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Nathalie y Fei entraron por la puerta de la mansión, tomadas de la mano, la chica miraba todo con admiración, lo único que conocía eran las paredes de la academia y posteriormente sus ruinas; la emoción comenzó a recorrerla por fin tendría algo al que llamar hogar.

─Su habitación estará arriba junto a la de Adrien─ comento Gabriel entrando detrás de las mujeres acompañado de su hijo

─Si señor─ mira a su hija ─Acompañame

Las dos suben a paso tranquilo y desaparecen por un costado, abajo padre e hijo se miran fijamente, a partir de hoy las cosas iban a cambiar un poco y Adrien tendría la compañía que tanto anhelaba, no era su padre como el quería, pero si alguien que lo entienda y de su edad.

─Se como un hermano para ella por favor, se nota que necesita contención─ musitó el diseñador sorprendiendo al chico, el jamás hubiera dicho tal cosa en otra oportunidad

─Claro padre.

─Estare diseñando─ se encamina al atelier

Arriba, Fei admiraba su cuarto con asombro y emoción, su habitación parecía un palacio, era mil veces más grande de lo que alguna vez llego a tener, sentía que no lo merecía, pero al mismo tiempo pensaba que era una enorme recompensa por todos los años de tristeza que le tocó vivir.

─Gracias mama─ corre hacia ella y la abraza

─De nada, se que esto no borrará mis años de ausencia, pero espero poder de ahora en más ser una madre presente para ti─ besa su cabeza

Nathalie deja a Fei para que acomode sus cosas en la habitación, en el pasillo se encuentra con Adrien recargado sobre una de las paredes, esperando que estás terminen sus asuntos.

─¿Paso algo?─ preguntó acercándose a él

─No, solo quería hablar con Fei pero no quería interrumpir─ sonríe

─Creo que ya puedes ir─ toca uno de sus hombros ─Ten cuidado─ continúa caminando

Adrien estaba a punto de descubrir una nueva faceta de su asistente, la etapa de madre sobre protectora, y Nathalie tenía sus razones, tener dos adolescentes llenos de hormonas viviendo bajo el mismo techo y con habitación de por medio no era una buena opción.

La ejecutiva bajo y se dirigió al escritorio para empezar con su día, apenas abrió la puerta los ojos grises de Gabriel se posicionaron sobre ella.

─Te veo animada─ mencionó tranquilo

─Sonare hipócrita, pero siempre soñe con este momento, todas las noches me preguntaba que estaría haciendo mí hija y ahora la tengo conmigo─ sonríe

─¿Por qué no te tomas el día y la llevas a recorrer la ciudad?, puedo arreglarmelas solo por unas horas.

─¿De verdad?.

─Claro Nathalie y no te preocupes, hoy Hawk Moth no va a intentar nada asique es el día ideal para que salgas de paseo─ guiña un ojo

─Se lo agradezco en verdad─ gira sobre sus talones y sale del atelier

Con suma rapidez sube las escaleras y se dirige a la habitación de su hija, ya desde el pasillo podía escuchar unas risas emanar desde allí.

─¿Se divierten?─ dijo abriendo la puerta con rapidez, los menores se asustaron

─¡Mama!─ la reto la mejor ─¿Por qué abres así la puerta como si buscarás a un ladrón?

─Perdon, todo esto es nuevo para mí.

─Te irás acostumbrándo─ acotó el rubio

─El señor Agreste me dio el día libre, ¿quieres ir a conocer la ciudad?.

─Nada me gustaría mas─ sonríe ─¿Adrien nos puede acompañar?

─Puede, estoy seguro que a su padre no le importara, me cambio y los veo en la entrada en cinco minutos─ dijo y se fue

─¿Ella es así todo el tiempo?.

─Hoy está de buen humor─ ríe

─¿Crees que pueda llegar a conocerla bien?.

─¡Claro!, eres su hija, contigo será diferente.

─Espero que sí─ suspira

Cumplidos los cinco minutos ambos jóvenes bajaron a la entrada, allí se encontraron con Nathalie hablando por teléfono, se veía hermosa, vestía una blusa roja lisa, un pantalón negro que llegaba hasta sus tobillos, zapatos de tacón alto, y su cabello estaba atado en una cola de caballo.

─Caline hay algo importante que quiero decirte─ se escuchó que está dijo, estaba feliz ─Encontre a mí hija─ sonríe ─Bueno, si, olvidé decirte que tenía una, pero no viene al caso, la encontré y ahora está conmigo, ¿quieres que nos veamos en la panadería Dupain-Cheng para tomar café y así se conocen?─ la adulta se gira chocando miradas con los adolescentes, se avergüenza un poco, pero estaba tan feliz de haber encontrado a Fei que Caline era la única con quién podía compartirlo ─En diez te veo ahi─ musitó y colgó

─¿Quien es Caline?─ cuestiono ─¿Tengo otra madre?─ argumento apresurada

─Por dios no─ replicó la de lentes ─Es tu tía y futura maestra─ sonríe ampliamente

─¿Tengo una tía?─ preguntó con sus ojos cristalinos, Nathalie asiente ─Estoy tan feliz, ayer no tenía nada y ahora tengo una familia hermosa y grandísima─ se abalanza sobre su mamá y la abraza ─Gracias por esto

Madre e hija se quedan así, unidas, hasta que se separan, los tres salen de la mansión y se suben al auto para ir hasta la panadería.

Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, específicamente en el hemisferio sur, dos héroes estaban siendo vencidos por la villana de turnó, Chico Hornero y su compañera Yarara habían caído en el gran plan ideado por Araña Lobo y su leal secuas Caimán, villanos que aterrorizan desde hace unos meses la ciudad de Buenos Aires en Argentina.

─Chicos frágiles y pobres─ río la mujer acercándose a los dos héroes débiles que se habían envenenado productos de su poder ─Entreguen sus Miraculous o dejaré que el veneno los haga acá

─Lo siento compañera─ musitó el chico de antifaz marrón

─No, por favor, tenemos que pelear─ trato de insistir la chica buscando su latigo

─Horrn destransformacion─ dijo el chico ya rendido usando su último aliento, el kwami salió del pendiente que el chico tenía en su oreja derecha

─Si─ victoreo la mujer acercándose y tomando la joya ─Ahora tu

─Vamos piba no lo hagas más dificil─ mascuyo el de verde oscuro

─Yaaz serpenteo fuera─ dijo rendida, su traje se deshizo y su kwami salió de la gargantilla que tenía puesta

─Con esto completamos la caja de miraculous─ Araña Lobo toma la gargantilla, Caimán saca una caja y la excéntrica villana la pone allí

─Ayudanos, no seas guacha─ gruño la chica rubia que seguía débil en el suelo

─Pobre piba, cree que de verdad la voy a ayudar, ¿que parte de villana en mí presentación no entendiste?─ ríe

─Que boluda─ río el portador del pircing del yacaré ─Vamos mí señora, tenemos otra caja que rastrear

─No tenemos nada que rastrear, la próxima caja está en París─ agarra su baculo y lo extiende ─Chau giles, tal vez en la próxima vida sean más vivos─ se lanza al vacío

Su secuas la sígue gritando y riendo, los jóvenes se miran y con sus últimas fuerzas se toman de las manos, luego cierran los ojos y se quedan ahí quietos, dejándose consumir por el veneno de la malvada Araña Lobo.

Miraculous: Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora