Capítulo III

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Ansioso, nervioso y asustado. La actitud, el comportamiento diferente de su cocinero favorito, lo hacían sentir incómodo. Pensaba y pensaba como era posible que ese hombre pudiera seguir de pie...lo creía absurdo; el puñetazo que le otorgó en la cara, era para que él estuviera completamente muerto en el piso, sin signos vitales, sin respiración, sin nada. La capacidad de Star Platinum es demasiado mortal como para que un cuerpo humano soporte la magnitud del golpe, hasta ha llegado a pensar que posiblemente se trataba de un sueño, una alucinación estúpida que su cerebro ha creado para censurar el verdadero cuerpo de Tonio en el suelo.

Veía la habitación una y otra vez, hace una hora que el chef se había metido a laborar el postre que le mencionó. Y a pesar del miedo que le abordaba, también tenía la mínima curiosidad del platillo que se le entregará. 

¿Qué sería? ¿Con qué se luciría el chef el día de hoy? ¿Tal vez se trataba de un postre típico de Morioh? ¿Un postre usual, que todos hemos conocido y probado?

¿Algo sencillo?, ¿algo tosco?, ¿salado o dulzoso? ¿grande o pequeño? ¿grueso o de tamaño promedio? ¿con leche o sin leche?

<<...Es comida...>> 

¿Duro o flácido?, ¿limpio o sucio?, ¿con decoración o sin decoración?, ¿chueco o recto?

<<¿Seguimos hablando de comida?>>

Ya estaba estresado y se notaba en la mirada, la tardanza que llevaba su compañero lograba que sus dedos largos golpetearan la mesa de madera, consecutivamente. Sus pies se movían impacientes, era clara la desesperación. Carraspeó la garganta, ¿tal vez era la tercera vez que lo hacía? Quería llamar la atención del cocinero, que saliera de una buena vez de ese maldito cuarto oscuro, tenebroso e invadido por ese humo. Las manecillas del reloj no ayudaban, a cada segundo escuchaba el maldito tick-tack.

Carraspeó una ultima vez.

--¿Te hice esperar?

Su respiración ahora es pausada, relajando todas las emociones que lo doblegarían del coraje y del miedo, y daba paso a que las defensas tomaran el lugar. No podía ver el platillo que se avecinaba a su mesa, se encontraba tapado por el utensilio de cocina color plata, incluso el olor del alimento no podía traspasarse del acero.

--Tardaste mucho.

--Siempre hay que hacer las cosas bien ¿no?, si lo realizas a la carrera ¿qué te garantiza que tu trabajo va a estar bien hecho? --la bandeja ya estaba posicionada en el mantel blanco, lo acomodaba correctamente para otorgar una presentación impactante a su cliente especial. --¿Listo?

Quitaba la tapa con cuidado, los olores dulzosos demostraban la agradable esencia en las narices de ambos. El biólogo no pudo evitar cerrar los ojos, dio un respiro profundo y el olor agradable invadía las fosas nasales. Esto era un maldito manjar de dioses, algo increíble...que jamás le daría un elogio. 

--Encantador ¿no?

No respondió, pero la mirada embobada por la esponjosidad del pan, las frutitas bañadas por el exceso del chocolate tradicional y el blanco, aromatizado por el licor del limoncello que proviene de Italia; lo decía todo.

--Babbá, de la madre tierra italiana...y claro, traída por los franceses a mi ciudad natal, Nápoles. Pero dedicado con mucho esfuerzo para ti. Me encargué de poner los ingredientes extras, como las fresas y las cerezas bañadas de chocolates...te va a encantar.

Y efectivamente, un gemido salió por lo delicioso que está. Lo comía paso por paso, disfrutaba cada porción que su cubierto le permitía y cada detalle que contiene el postre.

Delicioso pastelillo (Tonio Trussardi x Jotaro Kujo)Where stories live. Discover now