No Lo Hagas-4 (Draco Malfoy)

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Una parte de Leash lo supo, Harry compartía imágenes de Voldemort, Harry había sido quien había localizado todos los horrocrux, sin mencionar que cada vez que destruían uno, Harry lo sentía en él; una parte de ella siempre lo supo, pero nunca quiso aceptarlo.

Era muy diferente saber que uno mismo debía irse, dejando su vida atrás, pero era muy diferente ver a un ser amado irse, sabiendo que nunca más lo volverías a ver. 

Leash observaba las ruinas que llegaron a ser su hogar, pedazos de paredes hacían en el piso, mesas rotas, sangre seca y fresca en lugares cerca de los cuerpos, y los cuerpos... había tantos cuerpos.

-¿Como estas?- preguntó Draco sentándose al lado de Leash, tomó su mano con delicadeza y ella sonrió con tristeza

-¿Como estas tú?- preguntó Leash esperando evitar la pregunta- Vi que te hiciste cargo de los heridos con Madame Pompfrey- dijo ella sonriéndole- Me enorgulleces- susurro Leash 

-Sí, pues, soy bueno en pociones y es lo que necesitamos ahora para ciertas heridas, pero me preocupan otras personas- dijo negando la cabeza- No hemos visto a Luna, Percy, Fred, Marelyn, Olivia y a Harry, los hemos buscado pero no se les ha visto- dijo mirando a su alrededor

Leash negó con la cabeza, una parte de ella quería levantarse inmediatamente y empezar la búsqueda de esas personas, pero por otro lado, sabía que ya no podía tomar el control y alguien se haría responsable de ello después, ella ya no podía hacerlo. Y por primera vez, decidió ya no dar el primer paso.

-Por favor, pon a alguien que se encargue de eso- dijo tallándose el rostro con frustración, volteó a ver al chico él cual seguía viéndolo igual de enamorado que tres años atrás- ¿Qué estas mirando?- preguntó Leash con una sonrisa

-Eres hermosa- dijo Draco dándole un beso a su mano- Yo me encargaré de ello, te lo prometo- aseguró 

-Te amo- dijo Leash con la voz cortada

-Yo también te amo- dijo él

Empezaron a notar conmoción en la parte exterior de la escuela, en el patio principal, las personas comenzaron a salir, llamando la atención de ellos. 

-¿Vienes?- preguntó Draco comenzando a levantarse

Leash negó con la cabeza, empezando a soltar su mano con delicadeza.

-No, debo aceptar que ya no es mi pelea- dijo Leash aceptado lo que venía.

Draco sabía a lo que se refería, lo que iba a pasar, sabía que la próxima vez que la viera, ella le diría que era momento y entonces, todo terminaría. Draco asintió, tragando el nudo de su garganta y con mucho trabajo, le dio la espalda a su amada y salió a reunirse con sus compañeros.

Al momento que el chico salió por la puerta principal, se detuvo en su lugar, el corazón rebotándole en el pecho, Draco había visto a muchas personas morir, sabía lo que era la muerte, pero por alguna razón, jamás creyó que vería a la esperanza del mundo mágico, Harry Potter, muerto en brazos de Hagrid.

Draco reconocía los rostros al otro lado del terreno, sus padres, tíos, tías, familiares, amigos de su familia, gente con la que creció, todos peleando del lado que él había estado semanas atrás. Su madre lo buscaba con la mirada, pero él se negaba a apartar su vista del chico que peleo a su lado.

-Únanse a mí, y todo se les será perdonado...- terminó Voldemort su discurso, con una sonrisa que mostraba la crueldad de su ser.

El aire era seco y frío, pero entre las voces, se escuchó un nombre.

-Draco...- dijo Narcissa con lágrimas en los ojos- Draco, ven...- le pidió con temor, extendiendo su mano hacia él.

-Draco, ven aquí, ahora mismo- dijo su padre con enojo