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Sade era muy diferente a lo que Fred esperaba.

En primera, no supo como no se dio cuenta que era uno de los hermanos de Leash, en su defensa, él era el único que no había conocido a ninguno de sus parientes, ya que durante el año pasado, sus amigos le habían ocultado la verdad.

Jamás creyó que sus hermanos fueran tan distintos a ella, Leash tenía el cabello rojo, a una intensidad que sentías que te quemaba, su piel era blanca como el color de la leche, solía tener unos ojos tan azules como el cielo o profundos como el mar; pero todos sus hermanos tenían el cabello blanco y ojos verdes.

Todos se parecían entre ellos, pero no tenían casi nada en común sobre la apariencia de Leash, fue por ello que cuando vio al chico en la fiesta, no creyó que conociera a la pelirroja.

Sade era alto, de la misma altura que él, tenía la piel de un color familiar, como la arena en una playa o el café con leche. Tenía su cabello blanco ondulado, con pequeños rizos, corto y siempre peinado hacía atrás, tenía los ojos un poco más oscuro que el resto, pero aquel día en la boda juro haberlos visto brillar. Era bastante atlético, tenía brazos grandes, al igual que sus hombros y manos, tenía una cintura definida y Fred apostaba lo que fuera a que podía tener el abdomen marcado.

Aquella noche en la boda, Sade actuó relajado, bromeaba mucho y coqueteo con cada persona que llego a cruzarse, se le veía en una zona cómoda y disfrutando, se podía ver que era muy carismático y juguetón, pero estando en su casa, era completamente diferente.

Leash le había dado una orden, y esa era llevarlos a su casa para que pudieran estar seguros, después del enfrentamiento con los mortífagos, Sade, con ayuda de Neville, juntaron a todos los Weasley y a sus amigos y los llevaron hasta la mansión Salazar, ubicada en el Callejón Diaggon, pero oculta a cualquier persona que no fueran ellos, desde la muerte de Lidia y el resto de sus hermanos, la seguridad en la casa había aumentado y no había forma alguna que las personas dentro de ese hogar estuvieran en peligro.

La dinámica que tenían en la casa era sencilla, había 8 hermanos mayores, los líderes, primero estaba Leash, luego Jannette, Sade, Trisha, Naomi, Mazen, Lidia, Christopher y Marelyn, pero Lidia había muerto y al tener que ser siempre 8 hermanos, alguien debía ocupar ese lugar, por lo cual, el siguiente en línea fue Jordan Salazar, quien era menor que Marelyn.

Manejaban las cosas por jerarquía, Leash era quien daba las órdenes y todos obedecían, pero cuando Leash no estaba, el poder caía en Jannette. Ella era muy analítica y pacifica, por lo cual se dedicaba más que nada a hablar con el resto de la Orden, planear que seguía después en cuestiones de espionaje, escondites y ayuda.

Pero quien se encargaba de los ataques, las peleas y el entrenamiento al resto de sus hermanos, era Sade. Era un experto en no sólo combate mágico, sino también muggle, fue aquí que Fred se dio cuenta de lo diferente que era al chico que conoció.

Sade aquí era serio, estricto y frío, comandaba con autoridad y rudeza, llevaban unas semanas quedándose ahí y Fred no lo había visto sonreír ni una vez desde que llegaron, era obvio que estaba ocupado preparando a sus hermanos a una guerra, pero parecía como si sólo tuviera tiempo para eso. Fred había intentando acercarse a hablarle varias veces pero siempre se excusaba, actuaba como si no se hubieran hablado, como si no hubieran bailado juntos o coqueteado aquella noche.

-Se te esta cayendo la baba- dijo George al llegar al lado de su gemelo

Fred estaba en uno de los cuartos de entrenamiento que tenían en la mansión, Sade estaba enseñándoles a varios de sus familiares como batirse en combate muggle, se veía concentrado y determinado, traía una playera vieja, que se veía que había cortado para darle más movimiento y Fred llevaba varios minutos viendo sus movimientos.

-No es cierto- dijo Fred defendiéndose, pero se limpió la boca solo para asegurarse

George rio antes de tomar agua de su termo, todos se estaban preparando para una guerra que no sabían cuando llegaría, pero sabían que sería muy pronto.

