Capítulo 1.

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Casas, arboles, calles desconocidas para mí y más casas.

Era todo lo que podía apreciar desde que llegamos al nuevo pueblo en donde viviríamos, ya que a mi padre lo habían trasladado a una pequeña ciudad cerca de aquí, al principio creí que nos mudábamos a esa ciudad. Pero quedé equivocada al ver como mamá y papá habían decidido comprar una casa en un pequeño pueblo cerca.

Y aquí me encontraba, entumecida en el asiento trasero del auto por tantas horas de viaje, mamá y papá admiraban cada espacio del pueblo, mientras que yo solo miraba por la ventana deseando que esto solo fuera un tonto sueño y pudiera despertar.

Mire a mi hermanito para ver si compartía el mismo gesto de desagrado que yo, pero a él se le veía demasiado emocionado. ¿Cómo no estarlo? Tan solo tenía diez años y era un niño curioso, mi hermanita menor solo dormía en su porta bebé así que ella era ajena a todo y más porque solo contaba con un año de edad.

Sabía que tendría que acostumbrarme a este nuevo lugar, a comenzar desde cero en todo, pero mamá decía que un nuevo lugar es una oportunidad para una vida nueva. Pero yo me aferraba a mi antigua vida, es como si algo dentro de mí se negara rotundamente a aceptar que ahora este sería mi hogar.

—¿Cuánto falta? —pregunté cansada, la espalda me dolía y sólo deseaba poder estirarme.

Mamá sonrió dulcemente.

—Estamos llegando, cielo —respondió.

Y así era, papá estacionó el auto enfrente de una casa de dos plantas, mi hermano saltó fuera del auto. Yo imite su acción, pero no con la misma emoción que podía notarse en él. La casa era linda, tenía un jardín delantero bastante cuidado, las casas de alrededor tenían el mismo aspecto de casas bien cuidadas.

—Bienvenidos a nuestro nuevo hogar, niños —dijo papá, mientras sacaba a mi hermanita del auto.

Mi hermano no dudó en ingresar a la casa, mamá y papá lo siguieron con una felicidad notable, yo seguí unos segundos parada afuera hasta que decidí entrar. Por dentro era espaciosa, admitía que estaba fascinada con el diseño de este lugar, no dude en subir a lo que sería mi nueva habitación y abrí la boca al notar que era más grande que la antigua.

—¿Te gusta? —preguntó mamá desde la puerta de la habitación, yo asentí —. Seguro podrás decorarla como más te guste, pero por ahora deja que tu padre y los de la mudanza se encarguen con lo básico.

—¿Saldremos?

—Por supuesto, tus hermanos tienen hambre y yo también, tu padre se quedará con los de la mudanza para acomodar algunos muebles. Pero nosotros iremos a una pizzería que vi cuando llegamos al pueblo —explicó ella —. Nos hará bien conocer un poco, así que vamos que tus hermanos nos esperan.

Suspiré cansada, por ahora no quería salir a ningún lado y solo deseaba poder quedarme aquí, pero los muebles aún no estaban y ni siquiera podría darme el lujo de acostarme en alguna cama. Así que salí de la habitación derrotada, sé que mi actitud apestaba pero era entendible, había dejado mi vida entera en otra ciudad.

Un nuevo lugar es una oportunidad para una nueva vida.

       🎸


Observaba a través del gran ventanal de la pizzería, algunos niños llegaban con sus bicicletas al pequeño local de videojuegos que se encontraba a un lado. El atardecer se estaba haciendo presente, así que contemplé el cielo que se tornaba de colores naranjas.

El chico de la guitarra. (Aidan Y T/N) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora