Casi la cita perfecta

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Lucifer estaba ansioso porque la cita saliera perfecta. Así que ideó un plan romántico para ambos. Reservó en el restaurante más espectacular de la ciudad, que se encontraba en lo alto de un edificio, cerca del puerto, con vistas al mar y para después, un pequeño paseo hasta llegar a un jardín donde había reservado un rinconcito con ambientación romántica para tomar algo tranquilamente. Lo tenía todo bien planeado, hasta le compró un precioso vestido rojo para que lo pudiera lucir en la cita. Por otro lado, Chloe se sentía más aliviada de no tener que volver a lidiar con el padre Kinley, pero al mismo tiempo seguía pensando como decirle a Lucifer la verdad. No veía el momento adecuado para hacerlo y cada vez se retrasaba más.

El día en el trabajo era tranquilo, no había muchos casos importantes que resolver, por lo que Lucifer tuvo tiempo de sobra para dejar todo preparado e ir a casa de la detective para dejarle la caja con el vestido dentro. Ya que Maze se encontraba allí, le dio la caja a ella y le dijo que la dejara en un lugar visible para que la viera Chloe. Maze no hizo muchas preguntas, ya que no le interesaba el tema y dejó la caja sobre la encimera para que la pudiera ver Chloe al entrar.

Al acabar la jornada de trabajo, Chloe fue a casa a prepararse. Nada más entrar por la puerta se sorprendió al ver la caja, por lo que se acercó entusiasmada y cogió el sobre que había encima de ella.

"Espero que te guste y quieras estrenarlo hoy. Tengo muchas ganas de verte con el puesto. Nos vemos en unas horas. Lucifer"

Chloe sacó con cuidado el vestido de la caja. Era un vestido precioso de palabra de honor, de largo a media pierna y con detalle plisado a capas. Le encantó nada más verlo y sin perder un segundo, fue a ponérselo y arreglarse para la cita.

A las 8 el timbre de su casa sonó. Lucifer había llegado puntual. Se acercó a la puerta y abrió. Allí estaba él de pie, lucía un traje negro de dos piezas, con una pajarita en el cuello y camisa blanca.

-Guau detective, estás preciosa – dijo Lucifer sin poder quitar la mirada de encima a Chloe – sabía que había elegido bien el vestido.

-Gracias Lucifer, tú también estás muy elegante – contestó ella algo sonrojada – y muchas gracias por el vestido, es precioso.

-No hay de qué. ¿Preparada para la mejor cita de tu vida?

-Vamos allá – contestó ella cerrando la puerta de su casa.

Lucifer había contratado una limusina para que los llevara al restaurante. Había ultimado hasta el mínimo detalle. Chloe se sentía maravillada, como en una nube. No sabía cuan romántico era Lucifer y al parecer, cuanto le importaba.

La velada transcurrió tal cual lo planeado, disfrutaron de una buena cena y después marcharon al jardín, que no estaba muy lejos del restaurante. Chloe se sorprendía con cada nuevo detalle que veía, no se esperaba tanto. El jardín estaba decorado con luces colgantes, flores, una mesa, sillones y un sofá.

-Lucifer este sitio es precioso – dijo Chloe admirando el sitio mientras se sentaba en el sofá.

-Sí, lo descubrí hace un par de años, pero nunca había tenido el placer de venir y me pareció una ocasión especial para hacerlo – contestó él sentándose a su lado.

Un camarero irrumpió para llevarles dos copas y una botella de champagne. Después se retiró dejándoles de nuevo a solas.

-Entonces ¿te está gustando la cita? – preguntó Lucifer mientras servía el champagne.

-Mucho – contestó ella sonriendo.

-Me alegro. Estaba un poco nervioso por si quizás me había pasado un poco con la preparación de todo esto.

-Es perfecto – alegó Chloe mientras posaba su mano encima de la de Lucifer.

Lucifer se quedó en silencio y miró sus manos juntas. Hacía tiempo que no tenía ese tipo de contacto con ella. Levantó la cabeza y por un momento sus ojos se encontraron. El tiempo parecía que se había detenido y había un silencio acogedor entre ellos. Sus miradas parecían decir lo que sus cuerpos estaban reteniendo. El deseo que existía entre los dos desde hacía mucho tiempo. Lucifer se inclinó hacia delante, acercando sus labios a los de ella y le dio un cálido beso, mientras posaba su mano derecha en el rostro de ella. Chloe cerró los ojos y continuó el beso, dejándose llevar.

Separando sus labios de los de ella y a escasos centímetros de su cara, Lucifer sonrió y le preguntó a la detective.

-¿Está bien esto?

Chloe lo miró sonriente y asintió. Después agarró la nuca de Lucifer y lo acercó hacía sus labios para besarse de nuevo.

Al acabar, subieron a la limusina y pusieron rumbo a la casa de Chloe. Al llegar, mientras ella avanzaba hacia la puerta, Lucifer le dijo al conductor que se podía marchar. Después fue hacía la casa y entró. Ambos se sentaron en el sofá, algo nerviosos por lo que estaba por pasar, pero Lucifer rompió el hielo y se abalanzó a besar a Chloe con pasión. Parecía que el deseo que tanto tiempo estaban guardando, por fin se iba a liberar.

-Espera Lucifer – dijo ella separándose de él.

-¿Estás bien detective? – preguntó él preocupado y confuso.

-Sí, solo es que no puedo hacer esto sino te digo antes lo que tenía que haberte contado el otro día cuando fui a verte.

-¿Qué ocurre?

Chloe miró a Lucifer con los ojos llorosos, cogió aire y se dispuso a contarle toda la verdad.

-Después de ver tu verdadero rostro todo mi mundo se vino abajo. Por mi cabeza vinieron un montón de pensamientos y no sabía qué hacer, por lo que fui a Roma a buscar ayuda. Me informé sobre todo lo relacionado a ti, lo que la historia cuenta y un cura se acercó a mí. Al parecer me conocía y sabía lo cercana que era a ti. Me habló de todo lo que se supone que habías hecho a lo largo de los años, lo que los libros cuentan y hubo un momento que me puso en contra tuya. Me convenció para que le ayudara a devolverte al infierno y por un instante quise hacerlo.

Lucifer se quedó en silencio, horrorizado, sin saber que decir, sin poder creer que la mujer que amaba había querido traicionarlo.

-Pero después volví y te vi – prosiguió Chloe – y tuve dudas sobre todo lo que el padre Kinley me había contado de ti. Porque a pesar de tu lado demoniaco, no eres el monstruo que dicen que eres.

-Ibas a traicionarme ¿por qué? – gritó Lucifer cabreado mientras se ponía en pie – después de todo lo que hemos pasado.

-Porque estaba aterrorizada – contestó Chloe llorando – enterarme que eras de verdad el diablo fue muy duro para mí.

-Eres la última persona de la que hubiera esperado algo así. Has estado todo este tiempo aquí y no me lo has contado hasta hoy ¿eso es por qué todavía querías enviarme al infierno?

-No, de verdad que no. Tenía miedo de cómo ibas a reaccionar y no encontré el valor para decírtelo antes. Lo siento mucho Lucifer.

- Eso me demuestra la confianza que tienes en mí – concluyó Lucifer dirigiéndose a la puerta para marcharse dando un ligero portazo.

Chloe se quedó en el sofá llorando, lamentando todo lo que había sucedido y pensando que había arruinado cualquier relación con él.

El regreso DeckerstarWhere stories live. Discover now