para no caerse.

— Soy una princesa — exclamó feliz la niña.

— Claro que lo eres amor — le dijo Mark, mientras dejaba un beso en su mejilla haciéndola reír.

— ¡Papá no hagas eso, me haces cosquillas con tu barba! — chillona la niña.

Mientras tanto William se sentó junto a su madre, mirandola de reojo.

— ¿Sucede algo, cariño? — le preguntó ella.

William dudo en responder.

— ¿Vinimos a matar a alguien? — susurró con duda.

Yvonne rió por lo bajo.

— No, vinimos por que tu tío Matt se casara. Pero de paso tengo que ocuparme de alguien — le sonrió y el chico hizo lo mismo.

— ¿Vas a matar a ese hombre idiota que te lastimó antes? — indagó.

— Si cariño, tu padre no lo sabe así que yo no te conté nada — le guiño a su hijo.

— Yo no escuché nada, ¿De qué hablas Ma? — le siguió el juego y ambos rieron.

Si bien Yvonne mantenía a su familia alejada de la mayoría de sus asuntos, sus dos hijos sabían muy bien de qué se trataba su trabajo. Ambos se veían emocionados la mayoría de tiempo, ella incluso les había enseñado a hablar en código -cosa que Mark no sabía- para poder hablar entre ellos tres.

Yvonne había venido a la boda de su hermano, si lo había hecho. Pero no iba a perder la oportunidad de matar a Kimber de una vez por todas, después de todo, se lo merecía.

Ella sabía que tendrían un confrontamiento con los Peaky Blinders mañana, y obviamente estaría allí para meter plomo entre sus cejas. James había insistido en acompañarla, pero se quedaría lejos y no intervendría a menos que lo vea muy necesario.

Mark se acercó a la mesa cargando a la niña.

— ¿De que hablan mis dos amores? — pregunto él.

𝐏𝐄𝐀𝐊𝐘 𝐁𝐋𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑𝐒  |𝑱𝒐𝒉𝒏 𝑺𝒉𝒆𝒍𝒃𝒚 <𝑷𝑨𝑼𝑺𝑨𝑫𝑨>Where stories live. Discover now