-Es muy bueno- dijo George hablando de Sade- No es una sorpresa, lleva toda su vida peleando después de todo- dijo él- De por si me era difícil creer que existía alguien tan fuerte como Leash y aquí estamos, en una casa con más de 50 personas, todos como ella- se burló George

-Nadie es como ella- dijo Fred rápidamente- Pero entiendo a lo que te refieres- admitió- Lo más que nosotros llegamos a preocuparnos fue por dinero o cosas pequeñas y ellos- observó el cuarto lleno de personas- Han tenido que vivir, todo el tiempo sabiendo que van a una guerra- 

Se quedaron en silencio por un rato, observando a Sade peleando con sus hermanos, ganando cada encuentro y corrigiéndolos en sus movimientos.

-¿Puedo preguntarte algo?- dijo George regresando a su conversación

-Ya lo hiciste- dijo Fred

-Ja ja que gracioso- dijo George con sarcasmo- Hablando en serio- dijo bajando su tono de voz- ¿Aún... estas enamorado de Leash?- le preguntó 

Fred miró a su hermano con seriedad, era algo que se había preguntado mucho, y aun no encontraba la respuesta. Cuando Leash murió, su pérdida fue algo que arruino a Fred arduamente, cuando regresó, sabía que sus sentimientos se mantenían, pero, no era como antes, no era como cuando la veía por los pasillos o la escuchaba reír con sus amigos.

Aún la quería, eso era definitivo, le encantaba coquetear con ella y la seguía encontrando increíblemente hermosa y la admiraba demasiado, pero, Fred entendió que esto iba mucho más allá de solo su sentimiento, Leash tenía una guerra que ganar y jamás tendría tiempo para algo y en cierta forma, Fred lo entiendo y lo respeto y por ello no volvió a insistir en regresar con ella.

Durante los últimos meses, había preferido mantenerse a su lado como un compañero, un amigo y un apoyo para ella, no como un novio o pareja y sorprendentemente, eso no le molestaba para nada, estaba bien con solo tener eso.

-Yo...- intento hablar Fred pero fueron interrumpidos

-¡Weasley!- los llamó Sade desde el otro lado del cuarto y ambos gemelos voltearon- Necesito a uno de ustedes, alguien de mi estatura para mostrar un movimiento- dijo aun con la mirada en ellos

-¿Qué? ¡No escucho, no tengo una oreja!- dijo señalando su venda, fingiendo confusión- ¡Pero mi hermano irá con gusto!- sonrió 

Antes de que Fred pudiera replicar, George lo empujo con fuerza hacia la dirección del chico y no tuvo otra opción más que seguir adelante.

-Okay, voy a tomarte del brazo y lo voltearé hacia tu espalda, te tirare con una patada en las piernas, estoy intentando mostrarles como derribar a alguien ¿Esta bien?- le preguntó el chico, pero como todo lo que decía, no era tanto una pregunta, si no una orden

-Todo sea por la educación- bromeo Fred 

Sade no perdió ni un segundo al momento Fred terminó de hablar, tomo su brazo y lo volteo contra su espalda, el chico apenas si se enteró de lo que paso y para el final, Sade lo había tirado al piso y estaba encima de él, con su codo en su garganta, sin lastimarlo.

-Como ven, muy sencillo, lo pueden hacer con gente de su estatura o más altos...- dijo Sade levantando el rostro, hablándole a sus hermanos, pero Fred recordó algo.

Como una vez Leash lo había hecho con él, Fred abrazó la cintura de Sade con sus piernas y con la fuerza del momentum le dio la vuelta con su cuerpo, ahora siendo Sade quien estaba de espaldas en el piso y Fred anclo sus brazos, sosteniéndolo de las muñecas contra el suelo.

-¿Como...?- dijo Sade sin poder terminar la oración

Tenía al chico encima de él y le sostenía con fuerza sus muñecas, recargados a los lados de su cabeza, no había estado tan cerca de él desde la noche de la boda y pudo sentir como todo su rostro se sonrojaba incontrolablemente.

-Agradece a tu hermana por eso- se burló Fred, soltó las manos del chico y se levantó del piso.

-¡Eso, wuuu!- escuchó gritar a George desde el otro lado del cuarto, aplaudiendo y riéndose, orgulloso de su gemelo

-¡Ah sí, eso si lo oíste!-le reclamó Fred de regreso 

No Lo Hagas-4 (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora