Capítulo Nueve.

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Gun no aguantaba más la presión de no saber que sucedía. Habían paso 5 horas desde que Off fue a buscar a Chimon. 5 horas sin noticias de ninguno.

Después de llamar, los guardias llegaron rápidamente. La mayoría fue a recorrer el bosque en busca de su alfa, pero dos fueron designados como los guardaespaldas de Gun. Ahora se encontraban en la casa. Gun caminando de un lado al otro y tirándose del cabello nerviosamente y los guardias planteados firmemente a su lado.

Gun no soportaba más las culpa. Su mente recorría un millón de escenarios, cada uno más espantoso y cruel que el anterior. Tampoco dejaba de pensar en los "¿Y sí...?"

"¿Y sí hubiera prestado más atención?"

"¿Y sí no hubiera pedido ir al lago?"

"¿Y sí estaban lastimando a Chimon?"

Se sentía a punto de desfallecer.

–Hey...

Una voz lo saco de sus enredados y desastrosos pensamientos. Era uno de los guardias, el más alto. Aparentemente estaba preocupando a los lobos con si conducta.

–Creo que deberías descansar un poco. Llevas muchas horas dando vueltas y estresandote. Si no llamaron pro aquí– señaló la radio que portaba en su cinturón –pidiendo por ayuda, quiere decir que están bien. Si lago hubiese ocurrido, toda la manada estaría buscando una manera de ayudar al alfa.

Analizandolo así, lo que el lobo alias guardia decía, tenía lógica pero...

–¿Y sí perdieron la radio?¿O están en un lugar sin señal?¿Y sí de repente alg-

–Detentente ahí. Nada de eso ocurrió. Y sí así hubiera sido, somos lobos. Lo único que deben hacer es cambiar y aullar– hablo ahora el lobo bajo.

–Vale, entiendo, creo. Gracias...– espero avergonzado el nombre de los lobos.

Riendo suavemente el que habló primero se presento.

–Yo soy Jimmy– estrechamos manos –y él es Tommy. Mi compañero.– lo dijo con tanto cariño y felicidad que me sorprendieron. ¿Soñaba de igual manera cuando hablaba de Off? Seguramente.

–Muchas gracias por tratar de calmarme, Jimmy, Tommy– realmente apreciaba el esfuerzo.

–No hay de que. Usted es el compañero de nuestro alfa, es nuestro deber velar por su seguridad.– dijo Tommy. Avergonzado por lo dicho, Gun aparto la mirada.

Y se centro en la radio.

Tuvo una idea.

–Disculpen... pero, ¿Hay manera de que tenga la radio conmigo? No tocarte nada. Pueden dejarla en la mesa frente a los sillones.– al ver la duda en los rostros de los guardias, agregó –de esa forma podré sentarme y dejar de caminar como un desquiciado. –Gun hizo su mayor esfuerzo por causar lastima. Tenía que lograrlo. Quería ser capaz de escuchar primero si algo sucedía.

La pareja de compañeros se miraron a los ojos con duda. Fue una conversación silenciosa.

–Esta bien. Siempre y cuando prometas no tocar nada. Si llegan a estar escondidos, solo avisarías su posición.– advirtió Jimmy colocando la radio en el lugar.

Un Cachorro y su Humano »OffGun«Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz