Capitulo 3

3.8K 430 286
                                    

Sintió una presencia ahí, enserio que lo sintió, era algo más grande que él, y no se movió por un buen rato, estaba clavando sus ojos en su persona, no era como una presencia maligna ni nada por el estilo, se sentía tranquilo al tenerla ahí, era tan relajante como fuerte en su asistencia, sabía que lo estaba viendo, analizando, Y JODER quería abrir los ojos para saber quién demonios era, pero era imposible por ser tan benditamente relajante

El alma a un lado se sentía como una persona llena de valor y confianza, pero también se lo llevaba la corriente fácilmente, era una clase de fuerza y convicción que te causa tranquilidad, porque sabes que si esa persona lo dice lo más seguro es que este correcto, quería ser esa persona, quería estar con esa persona y ni siquiera sabía su nombre, ni apariencia, solo sus sentidos le dieron a entender todo

De la nada desapareció, solo se esfumo, y no dejo huella o voz para reconocer, la paz que le proporciono era suficiente para dormir 1 día mas, pero lastimosamente una individualidad desastrosa le llamo, sabía bien quien era, por eso no podía si quiera enojarse, lo era todo para él, su hermano del alma

— ¡KENMAAAA, KENMAAAAAAA, KEN­- Oh aquí estas! —, su ser era como el mismo sol y lo deslumbraba tanto que no podía dormir así

Su íntimo llevaba media hora buscándolo, no es que el mismo supiera esconderse tan bien, pero su colega elegía lugares para buscar en donde nunca estará, asume que lo hace por el afán de explorar cada rincón de la escuela una y otra vez

— OI DESPIERTA YA SE ACABO EL ALMUERZO —, lo agito hasta descubrir que su amigo no estaba muerto o algo, a veces dormía de una forma exageradamente tranquila que parecía olvidar respirar en medio del sueño, pero no, nunca moría, no se lo deseaba, pero le sorprendía

— ya, ya...estoy despierto —, era un mentiroso y su amigo lo sabía, toda la vida conociendo a ese chico de iris dorada le había hecho aprenderse cada maña de él, así que lo sacudió aún más arrebatador

— ¡MENTIROSO, DESPIERTA YA!!! —, Le grito a todo pulmón cerca del oído y así asegurarse de que su amigo estuviera bien despierto

Kenma por fin abrió bien los ojos y se tapó los oídos, enserio lo dejaría sordo un día, suspiro y por fin se paró para emprender camino al salón de ambos, su amigo hizo la misma acción y lo siguió detrás, los profes a veces tardan un poco en llegar al salón, así que no hay mucha prisa, y que bien que sea así, pues él no podía ir nada rápido, ni paso normal, no paso ni 1 minuto cuando el peli rojo tuvo que agarrar a su bendito amigo otra vez y arrastrarlo

Tal vez era por la misma razón que no consiguió bajar todas las escaleras y por consiguiente se quedó dormido ahí, si eso es lo más probable, como si no lo conociera

— Oye Kenma ­—, le llamo su atención, pues ya estaban llegando al piso donde estaba el salón

— uh? —, estaba cansado, pero no para no escuchar a su querido Shoyo

— Vamos a el café hoy? —, lo volteo a ver con una cara risueña, le encantaba un Café que no tenía mucho tiempo en el pueblo, tenía deliciosos postres y un buen café, amaba ese lugar en pocas palabras

— Claro —, ¿y como negarse? Ahí había internet y conexiones cerca de las mesas para poder conectar su consola, era cálido por dentro y olía a postres de manera fascinante, a él le gustaba, no tanto como a la mandarina, pero si lo disfruta

— GENIAAAL!! —, si por Shoyo fuera viviría ahí, entonces entraron al salón, al tener pocos alumnados hombres la verdad es que el salón era más pequeño que los normales y solo contaba con los bancos necesarios, aunque no es que fueran muy silenciosos que digamos, más bien sabían cómo hacer su ambiente, se divertían mucho como si tuvieran el mismo parentesco, algunos se la pasaban corriendo por todo el salón, bueno......solo Hinata, Nishinoya y a veces los seguía Tendo, otras veces se dedicaban a perseguir y atormentar a el peli negro verdoso con "Las traes", se ponía tan nervioso que no sabía qué hacer, todo hasta que las autoproclamadas madres les llamaban la atención

Escuela de esposasWhere stories live. Discover now