RAMÉ: Caos y Belleza

Amelia

Amelia Ledesma, 30 años, morena con pelo rizado y ojos color miel, es una poderosa directiva en una empresa que creó junto a su padre a los pocos meses de venir. Vino de vacaciones pero al final se quedó.

No es fácil ser mujer, empresaria y lesbiana en general, pero lo es menos en un país extranjero dónde, aunque no esté prohibido, si te expones demasiado si puedes estar en problemas.
Pero con su fuerza, su carácter y su don para los negocios ahí estaba. Siendo una mujer muy respetada. No se escondía y eso le ha traído muchos problemas, sobre todo con su padre, que aunque esté ya jubilado, es también dueño.

Está muy involucrada con la organización Human Rights Watch, en la que luchan cada día para que todas las personas tengan los mismos derechos y poder conseguir que el simple hecho de amar, no suponga ningún problema para nadie. Porqué no lo es, amar nunca puede ser ni un delito, ni un problema, ni algo por lo que ser juzgado. El amor y el amar es bonito en todas sus formas y colores. Queda aún mucho por hacer y no está siendo nada fácil pero para eso también estaba ahí, para intentar cambiar, con su posición y aprovechando ese respeto que la tenían, un poquito más la mentalidad de ese país. O al menos de la gente más cercana a ella.

También es profesora de yoga dos dias a la semana. Lo hace como hobby porque por dinero no es. Compró un pequeño local en la zona centro dónde da clases. En ese ratito es donde desconecta de la seria empresaria y se convierte en una simple profesora de yoga.

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La mayoría de mis trabajadores son de aquí.
Pero mi personal más cercano, con el que trabajo mano a mano, son personas que conozco de hace muchos años y son de mi total confianza.

Empiezo por Natalia, pelirroja con rizos, ojos marrones, muchas pecas en su cara que la hacen más especial y cuerpo de envidia, y digo de envidia porque mucho deporte no es que que haga. Es mi hermana, no de sangre pero si de corazón, mi socia, mi mano derecha en el negocio. Su confianza y su amistad de toda la vida hacen que hagamos un equipo perfecto. Nos conocemos desde niñas, ella pronto se vino a vivir aquí, nunca perdimos el contacto, conoció al que es su marido y tiene dos preciosos niños llamados Álvaro y Jorge, de 4 y 8 años.

Un día, hace muchos años, cuando yo estaba en madrid, me dijo que viniera de vacaciones y en una noche de fiesta salió el tema medio en broma medio en serio y aquí estamos. Trabajando en una de las empresas más importantes de la ciudad.
Juntas, mano a mano.

Luego está Jesús, de mi edad, alto, pelo corto moreno y ojos azules, es mucho más que mi secretario. Es mi amigo, confidente, quién me hace reír por cualquier tontería, quién me escucha cuando tengo un mal día.
Es un enamoradizo. Y Lo adoro.

Lourdes rubia, pelo ondulado, ojos azules, es mi otra socia, tenemos una empresa en Madrid, no está en mis planes volver pero por si acaso. Nos conocimos una noche de fiesta, como no, enseguida conectamos, nos lo pasamos muy bien una noche, pero decidimos que mejor como amigas, dos mujeres tan fuertes y con nuestro carácter podía ser una bomba. Había y hay atracción pero nada más allá de eso. De vez en cuando viene para ponernos al día de negocios y tener todo en orden legalmente, también es abogada.
Y es una gran amiga.

También está Sara, pelo liso, pelirroja y ojos marrones, se podría decir que es mi amiga con derechos, no tenemos nada serio. Llevamos dos años así. Nos entendemos, nos lo pasamos bien y nos llevamos bien. De momento no necesito nada más. Y ella se contenta, digamos que el poder, el dinero y el estatus le gusta bastante.
Nunca me he enamorado, al menos eso creía.

Y mi familia bueno, digamos que con mi madre y mi hermano hablamos de vez en cuando, y con mi padre prácticamente ni hablo, sólo para temas de empresa.
Pero bueno eso es otra historia.

Mi rutina se basa en salir a correr todas las mañanas, luego hacer ejercicios en el gimnasio que tengo en mi casa y después ir a trabajar.
Lo qué más me gusta es salir a pasear a la playa cuando acabo mi jornada. Me llena de energías para el día siguiente.

No soy de mucho salir, ahora ya no, me gusta estar en mi casa, tranquila. De vez en cuando una fiesta no viene nada mal, pero en general me he vuelto más calmada y más casera.
Sólo salgo a las fiestas que hacen otros empresarios y por obligación.

Vivo a las afueras, me gusta estar desconectada cuando salgo del trabajo y me hice una vivienda en un terreno que compré.
Tiene dos plantas, en la de arriba está la habitación principal, con baño amplio y terraza. También hay otra habitación que he acondicionado para hacer deporte.
Ya en la planta de abajo hay otra habitación para invitados, está la cocina, americana y un salón de estar dónde trabajo de vez en cuando.
En la entrada hay un pequeño jardín y una piscina donde desconecto por completo los fin de semana. Reconozco que es algo grande para mí pero estoy muy orgullosa de lo que he conseguido y de donde vivo.

Y un día más me preparo para ir al trabajo.