Capítulo 28| Destino marcado

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A V R I L⛓🌼⛓

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A V R I L
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La guardería de la isla es siempre ruidosa, salvo a la hora de la siesta y es cuando me gusta venir a ver a los niños. Pacíficamente dormidos en el suelo acolchado de goma. Reina me había permitido entrar a verlos si mantenía silencio, con que se despierte uno antes de tiempo, es una sinfonía de llantos que me amenazaban con soportar hasta que todos se vuelvan a dormir. No me interesaban para nada los niños, su llanto o su asfixiante búsqueda de contención y cariño. Sin embargo, me encontraba allí, viéndolos dormir con sus mantas, muñecos de felpa y algunos muy pequeños todavía con los biberones colgando de sus bocas.

—General Argent —una de las cuidadoras habló a mis espaldas. Por su tono de voz nadie le había notificado que estaba en la guardería visitando a los niños, se me da mejor verlos cuando están dormidos. No les doy miedo. —No esperaba encontrarla aquí. Necesita que despierte a...

—No —la interrumpo elevando solo un poco la voz, pero no lo suficiente como para despertar a los niños —Estaba por irme —respondo luego de una larga pausa.

Salgo de la guardería a paso firme, los pocos semidioses que cruzó en mi camino hacen un saludo protocolar que correspondo mandándolos a descansar. Dirigiendo mis pasos a la oficina de la madre de los perdidos, cuyo lugar era el más vigilado de toda la isla y contaba con los mejores soldados para proteger a la diosa. Soldados los cuales me debían respeto por ser su general a cargo y los cuales apenas me vieron me dejaron ingresar en la oficina.

—Supe que me estabas buscando —hablo, apenas ingresó en la pulcra y acogedora oficina.

El lugar era sumamente limpio, con paredes pintadas de blanco, bibliotecas empotradas en la pared del mismo color de esta, con libros antiguos muy poderosos. Un elegante escritorio de cristal transparente, con una silla blanca. Un poco lejos del escritorio se podía ver un sillón para tres personas de color gris claro, una alfombra blanca y una pequeña mesa ratona de cristal.

Colgando del techo se encontraba una lámpara araña colgante, se encontraba apagada, pero por la noche, cuando se la encendía a través de sus cristales, se reflejan muchos arcoíris en las paredes. Ahora durante el día los enormes ventanales se encargaban de jugar con la luz del sol para reflejar arcoíris en las paredes, un truco llamativo de la madre de los perdidos.

Ella estaba observando a través de su ventana la isla, su pequeño imperio en la tierra. La isla está en constante movimiento, lo cual la vuelve perfecta para no ser detectada y con las protecciones que le puso la diosa todos sus habitantes son indetectables ante los demás dioses. Esto vuelve a la isla uno de los sitios idóneos para que fugitivos y mercenarios como yo, tengamos un sitio donde escondernos.

—Me han informado que visitaste de nuevo las guarderías —dejando de ver por la ventana, posó sus ojos en mí, sus alas blancas dejaron de estar en reposo y se extendieron. Estaba enfadada. —Te dejé muy claro en que no quiero que te acerques a mis niños, sus padres le dieron la espalda, ahora yo soy su única mamá. —Afirma con los puños cerrados a los costados de su cuerpo, me miraba con rabia, pero yo era incapaz de sentir nada.

Sobreviviendo A La Tentación [2.3]Where stories live. Discover now