2.- Incomprendido

462 24 2
                                    

La noche siempre dejaba salir lo mejor y peor de las personas, cuando la oscuridad estaba presente sentías esa libertad de no estar escondido tras las inhibiciones del ojo público. 

Eso mismo sucedió con Harry. 

En un lugar donde juzgaban hasta el más mínimo de sus movimientos por ser alguien popular o de alguna mejor posición monetaria, todos miraban si se inclinaba a un lado u otro. Su padrino intento dar lo mejor que pudo pero él tampoco escogía quien era y la posición donde dado a luz, siempre hablaban muy mal del hombre que lo crió y esperaban que él fuera un "fracaso" como lo era Sirius para los estándares de la sociedad y su familia. 

Atacando con poder mediático y judicial Sirius cedió a relacionar a Harry lo mínimo necesario al resto de su familia y mostrarle las consecuencias de ambos estilos de vida. 

Harry fue amigo de Draco por un buen tiempo cuando eran solo un par de niños y rápidamente aprendió a estar del mejor lado de Lucius, no importa lo que hiciera el rubio mayor parecía preferir su comodidad a la de su propio hijo o era tan silencioso por miedo a ellos y sabía los trucos que Sirius le daba para no quedar mal parado. El rencor era marcado en la piel del menor con cada azote y golpiza "merecida" alejando cualquier buen sentimiento que tuviera hacia el pelinegro. 

La competencia en ese mundo era tan desgastante que apreciaba cada segundo bajo el cuidado de Sirius y aunque recibía alguna palmada en el trasero no estaba cerca de ser literalmente pisoteado por no cumplir unos estándares imposibles.  

Así que cuando era un adolescente y vio a ese grupo de pelirrojos que brillaban con su propia luz era inevitable para el querer ser algo similar a ellos y ser atraído a esa rebelde imagen. 

No eran rebeldes  sin causa como Sirius lo fue en su juventud junto a su padre, eran chicos despreciados por el lugar que les tocó nacer y la suerte de su familia, no tenían nada que perder cuando nadie esperaba nada de ellos. Fue aceptado con los brazos abiertos y fue cálidamente aceptado y Sirius no pudo haber estado más feliz de que estuviera con esa familia de pelirrojos. 

La cercanía que tenía con Ron era muy clara, para el mundo eran mejores amigos como Sirius y su padre James fueron, pero había algo más profundo y secreto entre ellos que no podían revelar a nadie sin meterse en una locura de problemas. 

Cuando tuvieron la edad para salir a beber sin preocupar a alguien semanalmente se escabullen a un bar alejado de las personas que conocían, oculto y privado donde bebían un par de copas mientras mantenían una charla casual. 

Siempre era ese mismo juego de coquetear mutuamente como si no se conocieran de nada, beber hasta que consideraban que era el mejor momento para levantarse e ir a un hotel con esas pintas casuales de salir de una fiesta de empresa y necesitar un lugar para dormir. 

Claro que había camas separadas que podían usar frenéticamente sin alguna clase de problemas mientras ocultan su romance de la vista del mundo. Harry seguía siendo el amable y perfecto chico adinerado que muchas mujeres morían por tener en sus manos y Ron era un mesero más en algún restaurante, sin alguna preparación universitaria y claramente una cara para olvidar. 

Así que ahí estaban una vez más, bebiendo unos tragos de cerveza mientras se sonreían como unos completos imbéciles sin remedio. 

—Harry, escuche que pronto ibas a comprometerte con alguien ¿Debería preocuparme?— preguntó Ron ligeramente preocupado y podía notarse en su voz, porque claramente no quería perder a la persona que tanto amaba. 

—Nada de eso— aseguró con una enorme sonrisa, encontré a alguien adecuado para todo— tomó la mano de su pelirrojo y beso sus nudillos —No puedo darte una boda, pero si una luna de miel.

Dearest FriendWhere stories live. Discover now