Capítulo 8- Pruebas

352 10 0
                                    


Una semana ha pasado y el sigue sin mirársela, tal y como acordaron no tienen que tratar casi nada juntos en cuanto a trabajo. Y Mateo ha decidido ser imparcial, que son su padre y su madre, y no quiere volver a distanciarse de ella.

Lucia tampoco sabe nada, ni quieren decirle nada por su embarazo un tanto delicado.

Luis firma papeles en su despacho cuando el médico de las galerías llama a su puerta.

-Ya tengo todos los resultados y los he entregado a todos, en general bien, alguna cosa sin gravedad, pero una de tus empleadas tiene en los análisis algo un poco raro, me gustaría hacerle más pruebas en mi clínica

-Claro, habla con ella por si quisiera ir por lo público y si no yo me haré cargo de los gastos de las pruebas, ¿puedo saber quien es?

-Por eso te lo comunico, es tu ex mujer

A Luis por un momento se le para el mundo y no le pasa nada bueno por la cabeza.

-¿Puedo estar cuando hables con ella?

-Si le parece bien

-Ahora la mando llamar


A los pocos minutos Aitana entra en el despacho preparada para una discusión por Luis por la colección, pero se confunde al ver al médico sentado en una de las sillas frente a Luis.

-Perdón vengo después

-No, no, pasa

Se sienta en la otra silla y mira a Luis preocupada.

-Aitana verás, tengo los resultados de los análisis, salen unos parámetros alterados y me gustaría hacer otros más extensos y si hiciera falta alguna prueba más

Ella vuelve a mirar a Luis, que tiene la mano sobre la cara y la mira con preocupación.

-Como alterado

-Tranquila, puede que no sea nada, pero me gustaría asegurarme, ¿te viene bien mañana mismo?

-Si, supongo que si

-Bien, Cepeda le dará la dirección, venga tranquila

-Gracias

El doctor se va y Aitana sigue estática, mirando a la nada.

-Aitana ya verás que no será nada

Ella niega y sale disparada hacia las escaleras. Sube a la azotea, para intentar hacer desaparecer esa sensación que la ahoga.

El la sigue y se apoya en la barandilla junto a ella.


-No le digas nada a Mateo, y menos a Lucia 

-Tranquila

-Si me pasa algo

-Calla-le interrumpe el- no te va a pasar nada


Ella lo mira con los ojos brillante y cuando el ve que va a explotar la abraza, ella no hace nada, se deja abrazar igual que deja que las lágrimas resbalen por sus mejillas.

-Vete a casa

-Gracias

-¿Quieres que te acompañe mañana?

-No, ire sola

-Diselo a Ester o a Alicia

-No quiero preocuparlas aun

-Aitana

-Luis porfavor, no digas nada

-Como quieras


Pasa la tarde dando vueltas por casa, tomando el sol en el jardín, intentando relajarse y no pensar en nada. Pero es que no puede, se le pasan por la cabeza todas las enfermedades posibles, se encuentra mal solo de pensarlo. De pensar en sus hijos, en que Mateo aun es un adolescente, en que Lucia la necesita, y su Chloe.

Suena el timbre y va en bikini a abrir, con las gafas de sol puestas y un moño bajo.

-Hola, traigo merienda y mi compañía

-Luis

La ignora y pasa hacia el jardín, ve que va en bañador y con una camiseta encima.

Se tumba en una hamaca y se pone a tomar el sol.

Ella niega y sale a tumbarse de nuevo en su tumbona.

-Tengo que dejar de fumar

-Aitana no sabes si te pasa algo o no

-Pero es que llevamos muchos años fumando, a la larga ya veras

-Si tienes razón, yo en verdad con fumar tres cigarros al día me conformaría

-Pues si, radical imposible

-Bueno, ahora relájate 

-¿Que haces aquí?


Luis se sienta y ella hace lo mismo.

-Te conozco, y se que estarás nerviosa y pensando todo el rato, y ya que no quieres decirle nada a nadie

-No hace falta que te fuerces a hacer nada

-Aitana hemos estado juntos casi 20 años, no me fuerzo a nada

-Ya pero ultimamente no nos llevábamos muy bien que se diga

-Bueno, eso no importa ahora, ¿a que hora vas mañana?

-A las nueve, pero en cuanto salga voy a trabajar, solo son unos análisis

-No te preocupes

-Si me quedo en casa me volveré loca

-Como quieras, ¿seguro que no quieres que vaya?

-No

El asiente y vuelve a tumbarse en la hamaca.


Así pasan la tarde y en cuanto empieza a anochecer Luis se empeña en preparar algo de cenar antes de irse. No han hablado demasiado, solo se han hecho compañía, pero eso a Aitana le ha bastado para sentirse un poco menos sola.


TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora