Día Dos

542 79 10
                                    

Maldito dragón, primero me hace huir de una batalla y ahora debo vendarlo, si tan solo no se las hubiera dado de salvador esto no habría pasado.

Todo comenzó esa mañana cuando nos toco ir a hacer una ronda para verificar los terrenos cercanos del mago oscuro All for One, como el inútil de Kirishima puede volar, se ofreció a hacerlo y no iba a dejarlo solo, pero nos vieron y comenzaron a lanzarnos flechas, yo quería pelear, pero Ei prefirió volar de regreso, aun así, una de las flechas le dio a un ala, por poco no caímos en pleno vuelo.

- Lo siento Bakugo, no es propio de un Rey atender a un sirviente- dijo el mitad hombre mitad dragón

- Cállate o te matare

- Que bueno que nadie esta cerca, prometo no decir nada- siguió hablando

- Ya te dije que te callaras- gruñí mientras apretaba el vendaje, logrando que el pelirrojo diera un quejido

- Auch, sí, lo lamento.

Estábamos en una cueva, aun nos encontrábamos lejos de nuestro territorio, no quería que Kirishima se esforzara de más, apenas si pude crear una especie de vendaje con el trozo de mi capa que llevaba el pelirrojo atado a su cadera como signo de subordinación y ya estaba anocheciendo.

Luego de vendar a la lagartija convertida en humano hicimos una fogata, estábamos hambrientos, pero había un rio cerca y pude pescar algo, fue suficiente para saciar mi estómago y el de Kirishima.

- Creo que tendremos que pasar la noche aquí, je- dijo de forma nerviosa

- Es obvio, ten- le extendí mi capa- abrígate con esto

- Pero tu estarás sin nada- replico con sus grandes ojos de cachorros

- Soy fuerte, un poco de frio no es nada para mi

- Aun así- se acomodó y palmo el suelo junto a él- ven conmigo, podemos compartir.

Aunque sabia que podía soportar la gélida noche, no quería discutir con Eijiro estando convaleciente, por lo que solo me senté a su lado, este extendió la capa para cubrirnos a ambos y nos quedemos en silencio uno junto al otro, con nuestros hombros chocando.

Las llamas se estaban acabando y la oscuridad estaba penetrando la cueva, la cabeza de Kirishima cayo en mi hombro, entonces fui consiente de que uno de sus dedos acariciaba mi mano bajo la capa, preferí no darle importancia.

Mierda, ahora nuestras manos se encontraban entrelazadas jugado con los dedos del otro, a veces cuando atrapaba un dedo de Ei, este daba una pequeña carcajada reprimida. El ambiente se había vuelto algo caluroso, pero no quería alejarme, esto se sentía bien. A los pocos minutos nos quedamos tranquilos, supuse que el mitad dragón se había quedado dormido, por lo que cerré mis ojos e intente imitarlo.

- ¿Mi Rey? - susurro, yo continúe con los ojos cerrados no tenia ganas de charlar y si él pensaba que estaba dormido dejaría de hablar- Solo quería decirte que te amo, gracias por estar siempre conmigo.

Sentí como la cabeza de Ei se apartaba de mi hombro y luego una calidez en mis labios. Kirishima me había besado y mi corazón latía desenfrenadamente.

- ¿Qué mierda crees que haces? - sentía la cara caliente, mierda me estaba sonrojando

- ¡Bakugo! Estabas despierto ¿Por qué no me dijiste? – la cara del pelirrojo era de horror, obviamente no esperaba eso

- No tenia ganas de hablar, pero ¿Qué demonios contigo lagartija idiota? ¿Cómo se te ocurre besarme?

- So-solo quería demostrar mi afecto, lo siento- los ojos rojos del chico comenzaron a humedecerse- no volveré hacerlo soy un dragón malo.

Se giro dándome la espalda, lo escuche sollozar, agh como la mierda, estúpido, estúpido, estúpido Kirishima, obligándome a aceptar estos sentimientos que vengo reprimiendo desde que ese dragón entro a mi vida. Lo abracé por detrás y comencé a besarle la mejilla para calmarlo.

- Si eres un dragón malo- comencé a decirle al oído- pero porque lo hiciste pensando que dormía, debes ser valiente, si vas a besarme hazlo bien.

Lo gire y de inmediato me puse sobre él para besarlo, aunque me preocupe por los dientes filudos, eso paso a segundo plano cuando nuestros labios se juntaron, todo lo que podía pensar ahora era en lo caliente que se sentía la lengua de Kirishima dentro de mi boca.

La mañana llego y desperté con un ligero ardor en el cuello, el idiota de Eijiro me mordió muy fuerte, según él se había dejado llevar por el calor del momento, pero yo creo que solo estaba marcando territorio.

- Kirishima despierta imbécil- comencé a sacudirlo, pero no muy fuerte pues seguía herido

- Mmmfh- farfullo somnoliento

- Debemos volver al castillo, hay que curarte esa herida e informar a los demás de lo que descubrimos

- Esta bien mi rey, pero no creo que pueda volar- señalo su brazo herido

- Ya lo sé, iremos caminando por eso debemos partir ahora para que no nos pille la noche en el camino.

Luego de lavarnos en el rio que estaba cerca y comer unas frutas que había en los árboles alrededor, emprendimos el camino de vuelta.

No le di importancia al hecho de que Kirishima me tomo la mano mientras caminábamos y que nos fuimos todo el trayecto así, tampoco a que de vez en cuando parábamos y comenzábamos a besarnos, mucho menos le di importancia a cuando estábamos besándonos contra un árbol Ei tomo mis muslos y me levanto haciendo presión en cierta zona con su intimidad endurecida, no, eso no era importante.

KiriBakuWeek 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora