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–Mira a ese idiota –dijo Moody a Ruby una mañana. Señalaba a Charlie Sloane, el chico nuevo–. Blythe lleva una hora dictandole un párrafo y no puede con media palabra.

Ruby lo miró con seriedad.

–El chico no terminó la primaria, ¿que esperas? A demás, no puedes compararlo con Gilbert. Recibió su título de bachillerato hace unos meses y hace su mayor esfuerzo por ayudarnos a obtenerlo.

Anne se unió a la conversación.

–¿De quien hablan?

–Del nuevo –respondió Moody.

Ella soltó una risita.

–No sabe que Gilbert y yo somos novios. Ayer me regaló una rosa blanca que arrancó del jardín de la hermana Claire.

Los dos chicos también rieron. Depronto, se escuchó un ruido, seguido de un regaño por parte de un sacerdote que los vigilaba.

–¡No puedo hacerlo! ¡Es demasiado complicado, maldita sea! –decía Charlie– Es un maldito poema sobre un gato que subió a un árbol o una mierda así. No entiendo por qué es tan difícil de escribir.

–Obtendrás tus títulos –dijo Gilbert tratando de calmarlo–. Solo necesitas practicar.

–Lo que necesito es aire –el chico tenía el rostro rojo.

Ese mismo día, a la hora del almuerzo y reunidos en la mesa a la que solían frecuentar, Ruby decidió hacerle una pregunta a Charlie.

–¿Por qué estás aquí?

–Soy inocente, me culparon por algo que no cometí.

En realidad, el muchacho Sloane había robado a una tienda de televisores, pero sus piernas no habían sido tan rápidas para escapar de aquellos policías. Sin embargo, sabiendo el crimen que había cometido, se mantenía firme en su falsa inocencia.

Al escuchar esa respuesta, Gilbert no pudo evitar reír.

Charlie le preguntó qué ocurría.

–No es nada –respondió–, solo que eres igual a todos.

–Yo... no entiendo...

–¿Acaso no sabes? –empezó Blythe con sarcasmo– Aquí todos somos inocentes.

Todos en la mesa rieron.

Por la tarde, cuando regresaron a la biblioteca, Gilbert comenzó a maquillar algunos de los papeles que Phillips le había enviado. Llevaba al rededor de una hora, cuando el muchacho nuevo se acercó a él con una hoja en mano.

–Soy culpable de mi crimen, soy culpable al igual que Anne, que Moody, que Ruby y que tú...

–Lo sé –respondió el otro, sin levantar la cabeza–. Pero igual que yo no... –lo miró con el rostro serio–. Yo soy inocente.

Charlie estaba incrédulo.

–Pruébalo.

–No puedo, todas las pruebas son en mi contra, por razones que aún no logro entender. Solo sé que mi inocencia será reconocida en algún momento, ya sea ante los ojos de Dios y Winifred, que están en el cielo.

Los ojos del nuevo se abrieron tanto, que Blythe temió que fueran a salirse de su rostro.

–¿Winifred? ¿Winifred Rose?

El chico sintió un escalofrío recorriendo su espalda. Asintió.

–¿Asistías al internado Walters?

Volvió a asentir.

Charlie lamió sus labios.

–Primero voy a llamar a los chicos, necesito testigos. Te aseguro que lo que estoy por decir te va a interesar.

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¡Volví! Hoy me hicieron la prueba de la Covid-19. Los resultados serán entregados en unos días. Agradezco por quedarse conmigo y apoyarme en estos momentos.

Se acerca el vídeo en vivo con mi poderosisíma Lux_Espace_Nyx ¡Ojalá todos puedan estar acompañándonos! Aún no hay fecha, pero apenas esté definida, lo sabrán.

Amor y luz;
~Cassie.
🧚🏻‍♀️🧡✨

「𝐆𝐞𝐭 𝐟𝐫𝐞𝐞 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚𝐧 𝐄」Where stories live. Discover now