Escuela de esposas

Capitulo 7

Escalón por escalón, si mal recordaba ya llevaba unos 20 pisados, no encontró cosa más entretenida, tomando en cuenta que recorrió cada aula, pasillo y ventana del lugar, eh incluso se perdió en el patio hace ya nada de tiempo, ese chico peli plateado le había dado instrucciones sencillas y precisas, las cuales su mente con descaro revolvió, así perdido por una media hora ya estaba, hasta que por fin encontró las escaleras, que si no fuera por esa ardilla seguro debió encontrarla antes, oh si, la trágica pero muy divertida travesía para llegar al destino del individuo aquí con pelo bicolor, nombre perfecto para una novela, pero el definitivamente no podría escribir una, tal vez un comic era adaptable para el

Aunque su único talento en este momento es ser gracioso y positivo, nada mal, pero tampoco muy útil, aun así consiguió trabajo bastante bien, ahora siente vivir una vida muy cómoda, lo que es tener una casa y comida es suficiente para él, pero hasta le regalaban ropa, ¿qué más pedir?, se siente tan millonario como nadie en este mundo, este chico tiene la vida resuelta, almenas por ahora, y la disfrutara pase lo que pase, aunque hablando de felicidad, no sabría decir si este joven lo es en este momento, Bokuto ya llevaba semanas pensando lo que en unos pocos minutos va a pasar, considerar una esposa en su vida definitivamente no era parte del plan

No sabe si su querida esposa o va a poder aguantar, y probablemente él no lo lograría como padre, ¿qué demonios hará ahora? Llorar suena muy bien, pero era un adulto, así que no resolvería nada, tendrá que tomar una decisión

Ya para llegar al último piso, la última escalera, y la última ventana en particular, se detuvo para ver el jardín, como visualizando su libertad abandonándolo, era el drama que necesitaba ahora o nunca, pero su vista fue directo a un árbol grande, la gran sombra era perfecta para un picnic, un árbol viejo y confiable para cualquiera en una tormenta de lluvia, en primavera y verano

Había algo ahí que se posaba muy tranquilamente en su tronco, Kotaro al ser una de las personas más curiosas y entrometidas del mundo quiso saber qué era eso que descansaba ahí, observo muy fácilmente un par de piernas, entonces esa "cosa" era humana, un chica tal vez al estar en una maldita escuela de chicas, pero este par de piernas tenia pantalón de vestir y zapatos de caballero, ok no era por juzgar a nadie, ni gustos ni nada, pero hasta donde el sabe, las chicas visten faldas para su uniforme escolar, alguna chica rebelde u otro chico como el peli plateado que había perdido el camino o simplemente ni quiso ir a clase en su otra escuela

Su visión inspecciono aún más a pesar de la gran distancia, y pudo entonces tener a la vista una de las cosas más angelical que sus ojos han podido presenciar, todo su ser exploto de la manera más suave y calmada que nunca ha podido, ver un rostro tan tranquilo y en una competa paz le hizo derretirse, aquella entidad estaba dormida y relajada, era un chico al parecer, cabello negro corto que el viento despeinaba ligeramente, a él le encantaría estar así de relajado, de la nada sentía que había flores por todos lados y colores suaves en la atmosfera