Capítulo 1 - Kim Jisoo

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Y allí me encontraba yo, con las manos ocultas en los bolsillos y la mirada baja sintiendo solo nerviosismo y timidez entre tantas personas ruidosas y extasiadas que parecían incapaces de apartarse de las pantallas

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Y allí me encontraba yo, con las manos ocultas en los bolsillos y la mirada baja sintiendo solo nerviosismo y timidez entre tantas personas ruidosas y extasiadas que parecían incapaces de apartarse de las pantallas. Un grito de rabia resonó por uno de aquellos chicos ordinarios que jugaba, al parecer él iba perdiendo, tal hecho me hizo suspirar con desagrado.

Por ese instante estaba totalmente sola, pues mi gran y querida amiga Lisa se había perdido junto a Somi para jugar por otro lado, olvidándose así ambas por completo de mi presencia. Y por supuesto, eso me hacía sentir enojada y me estimulaba a pensar en algún plan para vengarme de ellas; algo se me ocurriría.

Un empujón en mi hombro me alertó y me hizo saber que era mejor buscar otro lugar para pasar el rato si no quería terminar con histeria por tal ambiente. Siendo sincera, me sentía bastante fuera de lugar allí. Pero, ¿dónde me encontraba? En un evento de videojuegos muy famoso de la ciudad, tal lugar estaba casi rebosando de jóvenes que nunca había visto. Esto empeoraba mi ansiedad, pues describiría mi personalidad como un antónimo total de todo lo que mis ojos veían.

Había demasiado ruido, demasiadas personas para mi gusto. Tal vez se pregunten la razón de mi presencia allí, y la verdad es que ni yo misma lo sé —Somi, Lisa y su insistencia tenían que ver con esto—. ¡Yo ni siquiera era aficionada a los videojuegos! Sinceramente prefería quedarme en casa tocando mi desgastada guitarra o comiendo bocadillos, incluso observar a mi pez como si fuese la cosita más interesante del mundo me parecía un mejor plan para pasar el fin de semana.

Y sí, para mí lo era.

Rápidamente entré en una sala que no era tan excesivamente ruidosa como la anterior, con el fin de escapar y sentir un poco de paz, si es que tal elemento existía allí. Las luces estaban bajas dentro de esa sala, haciendo así sobresalir los enormes destellos de las pantallas. Escuché un bullicio de gritos de emoción y alegría, entre tales resaltaba claramente la voz de un chico exclamando diversas palabras.

—¡Hazlo de nuevo, Kim! —Más risas y gritos de emoción siguieron después de esto, haciéndome sentir un poco curiosa. Sin tanta prisa, caminé hacia allí para observar, porque quedarme con la curiosidad no era lo mío.

Después de asomarme al lugar del cual provenían aquellos ruidos, me encontré con una imagen que me hizo sonreír por primera vez desde que había entrado a ese estúpido evento. No se trataba de nada de otro mundo, solo un grupo de aproximadamente siete chicos que tenían su vista fija en la pantalla. Éstos estaban rodeando a dos chicas, una de ellas tenía el entrecejo tensionado, como si estuviese llevando a cabo la misión más complicada del planeta. La otra chica a su lado estaba totalmente opuesta a ésta, tenía un rostro de diversión, y también un bonito gorro de Pikachu sobre su cabeza.

Esto me hizo sonreír de ternura, pues podría asegurar nunca haber visto a alguien tan lindo. Me acerqué aún más para ser testigo de lo que jugaban y así observarlos más detalladamente. No conocía mucho de juegos, pero al ver lo sangriento y nada delicado que lucía aquello frente a mis ojos, decidí apartar la mirada con desagrado. Durante aquellos minutos de batalla entre ambas chicas, solo me mantuve observando con suma concentración específicamente a una de ellas. No dejaba de mirarla, mis ojos se sentían como imanes sobre su silueta. La risa nada delicada de esa bonita chica me hizo sentir cautivada, al igual que su sonrisa y parte de sus hermosas facciones.

Sí, no podía dejar de mirarla, no lo negaré.

—¡Estás fuera, Jennie Kim! —exclamó uno de los chicos con voz robótica—. ¡Mi hermana te ha vencido!

—¡Cállate, Jin! —bufó la otra levantándose.

—Me debes un bote de pollo frito —dijo aquella chica que usaba el gorro de Pikachu.

—¿Ahora quién sigue? —preguntó otro de los chicos mirando a todos lados. Éste se dio cuenta de mi presencia—. ¿Quieres jugar tú? —Me preguntó con interés.

Todas las miradas recayeron sobre mí, incluyendo la de aquella chica que esperaba su próxima competencia. Lo primero que hice fue bajar la mirada tímidamente y negar.

—Oh, vamos —insistió aquella chica llamada Jennie Kim—. Todos hemos jugado y esta tonta nos ha pateado el trasero —rió.

—Prometo no ser cruel contigo —dijo ella sonriendo.

—Yo... no sé jugar mucho —susurré con timidez.

—¡Aprenderás hoy! —Uno de los chicos casi me empujó sobre el asiento. Rápidamente un control con muchos botones para mi gusto fue puesto sobre mis manos. La chica a mi lado me dio un divertido codazo con complicidad.

—Es solo un videojuego, ¿qué tan difícil puede ser? —sonrió mientras elegía su luchador—. ¿Cómo te llamas? —preguntó en un susurró.

—Park Chaeyoung, pero puedes llamarme Rosé —comencé a elegir un luchador tal cual lo hacía ella.

—Así que Rosé —asintió—, prepárate para la mejor pateada de trasero que experimentarás —bromeó presumidamente.

—¿Cómo te llamas tú? —Era lo único que quería saber. Ella volteó y me miró sonriéndome antes de responder.

—Kim Jisoo.

«Kim Jisoo», repetí mentalmente. Sin tanta espera comenzamos a jugar. Por supuesto, ella comenzó con todo sin siquiera darme la oportunidad de redimirme o siquiera entender aquel complicado juego. Los chicos seguían riendo y burlándose desde nuestras espaldas, cosa que me hizo sentir aun más nerviosa. Por momentos, la miraba de reojo, detallando su expresión concentrada y como sus ojos apenas y parpadeaban. Aquella bonita chica llamada Kim Jisoo estaba a mi lado siendo testigo de como literalmente era un asco en los videojuegos. Y yo no podía sentir más vergüenza de que ella se burlara de mí, como lo haría cualquiera al ver lo mala que era.

Ella notó mi mirada nerviosa, supongo que lucía realmente tímida por todo aquel bullicio. Así que vi como extrañamente ella redujo la intensidad de sus trucos, dándome así la oportunidad de mejorar. Y yo sabía que seguro nunca solía hacer con nadie.

—Prometí no ser cruel contigo, Rosé.

—No lo estás siendo —La miré, desviando mi atención de la insignificante pantalla.

Kim Jisoo hizo exactamente lo mismo. Ignoró la pantalla y las risas de sus amigos detrás, y me miró fijamente como alguien que ha encontrado su nueva cosa favorita. Su ojos me observaban descaradamente, como si yo fuese alguna extraña pieza de exhibición. Y la verdad yo tampoco podía dejar de mirarla, menos si la tenía tan cerca con sus bonitos orbes fijos en los míos.

—Nunca lo sería —quitó el gorro de su cabeza y lo colocó sobre mi rubia cabellera.

Lo único que pude hacer fue sonreír como una tonta y bajar la mirada. Continuamos jugando por horas diferentes juegos de los cuales ella me hablaba como si fuese la mayor maravilla del mundo. Y extrañamente fue esa tarde tan inesperada que a mí comenzaron a gustarme los videojuegos.

Y tal vez al final del día descubrí que no solo los videojuegos terminaron gustándome.

Y tal vez al final del día descubrí que no solo los videojuegos terminaron gustándome

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Video Games | ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora