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Lo primero que sentí a primera hora de la mañana del viernes fue el frío contacto de las taquillas contra mi espalda, y dos manos a cada lado de mi cabeza, acorralándome.

 —¿Por cuánto tiempo vas a continuar jugando, Ddeonu?

Quise reírme en su cara pero seguro que me vería como un loco, pero no me importaba. Ya estaba loco por su culpa. Sí, es verdad que había vuelto a evitarlo después de aquella visita a su casa, pero no es porque quisiera, sino más bien como consejo de Jungwon: "Si le interesas, te pedirá explicaciones".

Y así, dos días después, había conseguido poner de los nervios a Sunghoon, había conseguido que esa paz que parecía siempre estar con él, esa tranquilidad, desapareciera. ¡Ah! Debía seguir los consejos de mi amigo más seguido.

—¿Cuál juego?

¿Por qué susurraba de esa forma? Al parecer nos habíamos vuelto a acercar demasiado al otro. 

—Ese donde me buscas en mi casa, me besas y la única explicación es cerrarme la puerta.

—Te dije que debía comprobar una cosa.

—¿Qué cosa?

¿Qué tan malo sería continuar con aquello? Era mi primera vez envuelto en cualquier cuestión amorosa, dónde existía una atracción mutua. Y no estaba demente si decía que se podía ver la tensión entre nosotros en ese momento. Pero era mejor no tentar a la suerte y menos cuando poco a poco ya no éramos los únicos en el lugar y otros compañeros comenzaban a llegar a la escuela, entre ellas, nuestra delegada. A sus ojos no pasamos desapercibidos y pude verla tensarse al vernos. Me picaron las manos en tocar a Sunghoon y crear una situación aún mas extraña entre ambos, pero no era correcto. 

—Tu novia, YungJi, nos está mirando. ¿No crees que puede malentender?

Le dí un leve empujón para poder sacar las cosas de mi taquilla y cerrarla, para después caminar a paso firme y seguro hacia mi clase, bajo la atenta mirada de ella. No debería sentirme orgulloso de la pequeña sensación de victoria.

Las clases de Literatura no eran las más divertidas, pero era más llevadera que las demás en cierto modo y más cuando la profesora apenas si se daba cuenta de algo y podía ponerme los audífonos para desconectarme de lo que pasaba a mi alrededor.

A la hora de comer, después de las peores clases de la mañana, no me senté junto a Sunghoon. Quería hacerlo sentir más confundido, por dos motivos: porque me gustaba ver la cara que ponía y porque quiero.

Me mensajeaba con Jungwon que al parecer también disfrutaba de la situación. Me dijo que debía jugar al tira y afloja. ¿Qué es eso? Ni idea, y no pude averiguarlo porque la hora de comer no duraba eternamente, por desgracia. Las clases pasaron lentas y aburridas, sobre todo hoy más que todos los días. Es como si el tiempo se pusiera contra mí y pasara cada vez más lento la hora de mi teléfono, obligándome a permanecer en un sitio que se encontraba al lado de la garrapata, durante un buen rato.

Siendo sincero, no quería ir al gimnasio como clase de última hora un viernes. No es de Dios. Fin.

Me había planteado la posibilidad de saltarme esa clase pero no valía la pena, ya que solo era una hora más que aguantar. Una hora más con la Garrapata y los Simios.

Por suerte, la clase, pasó sin mayores incidentes. Simplemente jugamos en equipo al voleibol ya que la semana que viene nos examinarían de ello y era mejor comenzar a practicar. En mi grupo estaban prácticamente toda llena de chicos a excepción de la Tarzán hembra, y en el otro estaba Sunghoon con la simia mayor y otras simias más. Era un tanto desigual el porcentaje de chicos y chicas en cada equipo. Y, sinceramente, si no hubiera sido por nuestra Tarzan, nos hubieran dado una paliza ya que, Sunghoon, volvió a demostrar sus habilidades para el deporte. Acabamos empatados, ni ellos ni nosotros perdíamos.

Orgullo vs Orgullo  [Sungsun]Where stories live. Discover now