13

392 35 3
                                    

   Mi madre siempre dijo que era un hombre muy caprichoso, que cuando quería algo no paraba hasta conseguirlo. Que era persistente como nadie y me felicitaba por eso. Era una buena cualidad a decir verdad, me había ayudado en varios momentos. Como por ejemplo, hace muchísimos años cuando iba a mi último año de secundaria mi mejor amigo desaprobó la licencia de conducción más de tres veces y yo seguía insistiendo en que la sacara. Lo ayude, incluso le presté el auto de mi madre para que practicara —algo casi suicida de mi parte— pero gracias a eso, a la sexta vez finalmente lo sacó. Desconozco si lo utilizó mucho tiempo más luego de que termináramos la escuela pero, el simple hecho de haber logrado que lo tenga era suficiente para mi. También, mamá me contó que lo fui para aprender a andar en bicicleta, y en la escuela. Luego de que ella murió lo seguí siendo, recordando sus palabras, graduándome en Medicina Forense luego de largos años fallando. Y lo soy con Kate, aunque con ésta última no me gustaría serlo.

   Aunque generalmente estaba ligero y con bastante autoestima para una simple cita, que siempre intentaba que termine en un acoston. Hoy estaba nervioso. Porque claro, no pensaba hacer eso con ella sabiendo en la situación en que se encontraba y, seguramente, si intentaba algo más me quedaría sin trabajo. Llegué a casa alrededor de las ocho, antes, pasando por un supermercado para elegir lo necesario. Dejando las bolsas en la cocina y en la heladera lo que acababa de comprar para que no se desperdiciara mientras me alistaba. Sonó el teléfono alrededor de las nueve. Maldije porque estaba llegando tarde.

-Beck. -Contesté. -¿Cómo estás?

-Bien. Escucha, me surgió algo. ¿Puedo dejarte a Robert esta noche? Lo buscaré mañana antes de ir al trabajo.

-Oh... -Refregué mis ojos. -¿Es muy importante? Hice planes esta noche...

-Tengo una cena del trabajo, es muy importante. ¡Vamos, Harry! Lo ves solo los fines de semana y te quejas de ello.

-¡Está bien, está bien! -La detuve cuando comenzó a entrar a la defensiva. -Estoy en casa, solo tráelo. Y no digas eso, nunca me quejo de estar con mi hijo.

¡Carajo! Ya estaba casi listo, con la mejor loción y camisa que había encontrado en mi departamento, me pregunté si era un poco mucho para la ocasión, pero era una simple camisa. Insulté repetidas veces. Mi noche con Kate no podía arruinarse. No ahora, no hoy. No la única vez que me decía que si.

Cuando estaba apunto de llamarla, tocaron mi puerta. Era imposible que sea Beck, ¿acaso estaba tras la puerta cuando hablamos?

   Al abrir, una mueca extraña se formó en mi rostro, como culpa y disgusto. Zoe con un bonito vestido amarillo y labios naturalmente rosas me miraba con ojos curiosos. Me echó un vistazo de arriba a abajo sonriendo.

-Llegué temprano. Creí que te habías olvidado de mi.

-Oh. Mierda. Lo siento, Zoe... olvidé que tengo una reunión... muy importante. En serio, lo lamento. Olvidé decírtelo.

-Está bien. -Levantó los hombros acompañada de un puchero. -Pero cuando vuelvas, ¿pasarás por mi? Y tal vez podamos divertirnos.

En otro momento me hubiera dicho que me encantaría y si esto fuera una reunión formal realmente, dejaría todo atrás y me acostaría con ella ahora mismo. Pero no lo era, tampoco quería volver temprano esta noche. La ilusión de quedarme hasta tarde charlando con Kate era más tentadora que estar acariciando a otra hermosa mujer. Me odiaba por pensar eso.

El nerviosismo entró en mi cuando noté que verdaderamente no tenía ni idea lo que pasaría esta noche. Era un hombre de tenerlo todo bajo control, es decir, la rutina diaria de pasarla a buscar, llevarla a un restaurante, tratarla bien, acostarnos, al otro día hacerle el desayuno y volver a llevarla a casa. Porque, aunque lo único que quería era tener sexo y ellas conmigo, no era un patán del todo. Sin embargo, esta noche no sabía lo que sería. Tal vez estaba sobrepensando y esta era una simple cena, seguramente no tan importante para mi jefa como para mi. Pero la idea de ir hasta su casa, cocinar para ella, preguntarle cómo se sentía y no saber cómo iba a concluir todo me ponía totalmente ansioso. No tenía intención de revolcarme con ella justo hoy —si lo quería no dudaría, de todos modos— esta noche sería diferente.

Forenseजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें