Día Cinco

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Como cada sábado estaba en la cancha de futbol con mi grupo de amigos, era algo que hacíamos más por diversión que por competencia, pero habíamos entrado a la liga de amateur y nada es más divertido que ganar.

El capitán del equipo y bro de la vida Tetsutetsu, estaba feliz de que pasáramos a cuartos de finales, que nos invitó a comer algo.

- Iremos a la cafetería donde trabaja mi novia- dijo animado el peli-plateado

- ¿Cafetería? bro, pensé que iríamos a un lugar menos formal, estamos con ropa deportiva- protesté

- Al menos estamos limpios y en las cafeterías hay muchas chicas bonitas- se emocionó Denki

- Y a las chicas les gusta los deportistas

- No me gusta el café- respondí- ni las chicas.

Aun a pesar de mis aprensiones fuimos a la cafetería donde trabajaba Kendo, realmente yo soy más de cosas fritas y carne, gaseosas o cerveza, no pastelitos y té.

Al llegar el ambiente era juvenil y delicado, el olor a café lo encontraba demasiado intenso, recordé que esa bebida en particular me sabia demasiado amargo. Realmente no tenía idea que pedir, pero todos estaban contentos y animados, viendo las opciones que se ofrecían en las pantallas sobre el mostrador.

- ¡Chicos! – la pelirroja que estaba en la barra los saludaba con la mano- ¿Cómo estuvo el juego?

- ¡Ganamos amor!

- Muy bien, felicidades, entonces vienen a celebrar, hagan el pedido con el cajero y yo se los preparare.

Todos los chicos fueron pasando uno a uno, el ultimo era Tetsutetsu pues él pagaría todo, pero yo aun no me decidía, lo peor es que ya todos ordenaron, sentía la mirada irritada del cajero sobre mí.

- Ordena o muévete para que la fila avance- dijo una irritada voz muy masculina

- Eh lo sie...

Quede completamente enmudecido, era un ángel, un ángel con cabello rubio y ojos rojos como rubíes, que me miraba como si yo fuera un idiota que le hacía perder el tiempo, quería disculparme por mi pobre humanidad, ante tal deidad.

- ¿Te comieron la lengua o que mierda? - volvió a decir, aunque lo vi en cámara lenta pues el chico tenia los labios más bonitos que he conocido

- ¡Bakugo ese lenguaje! - lo regaño Kendo

- Agh como sea, estás retrasando la fila, pide algo ya

- Es que no sé qué pedir, no me gusta mucho el café es muy amargo

- Pide un Latte Macchiato Caramel, tiene muy poco café, mucha crema y caramelo, fantástico para bebes llorones que no aguantan las cosas de adulto

- Entonces dame uno de esos- respondí sonriente, quise obviar el insulto camuflado- soy un gran bebe- lo vi reír por dos segundos al llamarme a mí mismo un bebe.

Luego de conseguir nuestras bebidas, nos quedamos en las mesas exteriores. Sorprendentemente mi late mariachi estaba delicioso, dulce y cálido, además el hecho de que me lo haya recomendado el lindo cajero, lo hacía extra especial. La novia de Tetsutetsu pidió su descanso y se quedó con nosotros para conversar.

- Kendo, ¿Quién es ese ángel que atiende la caja y como puedo ser su amigo? - pregunte en cuanto la chica llego y se sentó junto a Tetsutetsu

- ¿Bakugo? – asentí rápidamente- Pues normalmente te diría que no perdieras el tiempo con él, es cascarrabias y mal hablado, pero lo hiciste sonreír, jamás había visto eso

- Su sonrisa es hermosa, él es hermoso- todos comenzaron a reír y molestarme por caer tan rápido ante el cajero de la cafetería, pero no me intimidaría

- Si Bakugo es muy atractivo, he visto a mujeres y hombres coquetearle, pero todos se van decepcionados por la actitud grosera- continuo la chica

- Yo no me rendiré por su coraza, la atravesare con mi amabilidad

- Lo mejor es ser directo amigo, ve por tu hombre.

Animado por las palabras de mi bro, me levanté y entre nuevamente a la cafetería, como había un par de personas me puse tras ellas. La fila avanzo y cuando llegue frente al rubio este me miro con la ceja alzada.

- ¿Otro latte?- dijo al verme, se ve muy guapo con el delantal verde de la cafetería y su polera de pique negra

- No, de hecho, quisiera tu número

- ¿Mi número? – él me miraba como si le hubiera pedido matar a alguien, lo que me hizo dudar un segundo, pero no me rendiría

- Si, tu número telefónico, me gustaría hablar contigo e invitarte a una cita o algo así

- Vaya- dijo después de unos incomodos segundos de silencio en los que considere seriamente salir corriendo, de verdad no tenía idea como había conseguido todo ese valor- el bebe creció y se convirtió en hombre, bien- escribió algo en una servilleta y me lo entrego- no me hables después de las 9 de la noche, pues estoy durmiendo y dejo en celular en silencio, no me mandes cadenas y más te vale no dejarme esperando por tu mensaje o te matare.

Feliz volví a donde estaban mis amigos, nadie podía creer lo sucedido, tome mi celular agregue su numero y de inmediato le mande un mensaje para que guardara mi número.

"Soy yo, el bebe, mi nombre es Eijiro Kirishima, ya se el tuyo, lo siento me lo dijo Kendo, se que ahora estas trabajando pues te veo atender la caja, cuando salgas mándame un mensaje así podemos conversar mejor, hablamos 😉"

Estaba tan emocionado como quinceañera, aunque no tenia ganas de ir a esa cafetería, ahora agradecía al capitán de mi equipo por invitarnos a beber, a Kendo por trabajar en ese lugar y a toda persona que en su medida haya contribuido a que mi persona llegara frente a ese ángel rubio y malhumorado.

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