Capítulo 10.

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Artista de la imagen: zayaaa_zaya (twitter)

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En su séptimo mes había recuperado un poco más la energía, pero aún así se la pasaba durmiendo por bastante tiempo. Noviembre estaba finalizando y cada día hacía más frío, el alfa pasaba cada vez menos tiempo cerca de él, no sabía qué tanto es lo que hacía, pero por lo que hablaba con Uraume sabía era importante, más allá de la recuperación de los dedos faltantes también armaba un plan que no tuviera grietas para que no volviera a pasar lo mismo que hacía mil años, también buscaba buenas formas de mantenerle a salvo, suponía que no podía quejarse por ello.

—El bebé no tiene nada. —habló cuando vio al alfa entrar a la habitación, se encontraba comiendo en ese momento.

— ¿A qué te refieres? —preguntó confundido, ni siquiera lo había saludado a pesar de que no lo veía desde bastante temprano ese día.

—Faltan dos meses para que dé a luz, pero el bebé no tiene donde dormir, tampoco ropa ni pañales o las cosas básicas que necesita.

—Lo había olvidado por completo... Hablaré con Uraume para que consiga esas cosas. —el menor asintió y continuó con su cena. El alfa se acostó a su lado, el de negros cabellos lo vio por unos segundos. — ¿Qué pasa?

—No me has dicho porque querías un hijo.

—Sí, es verdad. —dijo mientras cerraba sus ojos. —Necesito alguien que reine por si me llega a pasar algo.

— ¿A qué te refieres?

—Hace tiempo no lograron exorcizarme completamente, pero no sé qué tanto han planeado durante todo este tiempo, no sé qué traman, pero no puedo asegurar que no han encontrado un modo de que no vuelva a pasar. Prefiero tener una jugada asegurada por si algo me llega a pasar.

—Ya veo.

—Te dije que no era una razón tan difícil de deducir. —asintió nuevamente y siguió cenando en silencio. Le aliviaba un poco saber que no quería a su hijo para alguna locura.

[...]

—Me niego. —habló el omega al ver una cuna frente a sus ojos.

— ¿Por qué no? Dijiste que ocupaba donde dormir, ahí lo tienes. —fue el alfa quien habló esa vez.

—No voy a dejar que mi hijo duerma en ese lugar.

—Ni siquiera piensas criarlo como para decidir eso.

—No me interesa, ya dije que no. —la maldición de blancos cabellos observaba en silencio la discusión, se le había hecho una costumbre el escucharlos pelear por cualquier cosa. Centró su vista en el objeto por el que discutían, se le había ordenado conseguir todo lo necesario para el futuro príncipe mas no fue a su persona quien le encargaron la cuna, había escuchado a su amo hablar con otras maldiciones para construir una, pero nunca pensó que sería construido con huesos. Escuchó una queja y volteó a ver al omega que fue de quien provino el ruido.

— ¿Fushiguro-sama? —habló con preocupación. — ¿Está bien?

—Sí... Me dolió el estómago de repente.

— ¿Una patada? —preguntó el de rosados cabellos, el menor negó.

—Fue más fuerte. —la maldición con poderes helados comenzó a pensar en ello, ¿sería posible que fuera una contracción falsa? El omega estaba en el último trimestre por lo que había posibilidades de ello. No faltaba mucho para que el bebé llegara, tal vez era una buena idea comenzar a investigar cómo se debía recibir a un bebé.

Hijo del Diablo [SukuFushi/Omegaverse]Where stories live. Discover now